XIV

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Muy a su pesar, la pequeña rubia tuvo que viajar por negocios, sin embargo, le dejó infinidad de números telefónicos a Normani por si necesitaba localizarla en cualquier momento.

Esperaba que ambas estuvieran bien en su ausencia.

[…]

-Mani..- Llamó con timidez, la chica a su lado la miró prestándole atención. -Hace días me ha surgido una duda... nosotras... ¿también somos mejores amigas? ¿Por qué vives aquí?- Preguntó intrigada, hasta donde ella recordaba la morena no sabía de su existencia y que ahora vivieran juntas se le hacía increíble.

La otra palideció, no le parecía prudente revelarle la verdad ahora, todavía era muy pronto, la rubia aún no se recuperaba del todo. Además, no sabría como describir su relación... ¿ex-compañeras? ¿conocidas? ¿quizá amigas? En los últimos días se estaban llevando bien, entonces, ¿esa sería la etiqueta adecuada?

-Algo así...- Respondió dudosa. -Respecto a lo otro... tú me permitiste vivir aquí porque no tenía a donde ir.- Le dijo la verdad a medias.

-Oh... ya entiendo.- Asintió asimilando la información "nueva".

-¿Y cómo nos hicimos amigas?- Continuó con las preguntas.

Normani se puso nerviosa.

-Simplemente pasó. ¿Quieres salir a caminar?- Desvió el tema.

-Sí, llevemos a Emily al parque.- Sonrió.

Pasaron la tarde en el parque cercano a la casa de la polinesia.

Ambas impulsaban a la pequeña bebé a que diera más de tres pasos solita, ella apenas empezaba a caminar, así que eran adorables sus intentos de pasos firmes aunque al final se tambaleaba.

[…]

-Preparemos la cena.- Propuso Normani, su bebé se encontraba dormida, había terminado cansada después del día en el parque.

-Yo no sé cocinar.- Admitió apenada.

La morena sonrió.

-No importa, lo haremos juntas y poco a poco aprenderás.- Animó.

-Pero no quiero quemar la comida...

-Eso no pasará, vamos.- La tomó de la muñeca y la arrastró hasta la cocina.

El tacto suave de su mano contra la ajena logró avergonzarla un poco, a pesar de que había sido una acción involuntaria de la morena.

-Lo siento.- Se disculpó algo apenada cuando se dio cuenta de que había tomado a la alta de la mano y aún no la soltaba.

-No es nada.- Contestó sin mirarla.

Ambas sonrieron nerviosas y prosiguieron a hacer la cena.

Normani le explicaba paso a paso el procedimiento para cocinar espagueti con albóndigas, estaba siendo muy paciente para que la rubia entendiera, sin embargo, Dinah sólo la observaba embobada sin prestarle realmente atención a las palabras que salían de su boca.

-Y es así como queda listo.- Anunció mientras ponía un plato frente a ella. -¿Entendiste cómo se hace?- La polinesia asintió repetidamente a pesar de que no había aprendido nada.

Observar cada facción de la morena era mucho más importante para ella que saber cocinar, algún día consultaría en internet o vería un tutorial.

-¿Y tú qué estudiaste?- Decidió empezar una conversación. -Según recuerdo ambas estábamos en la carrera de Artes y Danza, pero el otro día Ally me dijo que me gradué en Administración de Empresas y de hecho tengo una propia.- Habló algo confundida, era frustrante para ella el no poder recordar parte de su vida; deseaba saber por qué cambió de opinión, a ella le gustaba bailar.

-No terminé la carrera...-Murmuró decaída. -Mi padrastro decía que no servía de nada la danza y obligó a mi madre a no seguir costeándome la escuela, así que empecé a trabajar para lograr mi sueño de poner una academia de baile y convertirme en la mejor bailarina del país. Sin embargo, esa meta no fue fácil de cumplir y mírame ahora, estoy de mantenida viviendo en tu casa.- Expresó frustrada.

-Por favor no digas eso, a mí me gusta tenerte aquí, quiero decir, tenerlas.- Se corrigió para no quedar "al descubierto". -Además, me hacen compañía y se los agradezco, no me gusta estar sola.- Negó haciendo un puchero.

-¿De verdad no piensas que somos una carga?

-Para nada, aparte, ¿qué clase de persona sería si dejo a mi propia amiga a su suerte?- Cuestionó con ironía.

La morena no contestó, se sentía un poco mal, pues la mayor creía fielmente en que ambas eran amigas, cuando antes de que tuviera el accidente la realidad era otra.

-¿Sucede algo?- Preguntó ante su silencio.

-No, nada, mejor terminemos pronto para irnos a dormir, estoy algo cansada.- Fingió una sonrisa.

Justo ahora un aire de culpabilidad se apoderaba de ella por no decirle la verdad a la polinesia.

Coming back to youWhere stories live. Discover now