El niño con el pijama de rayas AU. 1/2

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ADVERTENCIA: Esta historia está basado en la novela del mismo título del shot (El niño con pijama de rayas), por lo que si la leíste entonces sabes que vas a sufrir y sino pues... van a sufrir igual. Otra cosa, me siento en la obligación de avisar que dicha novela esta ambientada durante el Holocausto y Auschwitz, por lo que si no te gusta el tema no es obligación leer (obviamente); NO habrá ninguna escena explícita, pero si ciertas implicaciones que detonan en cosas fuertes. Una última cosa: Por Obvias Razones, cambié todos los nombres de los personajes y saqué y puse cosas de mi autoría. (Si ven algún "*" éste será explicado al final)

Pd: leí el libro e inmediatamente me vi en la necesidad de hacer un fic sobre el tema (hice uno totalmente diferente a éste -basado en el mismo tema- donde ellos son mayores pero no me animé a subir eso porque era un pelín -ponganle- más fuerte, soo, algún día tal vez lo suba). Espero les guste :)



Will tenía 10 años y lo que se consideraba una buena vida en Berlín. Tenía amigos, le iba bien en la escuela, se llevaba bien con sus abuelos y su madre y su hermana Kayla quien era 3 años mayor y siempre lo molestaba. Todo estaba bien; hasta que el Führer fue una noche a cenar a su casa y luego de eso, su padre fue ascendido en su trabajo como “comandante” y tuvieron que mudarse. A Will no le gustó; tuvo que dejar atrás a sus mejores amigos para toda la vida, a sus abuelos, a su hermosa casa y la barandilla que recorría los cinco pisas de esta en la que se deslizaba siempre y comenzar en un lugar que no conocía. Pero como era sabido, a nadie le importaron sus sentimientos y al final, se mudaron.



Al llegar a la casa, Will supo que iba a odiar estar allí; era solo de tres pisos, la pintura estaba vieja y parecía que en cualquier momento se caería a pedazos. En Berlín, el barrio en el que vivía estaba compuesto por otras casa más, había niños con los que jugar y puestos de comida, de accesorios y de otras cosas por todos lados, pero ahí no había nada de eso. La casa estaba en el medio de la nada, no había vecinos, no había niños y no había puestos; Will no quería estar ahí.



Acomodarse al lugar fue difícil. Le habían dicho (incluso su hermana mayor) que no estarían ahí ni siquiera un mes, pero el mes casi llegaba al final y ellos seguían ahí. Estar solo era una tortura para un niño tan hiperactivo como él; pero de todas formas, eso no era lo que más lo inquietaba, sino las personas al otro lado de la reja. ¿Qué reja? Pues, sucedió el día que llegaron. Luego de que Hestia, la criada que había estado con su familia desde siempre, terminara de acomodar su ropa; en su antigua casa podía ver todo Berlín desde una de las ventanas, por eso, se acercó a la gran ventana en la parte opuesta de la puerta de su habitación con la esperanza de ver Berlín y tal vez algunos vecinos, pero no fue así. *Pegó la cara al cristal y vio lo que había fuera, y esta vez, si bien sus ojos se abrieron desmesuradamente y sus labios formaron una O, sus manos permanecieron pegadas a los costados porque algo le hizo sentir un frío y un temor muy intensos.*
Lo que Will vio, lo dejo impactado; unos metros más allá del jardín todo cambiaba: había muchas personas, tanto niños como adultos y algunos tal vez de la edad de su hermana, y también cabañas donde salían muchos niños, pensó que el vez sería su hogar. *Paralela a la casa discurría una enorme alambrada, con la parte superior inclinada hacia dentro, que se extendía en ambas direcciones hasta más allá de donde alcanzaba la vista. Era una alambrada muy alta, incluso más que la casa donde se hallaban los niños, y estaba sostenida por gruesos postes de madera, como los de telégrafos, repartidos a intervalos. En lo alto, gruesos rollos de alambre de espino enredados formaban espirales.* Allí, tampoco había vegetación, había grandes edificios separados entre ellos y dos columnas de humo. Will reparó en los adultos que llevaban carretillas de un lado a otro, detrás de algunas cabañas, otros que eran llevados por algunos guardias a un sitio fuera de su vista, algunos llevaban muletas y la mayoría tenía vendajes en la cabeza así como también en que todos, absolutamente todos, llevaban la misma ropa: pijama gris con rayas y una gorra del mismo diseño.
- Qué raro –susurró el pequeño.


Luego de ese descubrimiento, Will había intentado hablar con su padre, pero desgraciadamente no lo había visto. Ellos tres –su madre, su hermana y él- habían viajado solos desde Berlín, siendo su padre el único que se había ido antes. Hasta que un día por fin lo había encontrado e intentó razonar con él, diciéndole que quería volver a su casa; su padre, por supuesto, se negó.

- Pero papá…
- Will –lo interrumpió su padre-. Este es nuestro hogar ahora, así que tienes que acostumbrarte. Sin peros. ¿Entendido?
- Si, padre.

Iba a retirarse, cuando se dio la vuelta dispuesto a hacer una última pregunta: -Padre…
- ¿Sí, Will?
- Esas personas… quiénes son –su padre lo miro confundido.
- Bueno… secretarias, soldados, empleados. Ya los habías visto antes, Will.
- No, no me refería a ellos. Sino a la gente del otro lado de la reja. Aquellos que viven en esos barracones.*
- Ah, esos –su padre ladeo la cabeza, como buscando la mejor forma para que su hijo lo entendiera, luego sonrió a penas -. Bueno, ellos no son personas, hijo.
- ¿Cómo?
- Así es. Al menos no lo que nosotros entendemos como personas –explicó el hombre –. Pero no tienes por qué preocuparte por eso; ellos no tienen nada que ver con nosotros ni mucho menos cosas en común. Tú solo pórtate como debes y hazle caso a tu madre, ¿de acuerdo?
- Sí, padre.
Lo dejó irse, no sin antes hacer ese saludo tan raro que todo el mundo hacia y su padre les había obligado a aprender. Will pensaba que significaba algo como: “Nos vemos, ten un buen día”.


Las semanas seguían pasando y otra cosa que de cierta forma molestaba a Will, era que cada vez que quería hablar con Hestia sobre lo que le molestaba esta decía que no le correspondía pensar en lo que era lo correcto o no, que su padre sabía lo que les convenía y que era mejor que no dijera en voz alta lo que sentía respecto a ese lugar. Pero un día, ella le contó cómo es que terminó con ellos; le explicó el gran favor que Lester, el padre de Will, había realizado por su familia. Había pagado los gastos médicos de su madre cuando esta enfermó y su funeral, y como le había dado trabajo con ellos.
- Él siempre fue tan bondadoso con nosotros, siempre fue un hombre bueno… –explicó la mujer mirando por la ventana hacia las personas del otro lado -. Por eso no puedo creer que haga esto.
- ¿Hacer qué? –la mujer lo miró durante unos segundos antes de suspirar y acercarse a su lado.
- Eso no importa ahora, Will. Algún día, cuando seas más grande, lograrás entender por qué nos mudamos, lo que sucede del otro lado de la reja, y más importante, lo que sucede en el mundo –ella no dijo nada más, simplemente besó su frente, se paró, terminó de acomodar su ropa, y se fue; dejándolo solo y con sus pensamientos y sentimientos más entrecruzados que antes.


Si había algo que Will odiara era estar sin hacer nada. En su antigua casa, siempre estaba explorando y siempre quiso ser explorador; claro, siempre y cuando lo de ser médico no funcionara. Por eso, un día, luego de meses de estar ahí, decidió que ya era hora de explorar el lugar; por lo que buscó un abrigo y sus botas y partió; obviamente, salió de su casa a sabiendas de que en ese lugar no encontraría nada. Entonces vio la alambrada y creyó que la mejor decisión sería seguir el camino de la esta, aun cuando sus padres le habían dicho que estaba terminantemente prohibido explorar por esos lados.

¿Quién sabe? Tal vez tenía suerte y encontraba a alguien. Nunca estaba de más mantener las esperanzas altas.

* Éstos son pequeños fragmentos que saqué del relato original; no lo sé, sentí la necesidad de ponerlos.

Well, en el siguiente aparecerá Nico.

Pd: les recomiendo leer esa novela, en serio, hace tiempo que no leía un libro tan hermoso como ese y que no se me hiciera tan tedioso (lo leí en un día). La verdad es que hace rato quería leerlo pero no me animaba ya que no sabía muy bien de que trataba (y no, la sinopsis no ayudó en lo absoluto) pero no me arrepiento de haberlo hecho. Así que si deciden leerlo, créanme, no se arrepentirán; y si lo hacen los tiro al tártaro. Naa mentira 😂😂😁

En fin, ahora los dejo.

Byeeee 😚

Pd: sorry si hay errores ortográficos o de redacción; juro que lo releí para fijarme y corregirlos, pero siempre se me puede pasar algo por alto.

Solangelo One ShotsWhere stories live. Discover now