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Narra ____(T/N).

Tocó el timbre y todos salieron amontonados de la sala de clase, como verdaderos salvajes. Como siempre yo no tenía planes para el fin de semana y por tanto no tenía porque apresurarme.
Tomé mis cosas y me dirigí hacia la puerta, donde pude ver a Namjoon en el pasillo, le sonreí.

-Hola -lo saludé alegré.

-Hola -respondió él- ¿Te parece si te acompaño a casa?

-Claro -dije sonriendo.

Los últimos días Namjoon había estado acompañándome así que me había acostumbrado de cierto modo a su compañía, además que en cierta forma aquello me ayudaba a distraerme, desde que no hablaba con Jimin me sentía algo vacía o incompleta, era algo extraño que no podía comprender exactamente, pero tarde o temprano debía superarlo, no podía quedarme toda la vida tropezando con la misma piedra, mucho menos enamorarme de ella.

Caminamos lento lo suficiente para que ya no quedase nadie en los pasillos del segundo piso, pero si quedaban algunas personas en la planta baja arreglando sus cosas o conversando. Nos encontramos allí cuando noté que Namjoon comenzó a revolver su bolso bolsillo por bolsillo, como si buscase algo.

-¿Ocurre algo? -pregunté y paré de caminar.

-No encuentro mis llaves -dijo él rascando su cabeza- Creo que las dejé en la sala, volveré a buscarlas.

-Te acompaño -dije sonriendo.

Él no protestó, lo que me llamo bastante la atención, Namjoon siempre se negaba cuando intentaba hacer algo por él, aunque de cierto modo me gustaba poder ayudarlo así que me alegro que tuviera suficiente confianza o comodidad conmigo como para no negar mi compañía.
Volvimos a subir la escalera para llegar al largo pasillo que ya estaba completamente vacío, caminamos rápidamente hacia su sala pero antes de llegar él dejó de caminar, aquello me extrañó bastante... Namjoon estaba algo ¿Raro?

-¿Por qué nos detenemos? -pregunté.

-La verdad -dijo él algo serio-. Tengo las llaves en mi bolsillo.

¿Entonces por qué nos había hecho subir de nuevo? Lancé una pequeña risa, me pareció algo tierno lo olvidadizo que podía ser Namjoon.

-Está bien -dije sonriendo-. Volvamos rápido ya que las encontraste.

Me di la vuelta para volver a la planta baja de la escuela y así abandonar el lugar. Sin embargo, no pude caminar mucho antes de que Namjoon me tomase de la muñeca, haciendo un rápido movimiento para que me girase y quedase de espalda a la pared. Me quedé rígida sin saber realmente que ocurría, aún algo aturdida por la repentina acción de Namjoon intenté apartarme, eso sólo hizo que él pusiera sus dos manos en la pared para bloquearme la salía.

-¿Qué haces? -logré musitar incomoda-. Déjame salir.

-_____(T/N) -dijo él ronco.

Comenzó a acercar su rostro al mío, sin embargo, eso hizo que yo apegarse mi cabeza más a la pared para alejarme.
Creo que cualquier otra chica en una situación así se hubiera puesto completamente roja y se hubiese dejado llevar por el momento, después de todo Namjoon era guapo, alto, inteligente, etc... Pero yo por más que quisiera olvidar a Jimin y eso era una oportunidad perfecta, no podía dejar de pensar en él incluso en un momento así, su rostro apareció en mi mente casi como una especie de reproche que se volvía doloroso, no quería hacer esto... Cosas como besar a alguien debían ser con alguien especial, alguien que te hiciera estremecer con tan sólo mirarte y la verdad Namjoon no me provocaba aquello.
En ese momento se encontró tan cerca de mí, que incluso podía notar su respiración, intenté poner mis manos en su pecho para alejarlo, pero aquello no lo movió ni un centímetro, iba a besarme con Namjoon.
Entonces lo más inesperado paso, otra vez Jimin se encontró frente a mí, como todas las veces en las que tenía algún problema. Él empujó a Namjoon lo suficientemente fuerte para apartarlo de mí y luego me miró con el ceño fruncido para agarrarme fuertemente de la muñeca y sacarme corriendo de la escena. Miré hacia atrás y pude ver a Namjoon reincorporándose con una mirada molesta, pero no se comparaba con la de Jimin... Parecía que iba a asesinar a alguien.
Me alegré de que impidiera el beso, sin embargo, ahora no sabía exactamente si había sido lo mejor, ahora estaba presionando con más fuerza que nunca y apenas escuchaba mis quejas, por más que se las repetía y más encima Namjoon ni si quiera nos estaba siguiendo como para que hiciera gran escándalo.
No paró de dar grandes pasos que con gran dificultad yo podía seguir hasta que se cercioró de que habíamos perdido a Nam, entonces me hizo entrar a una sala de clases que se encontraba vacía.

