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Narra ____(T/N).

La vuelta a casa fue silenciosa, ninguno se atrevía a decir algo. Era un silencio incomodo, pero no por el hecho de que nos encontrábamos solos, sino porque a ambos nos habían caído las palabras del padre de Jimin como tejas.
Luego puse la excusa de que tendría exámenes y debía estudiar, Jimin por su parte no protestó. No quería estar con él, no porque me sintiera molesta, sino porque no quería actuar extraña frente a él y hacerlo sentir culpable. Por supuesto me preocupaba el trabajo de mi madre, se había esforzado tantos años y sabía que no podría evitar mostrarme distraída o alertada, prefería que él no me viera así.

No pasó mucho tiempo hasta que mamá llegó a casa, supuse que Jimin también se había percatado de ello desde su habitación. No se oía de manera clara, pero sí notaba las protestas de mi mamá contra el celular. Salí de la habitación y me acerqué a la escalera con curiosidad.

—¿Estás bromeando no? —soltó ella en una risa forzada—. Acabo de llegar hace poco menos de un año a Corea, no puedo estar realizando viajes así como así.

Del celular no se escuchaban más que balbuceos, así que no entendía ni meramente lo que decían a través de la línea.

—No. Tengo una hija de diecisiete años, los cambios son difíciles para los adolescentes —esperó unos segundos con el ceño fruncido antes de continuar— ¿A qué te refieres que tiene que ver con ella todo esto?

No me podía hacer una idea de lo que podría estar hablando, pero por alguna razón me daba desconfianza, percibía que no era algo bueno.

Mamá subió la escalera sin dejar el celular de lado, replicando y protestando múltiples veces con total concentración, hasta que me vio en el pasillo.

—Te llamaré luego, debo irme —dijo al verme.

Colgó el teléfono y lo guardo en el bolsillo de su chaqueta. Me miró de manera lastimera, aunque intentado disimularlo.

—¿Qué ocurre? —pregunté nerviosa—. Hace poco parecías estar molesta.

—No es nada —mintió sonriendo.

—Sé que ocultas algo, eres demasiado obvia.

—Son temas de adultos y trabajo —replicó mamá—. No debería interesarte.

—Hace poco me mencionaste así que sí me interesa.

—¿Estabas espiando? —me miró mal.

—No —mentí—. Iba por un vaso de agua cuando te vi, te veías tan concentrada que no quise molestarte.

—Entonces deberías continuar con eso ¿No? —me sonrió y se dió la vuelta para dirigirse a su habitación, dejándome plantada.

No me quedó otra que bajar de mala gana a la cocina para beber agua y así camuflar mi mentira.
Mi mamá siempre me contaba todo; sus preocupaciones, alegrías, cómo le iba en su día, etc... Entonces a qué se debía aquella actitud evasiva que había tomado conmigo. Como un rayo pasó la "amenaza" del padre de Jimin, aunque me costaba creer que realmente él se viera involucrado. Eso tan sólo nos lo había dicho hace unas horas, no era posible que tomara cartas en el asunto tan rápido... ¿O sí?

(...)

Por la noche cuando ya iba a dormir, alguien interrumpió en mi habitación. No había visto a Jimin en todo ese rato y ahora tenía la inmensa necesidad de verlo, casi como si me arrepintiera de dejarlo sólo.
La esperanza de que fuese el se desvaneció al ver a mi madre cerrando la puerta tras ella. Se acercó a la cama y se sentó junto a mí mientras masajeaba mi cabeza. Su semblante estaba triste y no entendía bien a qué se debía, pero supuse que tenía que ver con la conversación que había mantenido antes por teléfono.

Desearía Poder Odiarte ↠{Jimin y Tú}Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt