El lobo de los ojos amarillos | [Libro 1] (EN EDICIÓN)

Capítulo 2

Owl

La habitación se volvió más oscura a medida que un extraño poder incrementaba a medida que los que se encontraban en la habitación cedía ante él. Era extraño verlo todo como si fuera un espectador. En un momento, todo estaba en movimiento y las conversaciones florecían fácilmente. Todo parecía ir normal, pero ni siquiera cuando me detuve abruptamente y sentir como la pequeña pelirroja chocaba con mi espalda; Algo no iba bien.
Y así fue. Los jóvenes que nos rodeaban y que hace un momento bailaban al ritmo de la música, fueron nublados por una lujuriosa cortina y en un momento a otro, todos se besaban y se arrancaban la ropa en un ataque de frenesí. Giré mi rostro hacia mis amigos y todos ellos parecían estar normales. Miraban a todos con el ceño fuertemente fruncido y luego me miraron a mí, como si yo supiera la respuesta de lo que estaba sucediendo.

La pequeña muchacha se acercó a mí. Podía sentir que alrededor de ella flotaba un aura de cuestionamiento. Sabía que me preguntaría qué estaba sucediendo, pero cuando bajé la mirada para verla, ella parecía haber despertado en un lugar totalmente distinto. Al parecer no se había percatado de lo que sucedía a su alrededor, hasta ahora.

—¿Q-Qué esta sucediendo? —Oí su frágil voz romper el lujurioso ambiente que estaba rodeando el lugar. Ella me miró y solo bastó un par de segundos antes que sus ojos del color del pasto, se volvieran blancos. Sus rodillas cedieron a su peso, y si no hubiera sido más rápido, entonces su frágil cuerpo se habría desplomado en el suelo de madera.

Mis brazos acunaron su cuerpo cálido. No me había dado cuenta de lo pequeña que era hasta ahora, cuando cabeza quedó colgando y su salvaje cabello caía como bucles hasta tocar el suelo. Había quedado a muy pocos centímetros del suelo. Muy lento.

Escuché a mis amigos gruñir cuando vi en mi vista periférica una pequeña figura caminar hacia nosotros. Dejé el cuerpo de la pequeña pelirroja en el suelo, tal como si fuera una simple muñeca de trapo. Erguí mi figura y sentí la presencia de los míos en mi espalda, protegiéndome de cualquier cosa. Ellos siseaban y gruñían de vez en cuando. Podía adivinar que estaban contrayendo sus labios para mostrar las hileras de peligrosos dientes, tal como yo lo estaba haciendo. La pequeña criatura parecía no inmutarse ante eso. Tenía forma humana, pero era más extravagante que uno. Su cuerpo era curvilíneo y podía notar el brillo verdor de su piel, el cual se revelaba incluso con las tenues luces del salón.

—Lárgate—Mi voz salió como un amenazante silbido—No perteneces a estas tierras.

La criatura me miró con sus inmensos ojos de aguamarina y esbozó una sonrisa. No pude identificar si era una traviesa o una que demostraba cierta ironía. Mis compañeros se acercaron a mí en el instante que la criatura avanzó hacia nosotros.

—Estas tierras están bajo nuestra protección—La voz ronca de Samuel sonó en mi lado derecho. Mi mejor amigo era de mi misma estatura, pero lucía más amenazador que yo. De una forma u otra, logró hacerse amigo de Johnny, el novio de la dueña de la casa.

—¿Protección? —Finalmente la criatura habló y su voz sonaba como dos octavas más arriba. Era como unas campanadas que podrían traer el éxtasis a los hombres y mujeres. Obviamente su voz no nos hizo efecto, y eso la molestó en cierto modo ya que su sonrisa se convirtió en una extraña mueca.

El cabello cobrizo de la criatura se movía acorde los movimientos gráciles de ella. A medida que iba paseando por el lugar, un perfume de dulce olor (atractivo para los mortales y desagradable para nosotros) llenó todo el sitio, provocando que el frenesí de los invitados se rompiera en un segundo a otro. Inmediatamente, todos cayeron completamente dormidos, como si fueran unos simples niños que ignoraban todo el peligro que los rodeaban. La ninfa se dio la vuelta y sonrío nuevamente hacia nosotros. El único grupo que se mantuvo de pie.