-¡Me lastimas! -exclamé por fin soltandome de su agarre.

Él me fulminó con la mirada -¡Estaba a punto de besarte! -me gritó él-. Se notaba que tú no querías ¿O preferías que te dejará a tu suerte?

-¡Sí! -exclamé molesta.

Jimin estaba encolerizado, tenía bastante miedo de él en ese momento a decir verdad, pero no iba a demostrarlo, no quería parecer intimidada por él y darle la satisfacción de tener el control siempre.

-No quería que me besara -dije alzando la voz para esconder el miedo-. Pero no tenías porque meterte, podía arreglarlo sola.

-Tsk -dijo él más furioso que nunca-. No voy a dejar que te andes regalando por ahí.

-¡¿Qué te importa lo que yo haga?! -exclamé molesta- ¡No te he pedido que te preocupes de mí!

Me hería, cada vez que intentaba parecer casi como mi dueño se me hacía molesto, yo no le pertenezco a nadie, mucho menos a él, no tiene derecho a determinar que es lo que debo o no hacer, me dolía que se atreviera a intentar parecer que le preocupase, cuando tan sólo días atrás me había ignorado por completo.

-Eres una estúpida -bufó molesto- ¡Siempre estás metida en líos y siempre termino siendo yo quien te ayuda!

-Te he dicho mil veces que no necesito tu ayuda -dije enojada.

-Tsk... Ni si quiera das las gracias -dijo él enojado- ¿Cuál es tú problema?

-¿Mi problema? -Lancé una risa sarcástica-. Mi problema es que lo que dices no concuerda con lo que haces. Me rechazaste hace unas semanas y por más que yo intento superarte tú apareces frente a mí para dejarme sin avance alguno. Cuando te dije que me gustabas actuaste tan frío y sin darme importancia alguna y ahora dices "quería ayudarte". Simplemente te alejaste y una vez comencé a reordenar mi vida y sentimientos tú entraste otra vez y lo arruinaste todo. ¿Entonces no debería ser yo la que pregunté cuál es tu problema?

Jimin tragó saliva y se quedó quieto frente a mí sin saber cómo responder. Tal vez por fin se había dado cuenta que yo tenía la razón y que el único estúpido aquí era él. Al desahogarme me sentí más aliviada que nunca, aunque eso sólo aumento las fervientes ganas de seguir discutiendo con él y echarle en cara todo lo que me había hecho pasar este tiempo, sin embargo, él habló antes de que yo pudiese seguir reclamando.

-¿Quieres saber cuál es mi problema? -dijo él esbozando una sonrisa cínica-. Mi problema es que cada vez que digo que "No me gustas" tú apareces hablando, riendo, divirtiéndote con otra persona, mostrándole expresiones que sólo deberían ser para mí. Es injusto, antes pensaba en lo perfecta que era mi vida, no tenía nada de que quejarme, pero ahora que tú apareciste cada vez me siento más vacío y ni yo me entiendo. Ya no soy el mismo y no puedo pasar ni 5 minutos sin que me pregunté si te encuentras bien. Mi problema se genera cuando sonríes y no es por mí. Cada vez que miras a alguien que no soy yo tengo ganas simplemente de tomarte y llevarte lejos de allí, simplemente quiero decir... Que me gustas.

Entonces toda la furia que había en mí hace unos momentos desapareció.
Jimin me dió un fugaz beso en los labios, pero tan sólo aquello fue suficiente para dejarme embobada, ¿Esto no era un sueño? No sabía exactamente como debía reaccionar ante aquella repentina declaración. Frente a mí Jimin estaba completamente ruborizado, jamás lo había visto tan rojo en mi vida, aquello no parecía ser exactamente una de sus mentiras o sus juegos, me costaba creerlo y los fuertes latidos que mi corazón daba no me dejaban pensar de manera clara, él a su vez estaba igual de confuso que yo ante la situación.

-Yo... -dije aclarando mi garganta.

Jimin volvió a posar sus labios en los míos, aunque esta vez fue más profundo e intenso que antes, diferente a cualquier otro beso que me hubiese dado antes, me invadió una dulce sensación, Jimin jamás había sido tan amable y delicado conmigo, ambos nos dejamos llevar por la cálida atracción que ahora ambos sentíamos mutuamente y olvidamos todos los problemas y consecuencias que aquello podría traer consigo.

Desearía Poder Odiarte ↠{Jimin y Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora