»09«

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Había investigado una parte de Bill que nunca pensó haber conocido. Aquella qué se encontraba lejos del trabajo y el placer sexual. Nunca pasó por su mente que un chico que se la pasaba el 90% en el trabajo tuviese familia. Una pequeña pero tierna familia.

Había estado hablando con la chica rubia que le habia llamado Niñero. Descubrió con ella un lado de la vida de Bill que nunca se interesó en descubrir pero que ahora era tan interesante que no podía dejar de escuchar sus historia. Aquella chica que efectivamente tiene 14 años y pronto iría a los 15, es hermana de Bill, Brittany, o Bry como ella se había presentado horas atrás.

Si, llevaban horas hablando de algo que no tenía que saber pero las historias eran contadas con tanta alegría por parte de la menor que en su mente sólo podía rondar la posibilidad de que Bill no era un terco peligroso como se ha planteado algunas veces, o como le planteo Wendy.

Bry le había contado sobre un chico que era cuidadoso con su hermana, amoroso y que siempre se dedicó al trabajo, por eso ese gran edificio y los muchos más que tenía en todo el mundo. En ningún momento fue mencionado una madre o un padre, quizás un tío o una abuela, pero nunca ellos que debían ser importantes.

—...Bill siempre, desde que trabaja las veinticuatro horas del día ha intentado sacar un momento para mí, le importo mucho. Aunque creo que hoy no comeremos helado. — comentaba la rubia luego de contar una larga historia de cómo Bill le había comprado un Lamborghini luego de tanto rogar, aunque fue para nada porque el mayor lo tiene en una cochera hasta que cumpla 16 y tenga licencia.

— ¿Por qué me dijiste niñero? — se atrevió a preguntar, acomodándose en el sillón en el que llevaba rato sentado, la oficina era tan grande que tenía una sala ahí acompañado de un pequeño refrigerador que contenía las cervezas que ellos se estaban tomando.

— Bueno...perdón si no lo eres pero Bill me dijo que traería a alguien para cuidar a Bunny y ese alguien se llama Dipper. No creo que mucha gente se llame así...

— ¿Bunny?...

Brittany iba a responder pero se tragó sus palabras cuando escuchó la puerta abrirse de golpe. Ambos dirigieron su vista directamente al rubio cansado y notablemente molesto quien caminaba a pasos rápidos y precisos directo a la nevera que Dipper tenía a su lado para agarrar una cerveza. Bry no pudo evitar reír, sabía que el mayor no le ha notado por lo que sonrió y saltó a su espalda aprovechando que estaba semiagachado.

— ¡Sorpresa!.

Dipper notó como la furia de Bill se calmaba y se convertía en una gran alegría.

El rubio rió, dándose vuelta con dificultad para abrazar a su hermana, con fuerza, haciendo que sus plateados tacones se despegaran del suelo.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó luego de un rato, bajándola de sí para luego mirarle a los ojos, sorprendido por su belleza.

— ¿Cómo qué "qué hago aquí"? ¡Me prometiste un helado! — le golpeó el pecho de manera infantil, halándole un poco la corbata en un intento de ahorcarlo.

— ¡Ya! Está bien...— su sonrisa desapareció al recodar a Dipper, analizó que quizás ellos estuvieron hablando y se tensó, con miedo. — ¿Co-conociste a Dipper? — preguntó, separándose para mirar al castaño quién sonreía animadamente, no como él que estaba muy preocupado. Tenía algo entre manos que Dipper no sabía.

— ¡Si! Le dije sobre Bunny...

— ¿Quién es Bunny? — se atrevió a preguntar de nuevo, se sentía fuera de la conversación y no entendía nada.

Bill abrió la boca para responder que Bry se le adelantó, sonriente, sacando su teléfono para mostrarle una foto que mantenía de fondo de pantalla. Era ella, vestida con el mismo vestido que se encontraba usando ahora, junto a una niña de menor edad, vestida con un delicado vestido rosa pastel, cabello rubio, casi blanco, peinado hacia atrás gracias a una diadema de flores que lo adornaba.

— Es mi sobrina. ¿No es una dulcura?. Para nada sacó lo terco de Bill...

