25. De vuelta en casa.

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.: Rose :.

Decir que yo había tenido la peor suerte del mundo combatiendo contra Strigoi era decir poco, pero siempre hay alguien que puede tener una situación peor que la mía. No imaginaba ver a Dimitri como un niño pequeño asustado de que el "cuco" viniera a por él. Siempre lo vi como el tipo de persona que no le teme a nada y daría lo que fuera por los demás. Esto rompe mis expectativas, pero no me hace verlo de forma diferente.

Después de haber lanzado mi maleta sobre la cama decidí ir a ver a Dimitri, él estaba sentado en su cama con la mirada agachada y realmente tenía esa posición. Sonreí ligeramente. Sentada a su lado permanecí en silencio mientras él pensaba un poco sobre su situación.

– ¿Crees que realmente estén felices de verme? – Pregunto con un tono suave.

– Yo creo – Coloque una mano en su brazo – Que van a estar más que felices de verte. Son tu familia y estoy segura que les va a sacar una sonrisa y lagrimas verte

Dimitri me sonrió ligeramente colocando una mano sobre la mía que aún estaba en su brazo. Mire a la puerta de la entrada y vi a Abe con las manos en los bolsillos. Sonreí ligeramente y luego mire a Dimitri.

– Iremos cuando quieras o estés listo – Lo besé en la frente y luego salí.

– ¿Estás segura que no quieres que vaya yo también? – Pregunto Abe mientras bajábamos las escaleras – Como padre responsable…

– Olvídalo – Lo interrumpí divertida – No te ofendas pero a todos les incomoda tu presencia

Sonreí acercándome a Sydney que estaba en la mesa con su laptop. Tome asiento a su lado y Abe al otro extremo. Los tres estábamos sentados en una mesa con las patas de madera y la superficie de cristal, vidrio. Entrelace ambas manos mirando a Abe intrigada, él me sonrió divertido y miro a Sydney.

– Entonces… – Dije – ¿Cuánto tiempo vamos a estar aquí y qué me ocultan ustedes dos?

– Unos pocos días, probablemente dos semanas – Dijo Abe tranquilo – Estaré buscando un nuevo lugar para irnos así que hasta el momento deberán quedarse aquí. El viaje fue repentino y no pensé que en Castle Combe nos fueran a atacar tantos

Levante una ceja por el plural que había usado. Nosotros fuimos quienes fueron atacados, no él con nosotros. Separados. Como sea. Abe no le importo nada de lo que dijo, y tampoco tomo en cuenta mi expresión ya que siguió hablando.

– Aquí ambas saben que es muy difícil encontrar Strigoi así que es posible que ellos no las encuentre, no creo que sepan que estamos aquí – Dijo Abe serio – Es por eso que no deben mencionar nada sobre lo que está sucediendo, ni la guerra, ni la huida, ni nada

– Otro escape a la fuga – Mascullé recargando mi mejilla izquierda en la palma de la mano con una expresión tediosa.

Abe suspiro – Ustedes dos conocen muy bien la reputación que hay en este pueblo así que, principalmente tú, tienen que evitar que los Moroi hagan estupideces – Dijo el viejo serio. Asentí lentamente.

– No creo que ellos sepan que estamos en un pueblo para prostitutas de sangre – Dijo Sydney cruzándose de brazos sin dejar de mirar la laptop – Probablemente no haya problemas

– No tardaran en darse cuenta – Dijo Abe tranquilo.

– ¿Qué tanto haces con esa computadora? – Pregunte. Iba a mirar la pantalla, pero ella me lo impidió bajando la pantalla. Miro a Abe seria.

Instintos de Dhampir, Rose y DimitriWhere stories live. Discover now