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                                Capítulo veintidós

Jaebum sonrió sobre mis labios. Sujetó fuerte mi mano y me pidió que lo siguiera.
Ambos echamos una mirada hacia la pista de baile para buscar a Youngjae y Somin, ellos se encontraban en la barra ahora.
Salimos del club por la parte trasera. Mis manos sudaban y estaba segura de que era porque Jaebum no dejaba de comportarse extraño. El beso, sus caricias, la forma en la que caminó a través del club llevándome de la mano. Esos pequeños detalles me hacían sentir más que una niña para él, detalles que me agradaban a la vez que me confundían y dejaban sin aire.

Jaebum miró hacía sus lados y me acorraló contra la puerta ya cerrada del club. Se quejó golpeó la pared con su puño.

— Esto ya no... Será la última vez. —Sonreí nerviosa. Jaebum se había puesto tan serio como el primer día en el que llegó a casa.-

El inquilino bajó la mirada unos segundos. Una de sus manos pasó frente a mis ojos sin animarse de inmediato a descansar sobre mi mejilla. En cambio, se apresuró y tomó mi cintura con ambas manos. Me llevó hacia él. Sólo podía desear que no me sintiera temblar, no podía controlarlo.

Besó la comisura de mis labios con suavidad, siguió por mi cuello y volvió a ocuparse de mis labios. Sentía sus caricias en la cintura.

— Diablos, no es una buena idea.

— ¿A qué te refiere?

— Bueno... Las cosas están subiendo de tono. Lo siento.

¿Qué estaba haciendo? Jaebum estaba actuando sobre mí como si su voluntad fuese algo completamente indiscutible. Jinyoung seguía allí, en alguna parte. Jaebum era amigo de mi hermano, como él. Dejar que esto suceda significaba tomar el mismo camino por segunda vez.

— Necesito... Entrar. —Dije. Jaebum se alejó y me permitió el paso.

Encontré a Youngjae mientras buscaba el baño. Parecía divertido y aún era temprano así que decidí no molestarlos con querer irme.

— ¿Has visto a Jaebum? Lo he buscado. Una amiga está aquí y quiere conocerlo. —Sonreí nerviosa y negué con la cabeza-

— Oh, allí está. —Exclamó Somin y tiró del brazo a una delgada chica de cabello corto. Giré los ojos, Jaebum estaría encantado de conocerla, hasta ya caminaba hacia nosotros con una enorme sonrisa en sus labios—

— ¿A dónde te has metido, amigo? —preguntó Youngjae. Jaebum me miró fijo.

— Estaba con _______. — Imbécil. Eres un imbécil.—

Youngjae se volvió a mí un tanto confundido. Yo simplemente, me dediqué a juzgar al idiota con la mirada.

Somin le presentó a la joven. Al parecer, una extranjera que comenzó a trabajar con ella hace algunos meses. La chica había visto a Jaebum en una revista y quedó encantada.
El inquilino se veía orgulloso. Con la frente en alto y el pecho inflado.
Cuando ellos dos se separaron de nosotros para seguir conociéndose, decidí irme. La situación se transformaba algo sucia y confusa. No me importaba seguir participando en ella.

Llegué a casa en taxi. Me duché y dormí algunas horas. Mi estómago se encogía cada vez que recordaba los besos de Jaebum. En especial, ese beso.
Me sentía una completa estúpida. Él tenía razón, era una niña. Bastaba con ser amable conmigo y atractivo para que caiga ante sus pies. ¿Qué estaba mal conmigo? ¿Acaso era mi autoestima?

Yo quise el fin, y había más  (Jaebum y tú)Where stories live. Discover now