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Runner/Corredora

NARRA DANIEL 

—Así que es hora de que le digas a mis padres que todo fue una mentira—decía la chica disfrazada de mariquita halando a Jake de la oreja fuera de la casa de Kiiara. 

Desde mi puesto como DJ sólo alcancé a oír los insultos y la espalda de Jonah contra el piso. Pobre Jonah. 

Todos celebraron cuando Jake y la chica atravesaron la puerta principal. Yo puse una buena mezcla, y la fiesta continuó. Mientras la música se reproducía sola, me perdí entre la gente para buscar a Grace.

—¡Daniel!—me llamó Corbyn desde un extremo de la sala.

Fui con él, mi corazón se aceleró porque Grace estaba ahí, al igual que Zach y Theresa. 

—Hola, chicos—saludé sonriendo—¿Qué están haciendo?—pregunté al ver que apilaban vasos. 

—El que haga la torre más alta, gana—explicó Zach poniendo dos vasos en su pirámide. 

—¿Y que pasa con los que no ganan?—pregunté viendo a Grace.

¿Por qué tenía que verse tan irresistible en ese disfraz? ¿Por qué nunca podíamos hablar a solas?

—El que no gana, es un perdedor—habló Zach poniendo el último vaso de su torre—¡Superen eso!—retó haciendo un baile raro de victoria. 

—Zach, eso no tiene sentido—dijo Grace por mí. 

—El juego tiene que ser más interesante—intervino Theresa recogiendo sus vasos. 

—Qué tal si al que se le caiga la torre hace una penitencia o reto o...no sé—sugirió Corbyn rascando su barba invisible. 

—Suena bien—dije poniéndome junto a Grace.

—Y...—llegó un chico extraño de la nada, estaba disfrazado de Spiderman—¿Y por qué no llenamos los vasos con agua, hacemos una torre y hacemos un juego de lanzar? Quién no logré meter esta pelotita de plástico en uno de los vasos tiene que quitarse una parte de su disfraz—dio su idea y todos quedamos viéndolo perplejos.

—¡TRAIGAN EL AGUA!—gritó Zach. 

—Mejor con vodka—animó Madison llegando del más allá con su capa agitada por el viento. ¿De dónde salió ese viento? Como sea, ella ciertamente parecía una descendiente del mismísimo Dracula. Claro, con la diferencia de que Madison era una vampiresa sexy.

NARRA GRACE

—Corbyn, déjame. Yo quiero jugar—decía Madison mientras Corbyn la llevaba lejos de nosotros. 

Sí Corbyn no lo hacía, yo iba a hacerlo. Era la primera vez que Madison se embriagaba, y ¡Cielos! Estaba fuera de control. Gracias a Corbyn no se ha roto un brazo.

—¡Qué empiece el juego!—exclamó Spiderman. 

Ninguno de nosotros sabíamos quien era, sin embargo, era amigable. O eso pensé, hasta que comprendí el verdadero significado de su idea. ¿Por qué Theresa era tan buena lanzando? No había perdido ninguna, Daniel menos ni Spiderman. Pero Zach y yo habíamos perdido al menos la ronda entera. Bueno, Zach no perdió tantas veces como yo, pero sí más que los demás. Yo tuve que dar mis orejas de leopardo, mis zapatos, mis pulseras y mis mallas negras. Zach dio sus sandalias y su cabeza de conejo. 

—¡Vamos, Grace!—me decía Theresa aplaudiendo.

Miré a Daniel un instante antes de arrojar la pelotita, y mágicamente cayó en el vaso de la cima. 

THESE GIRLS / WHY DON'T WEWhere stories live. Discover now