Desearía Poder Odiarte ↠{Jimin y Tú}

{043}

Narra ____(T/N).

A codazos debí abrirme paso entre la multitud de gente —principalmente chicas— que no dejaba de mirar expectante la situación. Cuando por fin llegué a la primera fila, me di cuenta que todos estaban rodeando ampliamente un grupo de chicos muy guapos y un camarógrafo ante ellos, por lo que supuse que debían estar haciendo una cesión fotográfica. El grupo de chicos conversaba de manera despreocupada, entre ellos no estaba Jimin, sin embargo, la persona que estaba siendo fotografiada era él.
La escenografía era sólo una cama de flores y Jimin se encontraba en esta, logrando un efecto completamente visual. Su cabello rubio había vuelto a la normalidad con el tono más puro, estaba usando una camisa y pantalones negros, aunque sólo fotografiaban la parte de arriba de su cuerpo, estaba rodeado de flores color violeta y todo eso acompañado de una expresión más sería que nunca resultaba ser espléndido. Sin darme cuenta me quedé embobada mirándolo, al igual que un montón de chicas más.

—¡Perfecto! —le dijo el fotógrafo—. Hemos terminado Jimin, Eunwoo es tu turno.

Jimin se levantó sacudiéndose las flores de la ropa, para ser relevado por el otro chico. Caminó hacia donde los demás sin advertir mi presencia y empezó a hablar con ellos amistosamente, aunque no sin dejar de mostrar cansancio en su mirada.

Esperaba sinceramente que me viera, pero no fue así, la gente comenzó a marcharse lentamente a medida que iba anocheciendo menos yo, que tenía pensado al menos cruzar algunas palabras con él, poder pedirle disculpas por lo terca que había sido y por haber creído a otras personas en vez de a él mismo. Me senté en una banca observando la situación, hasta que el último chico terminó con las fotos.

—¡Lo han hecho de maravilla! —exclamó el hombre con la cámara en la mano y luego apunto a Jimin—. Para ser novato no estás nada mal, ya estás a la altura de un modelo profesional. Llámame si quieres volver a trabajar conmigo.

Le tendió una carta de presentación a Jimin y éste sonrió de oreja a oreja. Luego el fotógrafo les entregó cheques a cada uno de los chicos y después de despedirse cada uno se fue por su camino, a excepción de Jimin, quién se sentó en una de las bancas y comenzó a contar el dinero con entusiasmo. Luego lo guardo en el bolsillo de su chaqueta y se recostó en la banca ¿Acaso estaba pensando en dormir allí?

Me levanté de mi asiento y me dirigí hacia él. Cuando toqué su hombro para despertarlo, éste reaccionó de tal manera que debí retroceder para que no me diese un manotazo. Entonces cuando se dió cuenta que era yo me miró con cierta preocupación y extrañeza.

—¿Ibas a dormir aquí? —pregunté sin saber exactamente qué pensar.

—¿Qué haces aquí? —preguntó él— ¿Sabes la hora que es?

—Yo te hice una pregunta primero —protesté.

Ambos no respondimos, no sé si fue mi idea, o él, al igual que yo recordó aquella vez en mi habitación cuando nuestros padres habían tenido una cena y ninguno de los dos quería responder la pregunta. El ambiente se había vuelto incluso más incómodo que antes.

—Si duermes aquí podría pasarte algo —le dije sería e intenté parecer molesta— ¿Por qué te fuiste en la mañana?

—Bueno, salí a buscar trabajo —respondió encojiendose de hombros—. Y lo conseguí

—Aún no te has curado del todo —bufé—. Incluso si conseguiste trabajo ¿Planeas vivir en la calle? ¿Cuándo vas a volver a la escuela?

Él no respondió, sólo se quedó mudó, con semblante dubitativo. Claro que era normal que reaccionara de esa forma, después de todo hace unas horas en mi casa había sido muy cortante con él.