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I hate you/Te odio

NARRA KIIARA

—¿Cómo que esta también está sobre girada?—pregunté molesta al cajero.

—Si, señorita. Parece que ya no tiene crédito—dijo el chico de cabello afro  con una malla de cocina reteniéndolo.

—No es posible que mis tarjetas de crédito no tengan crédito—me quejé súper molesta revisando mis otras tarjetas.

—Señorita, si no tiene cómo pagar debería salirse de la fila. Hay más personas que desean comprar—me dijo el chico haciendo algo en la computadora.

—¿Disculpa?—pregunté con el enojo en su punto más alto.

Ahora sí que no me lo aguantaba. Tenía hambre y no me haría responsable de nada.

—Gracias por siempre preferirnos—cantó el chico con una sonrisa tan falsa como mis ganas de hacer dieta.

—No, no y no. No voy a moverme de aquí hasta obtener mi cappuccino y mis emparedados de queso fundido. ¿Me entendiste...—miré el nombre en su distintivo pegado en su camiseta—...Randy?—terminé mi pregunta con una mirada amenazante.

—Sin pagar no pue...—lo interrumpí poniéndole otra de mis tarjetas enfrente de la cara.

—Cállate y trabaja—le ordené y él me obedeció.

El chico pasó la tarjeta pero negó con la cabeza.

—Lo siento. Esta tampoco sirve—murmuró devolviéndomela.

—Esto debe ser culpa tuya, Randy. Seguro estás pasando mal la tarjeta...—entonces una mano puso un billete de 20 dólares sobre el mostrador.

—Quédate con el cambio, Randy—dijo la voz de Jonah.

Mi estómago se lleno de algo raro. Lo miré a mi lado sonriéndome, hoy traía una chaqueta de cuero negro que lo hacía ver como un chico malo. Me quedé helada viéndolo, entonces sonreí como idiota.

—Hola—susurré con una voz que no conocía de mí.

Jonah relamió sus labios. ¡Madre mía! Y yo que pensaba ir a la iglesia a confesarme esta noche.

—Hola, Kiiara—me saludó acercándose a besar mi mejilla.

Cerré los ojos oliendo su colonia. ¡Kiiara, reacciona! ¡REACCIONA!

—Ah...No debiste hacer eso—dije al fin con mi voz normal.

Realmente desde que desayunamos ayer en el café frente al hospital, las cosas se han puesto raras, al menos de mi parte. Siento que Jonah me está gustando más de lo que algún chico me gustó jamás. Me estaba volviendo loca por él.

—Quería hacerlo. Además ya tenía más de media hora detrás de ti—Jonah lucía más irresistible de lo normal.

Me reí apenada.

—Te pagaré—le dije viendo sus ojos hoy azules/grisáceos. ¿Por qué tenía los ojos más hermosos?

—No, ni se te ocurra—dijo recibiendo mi orden, me la dio con una sonrisa entre sexy y amistosa. La tomé viendo que en mi vaso de café estaba mi nombre escrito con marcador rosado—Tengo cupones de esta cafetería, casi nunca pagó—dijo Jonah buscando en su billetera.

THESE GIRLS / WHY DON'T WEWo Geschichten leben. Entdecke jetzt