Desearía Poder Odiarte ↠{Jimin y Tú}

{Final}

Narra Jimin.

____(T/N) se vio obligada a pausar las clases debido a las cosas que estaban ocurriendo. Afortunadamente, pudimos contactar con un abogado para llevase la defensa acabo, pero mientras ____(T/N) se hallaba esperanzada por ello, yo sabía que eso sólo serviría para hacernos ganar un poco más de tiempo.
Cómo tan sólo podían retener a su madre 3 días en prisión preventiva, habían decidido hacer el juicio el viernes, entonces ella saldría el jueves y tendría tan sólo un día para preparase.

Estábamos a miércoles y comenzaba a darme cuenta de la absurdo que era todo esto. La posibilidad de que ganáramos contra mi padre era de cero, no teníamos ni una mera oportunidad.
_____(T/N) comenzaba a desesperarse y eso me preocupaba, me molestaba saber todas las consecuencias que habían provocado mis acciones, ahora no quedaba más que tomar las consecuencias.
Nos hicimos cargo de tener los papeles listos y notificar al abogado lo ocurrido, todo ello sin que _____(T/N) llegara a sospechar de mis verdaderas intenciones, aunque por supuesto, no recurriría a ello si no fuese estrictamente necesario.
Fue así como mi cumpleaños número 18 pasó desapercibido, casi como si ni siquiera hubiese estado presente. Ella insistió en celebrarlo o hacer una pequeña fiesta, pero me negué. No teníamos tiempo para tales tonterías.

(...)

-¿Pasa algo Jimin? -preguntó ella algo nerviosa.

Alcé la ceja y me detuve en seco al darme cuenta que movía mis piernas con ansiedad.

-No es nada -sonreí restándole importancia.

-No pareciera ser nada -refunfuñó.

Me acerqué sentándome junto a ella en el sofá y ella se acurrucó entre mis brazos, apoyando su cabeza en mi pecho, mientras sujetaba mi suéter con fuerza, como si supiera que no estaríamos juntos luego de esto.
La acaricié intentando calmarla, aunque eso no parecía ser suficiente suficiente para remover el desasociego que a ambos nos tenía dominados.

El jueves por la mañana el timbre sonó. Tanto _____(T/N) como yo nos dirigimos ansiosos a la puerta para recibir a su madre.
La recibimos con sonrisas de oreja a oreja, que reflejaban lo aliviados que estábamos de verla, saber que se encontraba bien y también porque sabíamos que ella sabría manejar el tema mucho mejor que nosotros.
A pesar de que se contacto con el abogado, se informó de todos los cargos con los cuales la querían formalizar y también con que cosas podría defenderse, la expresión de su rostro no había mejorado, incluso se veía aún más preocupante.

Con todo esto llegamos finalmente al día del juicio.
____(T/N) entró de las últimas puesto que entró como público.
Me senté al lado derecho de la corte. La madre de ____(T/N) en el centro. Según el abogado, yo sería un testigo clave por la llamada que había escuchado en el teléfono.
Las incontables miradas hostiles de mi padre no cesaron al ver que usaba el asiento del testigo, pero no le dejé intimidarme y mantuve su mirada con atrevimiento cada una de las veces.

El secretario tomó un micrófono y comenzó a recitar las supuestas acusaciones a la madre de ____(T/N). Escuchaba falacias de tamaño descomunal, me dieron ganas de echarme a reír allí mismo. Aquella mujer era demasiado amable y buena como para hacer cualquiera de las cosas que mencionaban, bastaba sólo mirarla para saberlo.

El abogado defensor se levantó del asiento una vez se habían terminado de exponer las acusaciones, con el fin de lograr el reconocimiento de la inocencia de su clienta.
Sin embargo, no pasó mucho hasta que los abogados de mi padre tomaron riendas en el asunto y también comenzaron con la defensa de su cliente.
Todo el estrado se mantenía tenso. Miré a ____(T/N) y pude comprender que ella no entendía lo que ocurría mínimamente en ese instante.