Cita. Parte 2

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Will y él habían quedado en ir a la ciudad el día sábado. Argos iba a llevarlos lo más cerca posible del centro* y luego ellos se las arreglarían para volver.
Eran las 13:49 y se suponía que a las 14 iban a encontrarse en el árbol de Thalia y él todavía no salía de su cabaña; los nervios le podían demasiado. No paraba de preguntarse qué pasaría si algún monstruo los interrumpía, o qué tal si tenían algún  problema con los mortales por ser dos chicos teniendo una cita (pero luego se preguntó como sabrían ellos que era una cita) o si a Will le gustaría lo que tenía planeado para la tarde. Se reprendió por sus inseguridades; Will probablemente ya estaba esperándolo en el árbol y el ahí, parado en el medio del lugar como un tonto. Cuando se fijó en la hora en su reloj de muñeca, ya eran las 13:55. Tomo su billetera con la tarjeta y el documento -que su padre muy amablemente le había facilitado un tiempo atrás- y salió literalmente corriendo hacia la entrada al campamento.
Pudo divisar al rubio en la colina, recostado sobre uno de los árboles mirando al cielo. Había llegado justo a tiempo.

- Hey.

Will giró su rostro hacia Nico y sonrió.

- Hey. Pensé que te habías arrepentido.

Nico se sonrojo. Por supuesto que no se había arrepentido, es sólo que su problemática mente lo había retrasado.

- No. Por supuesto que no. Lamento llegar tarde... es que... bueno, perdón -dijo mientras bajaba su cabeza avergonzado. Volvió la vista al hijo de Apolo cuando escuchó su risa.
- No te preocupes tonto -contesto Will haciendo que el rostro de Nico se tornara rojo otra vez -Además, llegas justo a tiempo. Argos está esperando por nosotros, ¿vamos?
- Claro.

Luego ambos entraron en la parte de atrás de la camioneta. El hombre de muchos ojos prendió la radio para así aligerar un poco el ambiente. Durante el camino hablaron de muchas cosas, nada importante en realidad.

****

Luego de una hora y media de viaje, llegaron al centro de Nueva York. Se despidieron de Argos y emprendieron camino.

- Bueno, ¿quieres ir a algún lado en particular o...?
- De hecho, me gustaría llevarte a un lugar que conocí hace unos años. Yo no se si vos has estado acá antes o no, pero... tal vez te guste -contestó el pelinegro un poco nervioso. Esto de tener citas era algo totalmente nuevo para él y que jamás pensó que le pasaría pero ahí estaba, llevando a cabo una cita que él mismo había pedido y planeado con el chico de sus sueños. Y también suspiros... y deseos y anhelos y...
- ¿Nico? -salió de sus pensamientos cuando escuchó la voz de Will pronunciando su nombre. Cuando sus miradas se unieron, Nico pudo notar un leve tono de preocupación en sus ojos celestes -. ¿Estás bien Nico?
- Emm, sí, sí. Perdóname, es que me quedé pensando. Sigueme.

Aceleró el paso; no quería que Will lo viese sonrojado, otra vez (se prometió no pensar más en esas cosas).

Caminaron unas cuantas cuadras, fue hasta llegar a un gran y lujoso edificio que el rubio habló.

- ¿Acá era dónde me querías traer? -preguntó con un poco de burla el mayor.
- No seas idiota. En realidad hay que ir por detrás del edificio y luego hacer unos cuantos kilómetros más.
- Aja. Sino te conociera diría que me estás haciendo caminar hasta mi propia tumba.

Nico río con ganas, lo que hizo sonreír a Will.
Siguieron caminando por un callejón al lado del enorme edificio. Luego, saltaron un muro y siguieron caminando.

- Con esto, ya gasté mis horas de entrenamiento de la semana.
- No seas exagerado, tampoco caminamos tanto.
- ¿No? Dioses del Olimpo, si hasta ya estoy sudando.
- Solace, deja el drama ¿querés?
- ¿Drama? ¿Disculpa? Nico Di Angelo, ¿acaso no sabías que el drama es parte de mi? Soy hijo de Apolo después de todo.
- No lo menciones.
- ¿A mi padre o qué soy hijo suyo?
- Ambos.
- No se cómo sentirme respecto a eso.

Solangelo One ShotsWhere stories live. Discover now