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Hands up, tadpoles!/¡Manos en alto, renacuajos!

A la mañana siguiente

NARRA KIIARA

Me acomodé mejor en mi almohada, estaba algo entre dormida y despierta, entonces sentí algo suave hacerme cosquillas en la mejilla, sonreí.

—Jonah, basta—pedí con voz adormilada. Pero las cosquillas siguieron—No, Jonah—pedí entre risas, y abrí los ojos para encontrarme a ¿Kate?

—No soy el tonto de Jonah—dijo mi hermana con dos de mis pinceles en sus manos.

—Oh Dios, no puede estar pasándome esto—exclamé aturdida, recordé que Jonah y yo nos habíamos quedado dormidos en una pequeña guardilla que tenía en mi estudio donde una ventana me permitía ver los atardeceres o amaneceres como si fueran obras de arte que pudiera replicar. Por lo visto Jonah no estaba, y mi peor pesadilla estaba ocurriendo, mi hermana Kate estaba frente a mí. Era mi fin había descubierto mi estudio, era cuestión de segundos para que lo destruyera todo—Venga, sal de aquí—pedí tomándola del brazo y comenzando a bajar por las pequeñas escaleras de la guardilla.

—Tengo hambre, no hay nadie en casa, Kiiara—murmuró la pequeña siendo arrastrada por mí.

—Vale, ya haré el desayuno. Pero escúchame...—la tomé de los hombros al pie de las escaleras—No puedes volver a entrar aquí—le quité bruscamente los pinceles de las manos.

—¿Por qué tienes miedo de que dañe alguno de tus garabatos?—Kate sonrió malévola.

—Katherine no estoy bromeando, este lugar está prohibido, ni tú ni Samantha pueden entrar aquí—advertí seriamente y los ojos azules de mi hermana vacilaron.

—Está claro, es solo para tus conquistas—Kate me guiño un ojo y mi sangre hirvió.

—Agh, será mejor que salgas corriendo de aquí—ordené casi gritando y Kate salió corriendo por las escaleras mientras reía traviesa.

Estos tres días serán una tortura. Cerré la puerta de mi estudio con llave, al estar en la planta baja sentí un olor horrible, era como quemado. Guardé la llave en un pequeño cofre en la mesita de la entrada, al girarme estaba mi pequeña hermana ahí, debía conseguir otro lugar donde guardar la llave. Kate me miró haciendo cara de asco y se tapó la nariz.

—Sam está preparando el desayuno desde esta mañana, y como es obvio todo se le quema—me informó Kate caminando hacia la cocina.

Suspiré cansada, vi el reloj en la pared del salón, eran las diez y media. Por supuesto que todos mis amigos se habían ido, este era mi castigo no el suyo. Fui a la cocina y una Samantha con delantal y mucho humo me recibió.

—¿Samantha, que has hecho? sabes que no puedes estar en la cocina sin supervisión—regañé apagando los fogones rápidamente.

—¿Qué querías? Era esto o morir de hambre—habló Samantha sintiéndose una súper heroina.

—Prefiero morir de hambre—Se sumo Kate abriendo la nevera.

—Tú cállate—le dijo a Kate y luego me miró mientras me acomodaba en mi sitio—Y Kiiara, prueba mis deliciosos huevos revueltos con tocino—Sam puso un plato humeante ante mí en el meson del desayuno.

THESE GIRLS / WHY DON'T WEWhere stories live. Discover now