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A playboy bunny in prison/Una conejita playboy en prisión

NARRA CORBYN

—No es justo, yo ni siquiera pedí una fiesta—se quejó Madison sentada comiendo pastel. Su tercer trozo de pastel en la noche. 

—¿Madison, de qué te quejas? Tú ni siquiera estás limpiando—le dijo Grace recogiendo vasos del piso.

—De sólo verlos me canso—Madison se levantó por más chocolate para su pastel de chocolate.

Era tan perfecta, mi perfecta y sensual vampiresa Madison. Dejé de trapear para animarla, caminé hasta ella. Estaba metiendo el pastel en la fuente de chocolate. 

—¿Sabes que técnicamente ya no es tu cumpleaños verdad?—le pregunté tocando su capa.

—Pues sí, pero ¿Qué hay con eso?—preguntó metiéndose una gran cucharada de pastel o de chocolate sólo. No lo sé.

—Bueno. Ya no puedes hacer lo que quieras, cariño—hablé quitándole el plato de las manos.

Madison abrió muy grande los ojos masticando rápido. Yo comencé a llevarlo a la cocina.

—¡Ese es mi pastel!—comentó la pelirroja siguiéndome.

—No, has comido suficiente chocolate—le dije poniendo el pastel en el refrigerador.

—¡Nunca es suficiente, Corbyn!—exclamó tratando de quitarme de enfrente del refrigerador.

—Lo sé, lo sé—me reí tomándola de la cintura.

—Quiero más chocolate—murmuró adorable haciendo el puchero más precioso del mundo.

—¿Qué te parece si nos ayudas a limpiar y después te comes todo el chocolate de Los Ángeles si quieres?—le propuse rozando su nariz con la mía.

—¿Todo?—preguntó con un brillo singular en sus azules ojos. 

—Sí—respondí antes de besar sus labios unos segundos.

—Está bien, los ayudaré a...—fingió un escalofrío—...Limpiar—completó tomando un trapeador. 

¿Ese era mi trapeador?

—¿Nos ayudaran a limpiar o qué?—preguntó Daniel desde la puerta.

NARRA KIIARA

—Aún no puedo creer que pensaras que los oficiales de policía eran stripers—le dije a Bethany sujetando los barrotes fríos de nuestra celda. 

—¿Ahora es mi culpa?—Bethany se levantó de la cama horrorosa que estaba en el rincón—¿Quién fue la que dijo que haría la fiesta de disfraces más alocada para Madison? ¿Ah?—me preguntó levantando las cejas. 

—Yo lo dije, pero...—me interrumpió.

—¿Ves? Es tu culpa que tengamos que pasar el resto de la noche aquí—me culpó seriamente.

—Pasaremos el resto de la noche aquí porque no podemos llamar a tu papá porque te mataría y mucho menos a mis padres, ellos...—suspiré—...ya sabes—susurré frotándome los brazos. Hacía frío aquí y yo estaba usando un disfraz de conejita playboy para un día en la playa, no para una noche en una celda.

—Odio a tu vecino—comentó Bethany quitándose las alas de ángel.

—Yo lo odio más—estuve de acuerdo con ella.

—Hola, hola—saludó Jack llegando por la puerta de la oficina del sheriff.

—¡Jack!—Bethany casi gritó.

THESE GIRLS / WHY DON'T WEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora