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Al llegar a la casa Dipper se abalanzó en Wendy para poder abrazarla. Estaba feliz de verla y ella estaba feliz de que el muchacho estuviese bien. Segundo después la pequeña Bunny se unió al abrazó y saludó a su papá, sorprendiéndose de lo temprano que había llegado.

Relativam desde que Dipper se había ido de "vacaciones" la pequeña no fue la misma, siempre pedía ver al castaño lo cual era difícil de hacer si este no quería venir. Con suerte haría que Dipper volviera a trabajar como antes.

— Te extrañé, Dip, papi no me quiso dejar buscarte. — formó un puchero y miró al rubio. Dipper le miró extrañado.

— Bunny quiso buscarte y se escapó de casa, por suerte no llegó más lejos que la pastelería de Linda Susan. — la pequeña le sacó la lengua a su papá y este empezó a reír. Dipper no supo si sentirse culpable o qué, pero la situación le dio gracia y ternura.

Minutos después, la pequeña se quedó abajo a comer pastel y Bill llevó al castaño arriba, no tenía pensado nada malo pero le fue imposible no besarlo cuando ya estaban solos en la habitación.

Dipper se sintió incómodo pero no se negó, podía sentir sus mejillas rojas por la ternura con la que Bill estaba llevando el beso en esos momentos. No era como las veces en la que Bill le besaba con pasión, no. Está vez Bill mantenía las manos en sus mejillas y besaba con delicadeza sus labios, sin ir más allá.

— Te extrañé, pequeño...— susurró luego del beso y le abrazó.

Dipper intentó alejarse para luego sentarse en la cama. Aún temía de muchas cosas.

— Bill, necesito un favor...

El rubio asintió, sentándose a su lado para tomarle la mano. La sintió fría y reseca, no como antes que se mantenían tibias y suaves.

— Lo que quieras. Por vago necesito que estés bie-

— Mata a Gideon.

Bill abrió los ojos con sorpresa e intentó descifrar algo en los de Dipper. El castaño denotaba miedo y sus pequeñas pupilas temblaban, pero dijo aquello tan duro y sincero que no pareciera que quisiese retractarse.

— No puedo. — claro que no puede, hace cuánto lo hubiese hecho sabiendo el daño que le hizo al pequeño.

— ¿Por qué?

— Es igual de poderoso que yo, seguramente después de su muerte sus secuaces vendrían a matarme y no fallarían en el intento.

Bill temía aquello. Gideon era su comprador más reconocido, no sólo en las drogas, sino también en su trabajo actual. Gideon apollaba miles de sus sucursales en todo el país, tenían miles de edificios compartidos con diferentes trabajos. Matar a Gideon le dejaría sucursales libres ara vender pero... él moriría también.

No es un secreto que Alegría tiene contactos hasta del más allá. Tenía miedo de que lo matasen y la pequeña Bunny quedará sola. Y ahora más que Dipper quedará libre ante él.

Se sentía pésimo consigo mismo. Se supone que nadie le ganaba pero ahí estaba, ante los brazos de un genio activo. Ante los brazos de la cobardía y el miedo.

— Bill... él me hizo cosas horribles. Necesito que caiga ya... — una lágrima recorrió su mejilla. Dipper ya había soltado su mano y alejado un poco para calmarse.

— Yo lo sé pero...es imposible.

Dipper sabía que no lo era. Por eso en su mente surgía un terrible plan que posiblemente salga bien. Dipper estaba empezando a entrar en un mundo en el que nadie estaba preparado.

Poco a poco se fue calmando y asintió. No necesitaba más explicaciones por parte de Bill, no necesitaba más cómo para saber que estaba metido en algo que era peligroso y en ello estaban Bunny y él.

— Dipper...puedes renunciar si quieres. — el castaño le miró extrañado. No entendía mucho. — Ya sabes...Sugar Baby. Pino, no necesito que te sienta obligado a seguir aquí. Yo...te quiero demasiado como para verte sufrír.

Dipper asintió algo atónito. No sabía cómo tomarse nada de lo que estaba escuchando. Recuerda haber oído de Wendy un "él nunca te dejará ir. Ya eres suyo". Lo recuerda con claridad. Recuerda el miedo que tuvo tantas veces al estar con él y los miles de sentimientos más que tenía.

No sabía si Bill estaba jugando con él. Si esto tendría consecuencias luego con su familia pero, no le importó mucho.

Lo abrazó como pudo, aún sintiendo miedo correr por su cuerpo, aquel que era invadido por una pequeña capa de seguridad que desprendía Bill. Ya no sabía que sentir por él.

No sabía si quería estar con él por el dinero o por su protección, aquella que sólo le falló una vez.

— No, Daddy...yo quiero seguir contigo. — susurró débil en su cuello y Bill sonrió, aceptando el abrazo del menor.

Ambos tenían miedo. Dipper de muchas cosas anteriores.

Bill de lo que se venía. El castaño aún podía estar expuesto a sus compradores al igual que a Gideon. Bunny podía estar de por medio y sin contar que Dipper seguía siendo menor de edad. Todo se estaba ligando en su mente pero tener a Dipper abrazándole hacía que todo se disipara.

— Vamos a comer, chicos. — interrumpió la pequeña entrando a la habitación con una pequeña cocina de juguete. Ambos chicos rieron. — ¿Torta o pan?.

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Ok ok. Cursi el capítulo lo sé. Explique algunas cosas porque HAY GENTE LOCA v:

Ahq. Bueno. Sé que les gustó. Lo escribí en un día agradezcan. No estoy escribiendo nada.

Además me ando muriendo. Me duele todo coño.

No lo edite porque me dió flojera y mi obviamente futuro esposo me espera.

Please, Daddy『BillDip』Where stories live. Discover now