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Let it rain candy! / ¡Qué lluevan Golosinas!

A la mañana siguiente

NARRA ZACH

Me subí al tejado de la casa de Theresa cuidadosamente y toque el cristal de su ventana. Tenía un par de flores algo aplastadas en las manos. Comenzó a faltarme el aire y estaba casi seguro que era porque había escalado ilegalmente por un tejado.

—Zach...—susurró Theresa abriendo la ventana, sus mejillas llenas de pecas lucían algo sonrosadas—¿Que estás haciendo aquí?—preguntó mirando fuera de su casa y luego a mí.

Estaba despeinada, se acababa de levantar y era aún más hermosa. No podía hablar y solo extendí las flores y ella sonrió tímida.

—Quería...bueno, quería verte antes de ir...al institut...—Theresa se inclino a besar mi mejilla.

—Eres increíble—murmuró tomándome de las mejillas las cuales sentía calientes.

¡Bravo, de nuevo era un tomate andante! Pensé.

—Theresa, tú si que eres increíble...—Acaricié su cabello y sin decir nada más uní sus labios a los míos.

Comenzamos a hablar brevemente de la noche anterior, le conté todo el desastre, y que al final llegó la madre de Madison pero fue muy amable y paso a saludar, le comenté mi teoría de que la madre de Madison y la madre de Kiiara tenían una amistad secreta para vigilar a sus hijas en todo momento, como era de esperar Theresa me dijo que estaba loco. En fin el tiempo parecía estar congelado pero lastimosamente las manecillas del reloj seguían corriendo. Las campanas de la Iglesia cerca de la casa de Theresa sonaron.

—Dios, tienes que irte—dijo Theresa preocupada escuchando como comenzaba el ruido en su casa.

—Si, llegaré tarde a aritmética, que suplicio—hable sarcásticamente antes de besar su frente veloz y comenzar a bajar del tejado.

—Ten cuidado...

—Claro que tengo cuidado...—me resbale un poco pero me sujete mejor e intercambie miradas con Theresa—Te lo dije tengo cuidado—asegure divertido pero a ella no le hizo gracia.

—Te recuerdo que tengo la pierna rota por tu culpa—lanzó vacilante y algo se sintió mal dentro de mi.

NARRA DANIEL 

—He notado extraña a Grace—le comenté a Jonah mientras entraba en el coche con la bolsa con bocadillos de Starbucks y en la otra cafés recién hechos, íbamos a desayunar con Kiiara y sus hermanitas.

—¿Extraña? ¿Cómo de extraña?—preguntó encendiendo el motor.

—Como si ocultara algo, estuvo a punto de decírmelo pero no pudo y realmente se veía afectada—recordé aquel momento en el pórtico sus ojos cafés tan nerviosos mirando a todos lados.

—Bueno, lo primero que debes hacer es no agobiarte, ella quiere contártelo así que está estableciendo la confianza entre ambos—mi amigo Jonah salió de aparcamiento y tomó la gran avenida—Relájate, Dani—animó palmeando mi espalda.

—Eso trato, pero es que me gusta en serio, Jonah. No quiero que las cosas salgan mal—le dije mirando por la ventana.

—Haz lo que te digo, relájate. Grace está loca por ti...—por alguna razón dejé de oírle porque quede absorto al ver cómo ¿Grace había pasado a nuestro lado conduciendo una motocicleta?

—¿Has visto eso?—pregunté confuso a Jonah—Alcánzala, rápido—ordené buscándola con la mirada.

Sentía algo horrible en el estómago, vi su hermoso cabello color caramelo a algunos metros de nosotros. Jonah consiguió estar más cerca pero el semáforo cambió a rojo.

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⏰ Última actualización: Mar 28, 2020 ⏰

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