Capítulo 17: "Una guerra de plumas"

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Disculpen un poco la demora ): Este capítulo lo tenía listo ayer pero, mi pc decidió quedarse pegado y estuve a punto de perder este capítulo. 

Y está dedicado a una amiga que me ayudó un poco a terminar este capítulo, asique muchas gracias HatsuneKawaii
Te lo agradecemos eternamente nena <3 Muchas gracias ;*




SCARLETH


A la mañana siguiente, desperté al lado de Sandra y Sasha, quienes dormían plácidamente en un colchón tirado al piso, con todos los cojines repartidos por toda la habitación y las cobijas desordenadas. El sol atravesaba débilmente entre las cortinas que cubrían las ventanas, y para colmo mío, los rayos del sol caía sobre mi cara y fue completamente incómodo, por lo que agarré las cobijas que estaban cubriendo mis pies y me cubrí la cabeza y nuevamente caí en los dulces brazos de Morfeo.
Cuando era más joven, solía leer constantemente historias en donde la protagonista despertaba con los rayos solares y estaba realmente fresca, y casi nunca despertaba con la alarma o los gritos de tu madre. Cabe destacar que esta era la primera vez en que el sol me despertaba y no hacía falta repetir que fue lo más odioso que me ha sucedido en toda mi vida, por esa misma razón, tenía mi habitación al otro lado de la casa, para impedir estos desastres matutinos, pero obviamente tenía que sufrir con la consecuencia de recibir todos los rayos solares de la tarde, algo que en verano era insoportable, puesto que la habitación se calentaba como horno y era imposible estar en ella sin sentir que te cocinabas.

No sabría decir cuánto tiempo pasé descansando con Morfeo, pero si podía deducir que había pasado harto rato, ya que escuchaba las risitas de mis amigas, quienes provocaban las odiosas cosquillas en mi cara y cuello con quizás que cosa. Inconscientemente me levanté de golpe y mi rostro chocó con las dos caras de mis amigas, haciendo que se escuchara un hueco ruido.

—¡Ouch! —Se quejó la rubia quién se estaba frotando la frente.

—¡Scarleth! —Sasha chilló con los ojos cristalizados.

—¿Puedo saber por qué estaban encima de mí? —Cuestioné con toda la cara adolorida.

—Te queríamos molestar—Se excusó Sandra—. Pero no era para que nos golpearas a las dos.

—Mi cabeza, me duele—Sasha se tiró encima de las pocas almohadas que se encontraban en nuestra improvisada cama—. Moriré, ya no puedo más.

—No seas exagerada—Dije tirándole un cojín en la cabeza y ésta gritó escandalosamente.

—¿Pero por qué gritas, hombre?

—Me están torturando—Dijo y acto seguido, agarró una almohada que se encontraba debajo de ella y me golpeó con ésta misma, lanzándome fuera del colchón.

—¡FUA!

—Oh dios...

—¡Por dios, Scarleth! ¿Estás bien? —La morena se acercó a mí con la preocupación dibujada en el rostro.

A duras penas, me levanté y golpeé su rostro con el cojín, botándola al piso.

—¡Casi me matas! —Seguí golpeándola con todas mis fuerzas, pero ésta se reía a carcajadas.

—No me hagas reír, gatita—Agarró mi tobillo y velozmente, me tiró a la cama y sin poder hacer nada para defenderme, tiró todos los cojines en mi dirección.

El lobo de los ojos amarillos | [Libro 1] (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now