Capítulo 13: The Dark Moon. Parte III

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| Road to "La Iglesia".

Como si no nos hubieran mantenidos presos durante toda la noche, apuntado con sus armas o torturado a nuestros amigos, los Calaveras nos dejaron ir hace una hora sin ningún tipo agresión de por medio o una disculpa por todo lo nos hicieron, simplemente abrieron la puerta del contenedor nos entregaron nuestras pertenencias y dijeron algo así como "conocen el camino a la salida", sin siquiera molestarse en voltear a vernos cuando les preguntamos por Kira, Scott y Meredith.

Al estar en el exterior nos topamos con que la kitsune estaba allí fuera y no tardamos nada en atacarla con cientos de preguntas. Ella nos aseguró que Meredith y Scott están bien pero que ambos se quedarían un rato más con Araya para hablar y que al parecer tardarían en salir.

Luego, en contra de mi voluntad tuve que abandonar mi lugar frente a la puerta del edificio de los Calaveras para ir por el auto de Lydia y mi Jeep, casi histérico al enterarme que el vehículo de la pelirroja estaba estacionado al otro extremo del pueblo. Sin embargo y a pesar de lo lejos que tuvimos que ir para recogerlo, al regresar los hermanos McCall seguían dentro del edificio.

Por lo que ahora, recargados contra mi Jeep (el auto de Lydia estacionado justo detrás), los seis esperamos a que salgan. Cinco de nosotros lo hacen pacientemente.

—¿Dónde demonios están? —mascullo, mis manos retorciéndose con nerviosismo—. ¿No deberían estar aquí ya?

—Stiles, créeme cuando te digo que si te acercas a Meredith ella no va a recibirte con los brazos abiertos.

—¿Puedo saber por qué dices eso? —cuestiono a la banshee, mirándola con los ojos entrecerrados.

—Quizás porque ella nos hizo venir aquí para patearte el trasero —responde Isaac en su lugar.

—¡Allí están! —exclama Kira antes de que pueda decirle algo al rubio.

Mi atención de inmediato se fija en el área delante de nosotros. Scott tiene un brazo alrededor de la cintura de Meredith y ambos están parados enfrente de Araya, cuya expresión facial luce severa y amenazante antes de entregarle algo a mi novia (quien tiene vendas en las manos) y darse la media vuelta para desaparecer en el interior de su propiedad.

En un parpadeo estoy caminando hacia ellos, sin pasar por desapercibido el hecho de que mi novia rechaza la ayuda que Scott le ofrece y sus pasos además de ser lentos son inestables.

—No me toques —espeta Meredith, dándome un manotazo en cuanto trato de acercármele y rodeándome para llegar con el resto.

Lydia me dedica una sonrisa sabionda.

—Ella está furiosa —me dice Scott—. Especialmente contigo.

—No me digas, Sherlock —escupo con sarcasmo—. Pero los que deberíamos estar furiosos somos nosotros. Ella ni siquiera debería estar aquí.

—Lo sé y lo estoy, pero justo ahora no es el momento para discutir sobre eso —expresa con un leve encogimiento de hombros y antes de que pueda replicar ante eso añade—: Araya cree saber dónde podemos encontrar a Derek.

—¿Va a decirnos dónde? —inquiere Malia.

—De hecho, nos va a dar una guía —responde el alfa.

Un segundo después el escandaloso ruido producido por una motocicleta acercándose a nosotros nos hace mirar en la misma dirección. El vehículo de dos ruedas se detiene en medio de la calle, entre el resto de la manada y mi mejor amigo y yo, haciéndome retroceder un poco.

La persona conduciendo la motocicleta no tarda en quitarse el casco, es una chica afroamericana con tres largas cicatrices atravesándole la garganta y parte de la clavícula, dándole un aspecto intimidatorio de pies a cabeza.

About Witches & Covens | AW&W: 3 | Teen WolfWhere stories live. Discover now