Y sin saber por qué coño su sonrisa desapareció al saber eso.

Bill tenía una hija y sentía lastima por la pequeña. Ésta no sabe que su padre se acostaba con mujeres y hombres de diferentes personalidades, y que ahora tenía un amante que no era su madre. Y de pronto, sin razón alguna, su lastima se convirtió en celos.

El mayor de todos lo notó.

— Bry, vamos a comer con Dipper, ve por tu bolso. — la chica asintió, quitándole amablemente su teléfono al castaño para luego correr hacia recepción donde siempre deja sus pertenencias. Era divertido y loco la manera en la que la chica corría en tacones.

Dipper sonrió, sin mostrar ninguno de los sentimientos que ahora estaban peleando en su interior. No sabía por qué se sentía así si sólo era alguien que le daría placer sexual a Bill, un simple puto. Quizás era el hecho de tener sentimientos de adolescente y los celos venían solos.

— Debo explicarte...

— Nunca me dijiste que sería niñero. — desvío cualquier explicación que quisiera darle Bill seguramente sobre su "esposa e hija".

— Necesitas que tu familia crea que tienes trabajo ¿no? Ayudarás en el hogar y cuidaras a mi hija...— dijo al final, recogiendo su saco azul oscuro para luego ponérselo.

— Nunca acepté eso...

— Tendrás que hacerlo. Luego te daré los detalles. No te preocupes, seguirás estudiando.

Bill caminó a la salida. Dipper se detuvo a recoger su maletín con aquellos juguetes que no había usado. Los miró algo decepcionado.

— No estoy casado...— susurró Bill antes de salir y buscar a su hermana.

Eso llenó de alivio a Dipper de una manera tan extraña que ya se quería matar. Le estaba importando demasiado la vida de Bill.

Y mucho más ser parte de ella.

[...]

Gracias a la petición de los dos adolescentes terminaron cenando en una pizzería barata con las mejores pizza del lugar. No era un restaurante al que Bill estaba acostumbrado pero debía admitir que esas pizzas era deliciosas compradas a las que puede comer en cualquier otra pizzería de mucho prestigio. Simplemente no dejaba de sonreír al ver a su chico y su chica devorar aquella comida grasosa y deliciosa. El castaño hablaba con la menor como si se conocieran de toda la vida, dajándolo de lado en la conversación cosa que le importaba poco ya que disfrutaba del silencio en las cenas.

— Bueno...ya que cuidaré de la pequeña Bunny, cuentame de ella Bill, ¿Dónde está su madre? — Dipper no dudó en preguntar, quizás sonando inoportuno pero quería saber, la curiosidad aveces era mucha en su ser y no podía mantenerla.

Brittany se tensó y sólo calló, bebiendo de su refresco y desviando su vista a la furiosa de Bill. Sabía que su hermano aún no superaba ese tema y que alguien preguntará de ello era algo que lo molestaba. Nadie debía hacerlo. Simplemente no estaba permitido.

Bill apretó los puños volviendo sus nudillos blancos, clavándose sus cortas uñas en la palma de su mano.

— Ella murió. — Dipper de pronto se sintió tan culpable pero Bill no le dejó hablar. — Tuvo a Bunny y falleció, no la amaba pero la quiero demasiado como para superar su muerte. No debiste preguntar...

Bry notó el ambiente demasiado tenso así que se levantó con la excusa de que tenía que ir al baño, aunque no sirvió de nada porque igual Bill no le hizo caso. Se retiró despacio temiendo por el castaño.

— Lo siento, Bill...no debí pre-...

— Tienes razón. No debiste. — le cortó las palabras, bebiendo sutilmente de su cerveza. — No tienes porqué meterte tan afondo en mi vida...

— Bill, tú me metiste en es-...

— ¡Callate! No he pedido tu opinión.

Dipper calló, bajó la mirada y siguió comiendo, ésta vez ya sin ganas, sonriendo falsamente cuando Brittany llegó con una gran sonrisa para degustar de su postre.

Dipper estaba asustado, no sabía si todo aquello que Wendy le había dicho era verdad pero, si resulta cierto, Bill estaba enojado o recentido con su pregunta.

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Please, Daddy『BillDip』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora