Capítulo 8: "Déjame estar contigo"

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SCARLETH


Michael se incorporó fácilmente en mi familia, aunque mi madre decía que odiaba a los felinos, de todas formas lo soportaba, incluso la había visto ver CSI con el animal durmiendo en sus piernas y ella lo acariciaba. Vaya manera de odiar.
Al día siguiente después de la visita de Sandra, quién sintió una gran conexión con el felino, sin saber que él era su hermano; Me encontré con Owl apoyado en mi casillero y a su lado, estaba Dylan. El chico de mediana estatura que les miraba el trasero de manera descarada a todas las chicas que pasaban por frente de ellos. Owl no parecía ser la clase de chico que mira traseros como el pequeño de su amigo, es más, miraba a Dylan con la ceja totalmente arqueada y parecía divertido con lo que estuviera diciendo el chico.

Cuando me acerqué a ellos... es decir, a mi casillero. Dylan alzó su mirada y me miró, obviamente, trató de disimular un leve codazo en la costilla de Owl, y éste sin poder responder con algún quejido o con alguna fulminada, él también me miró cuando se percató que su amigo me estaba mirando.
Owl, se enderezó y acomodó su chaqueta de cuero negro. Empujó a Dylan para que éste se pudiera correr y yo le sonreí a ambos cuando pasé por el lado de ellos. Digité la clave del candado de mi casillero y a continuación, lo abrí para encontrarme con mis libros y algunos que otros post-it con cosas que debía recordar con urgencia, como la fecha de la obra.

Demonios... Olvidé por completo la obra y hoy tenía cuatro horas de literatura y debía por lo menos haber memorizado al menos las primeras líneas del guion.
Ignoré totalmente a Owl cuando saqué el guion y empecé a leer por último de que se trataría la obra y los primeros personajes.

—Scarleth—Cada vez que Owl pronunciaba mi nombre, su rostro se volvía más cálido y amable.

Yo miré al chico que se hallaba levemente inclinado a mí y me di cuenta que su mano se estaba dirigiendo hacía mí, y por reflejo me alejé de él. Mi corazón empezó a latir con fuerza cuando su mano siguió acercándose a mi cara, incluso pensé que vomitaría mariposas cuando sentí el tacto de sus dedos apartar un mechón de mi cabello, posicionándolo detrás de mí oreja.
La oscura mirada de Owl estaba puesta en mi cara. Sentí como me observaba detalladamente y mi corazón no parada de latir fuertemente. Un intenso calor que nacía de mi pecho, subió hasta mis mejillas, sintiendo como me ruborizaba cuando sus oscuros ojos se enfocaron en los míos. Todo era tan intenso que pensé que iba a morir de un ataque al corazón. No es sano sentir estas cosas.

Quise, no... necesitaba que él me volviera a tocar. Tenía la necesidad de sentir sus dedos en mi piel, creando un camino de escalofríos y de calor. Él se alejó de mí y yo desvié la mirada al interior de mi casillero para sacar algunos cuadernos y meterlos en mi bolso, a continuación. Cerré el casillero y la morena cara de Dylan se hizo presente. Ahogué un grito, pues claro. No me esperaba que él estuviera detrás de mí casillero y que haya presenciado toda esa escena. Ni que nos hubiéramos besado...

—Hola nena—Dijo subiendo y bajando rápidamente sus cejas.

—Adiós—Me di la vuelta para mirar a Owl, quién tenía una ceja arqueada y nuevamente se hallaba recostado en mi casillero, pero de inmediatamente se enderezó cuando me despedí de él también.

—¡Scarleth! —Automáticamente me di la vuelta cuando escuché decir mi nombre.

Sasha me envolvió con sus brazos y me mantuvo en el aire por un par de segundos para luego volverme a dejar con los pies en la tierra.
Sus gruesas cejas negras delineaban con perfección su alargado rostro, y debajo de sus ojos, se veían algunas ojeras, producto de un intenso resfriado.

El lobo de los ojos amarillos | [Libro 1] (EN EDICIÓN)Onde histórias criam vida. Descubra agora