XX

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Habían pasado algunas horas.

Normani y Ally se encontraban en silencio esperando a que la rubia despertara.

Allyson sabía que eso demoraría bastante tiempo, sin embargo, estaba preocupada por su amiga, pues ésta no daba signos de querer despertar pronto.

Deseaba asegurarse de que la polinesia estaba bien luego de la momentánea crisis que tuvo.

Sostenía la mano de su amiga con firmeza cuando sintió un apretón en la suya, sus sentidos se pusieron alerta y observó como la rubia comenzaba a abrir los ojos lentamente.

Dinah parpadeó intentando acostumbrarse a la intensa luz de día, ella había dormido durante 16 horas seguidas.

Se acomodó para quedar sentada con su espalda pegada en el respaldo de la cama, levantó su vista y la dirigió al frente.

-¿Aún sigues aquí?- Cuestionó en un tono grosero.

Ambas se sorprendieron.

-Estaba esperando a que despertaras...- Dinah la interrumpió.

-Ya lo hice, ahora puedes largarte.- Espetó.

-¿Sucede algo?- Se atrevió a preguntar, estaba confundida con la actitud de la otra.

-¿Todavía tienes el descaro de preguntarme?- Soltó irónica. -Esto es increíble.- Rio de mala gana. -Largo de aquí, no te quiero volver a ver en mi vida... ¿Acaso creíste que jamás recordaría? ¿Por cuánto tiempo pensabas seguir engañándome? ¿Hasta que te diera todo mi dinero? Aprovechaste que yo había perdido la memoria, no pudiste haber caído más bajo.- La miró con desprecio.

La texana mentiría si dijera que aquellas palabras no le habían dolido, o que la mirada de la alta no le lastimaba.

-No es lo que piensas... yo...- Intentó defenderse, sin embargo fue interrumpida una vez más por la otra.

-No deseo escucharte.- Musitó con desdén y miró hacia otro lado.

-Por favor, déjame explicarte. Las cosas no sucedieron como crees, yo no esparcí ningún rumor, fueron las chicas que en esa época consideraba mis amigas, lo cual fue un grave error, nunca debí haber confiado en ellas.- Tomó una breve respiración antes de continuar. -No sabía lo que pasaba ni tampoco que en parte yo era culpable; me enteré demasiado tarde, me di cuenta de todo aquel día cuando varias personas te rodeaban mientras tú intentabas defenderte de los constantes golpes que recibías... aquella escena me aterró, no supe qué hacer y corrí lejos, hui como una cobarde en vez de buscar ayuda, no sabes cuanto me arrepiento de ello, durante semanas me sentí horrible y culpable, hasta que un día logré suprimir ese tortuoso recuerdo el cual regresó al leer tu diario.- Finalizó su versión de la historia.

-No te creo, no creeré en las palabras de una falsa, no lograrás engañarme... no de nuevo.- Susurró. -¡Así que lárgate!- Gritó perdiendo la poca paciencia que le quedaba.

La morena le dedicó una última mirada y salió de la habitación derrotada, sin embargo, no se daría por vencida, ya encontraría una manera para que su polinesia la perdonara y le creyera.

Dinah no se desharía tan fácil de ella.

-Dinah, creo que fuiste demasiado dura con ella, puede que se haya equivocado en el pasado, pero ella realmente te ama, se le nota y también a ti, tú la amas de verdad y eres muy feliz a su lado.- Opinó la pequeña rubia.

La alta bufó.

-Déjame sola Allyson.- Dijo dándole la espalda.

-Si la dejas ir podría ser el peor error que cometas en toda tu vida.- Murmuró antes de abandonar la alcoba.

La polinesia había escuchado perfectamente la última frase dicha por Ally.

Detestó el hecho de que se estancara pensando en las palabras de su amiga.

[...]

Agradeció al cielo que lograra alcanzarla.

-Normani...- Pronunció tratando de llamar la atención de la nombrada.

La aludida volteó encontrándose de frente con la otra.

-Ven conmigo, sé que no tienes a donde ir, así que puedes quedarte en mi casa.- Ofreció gentil.

-¿Por qué haces esto? Dinah es tu amiga, deberías estar de su lado, además, yo le causé daño, merezco lo que me está pasando ahora, yo tuve la culpa, debí haberle contado la verdad desde el principio.- Se reprochó.

-Dinah no está haciendo lo correcto, por lo tanto no puedo estar de su lado, a parte, tú también eres mi amiga.- Sonrió con sinceridad. -No seas pesimista, ya verás como todo se solucionará.- Trató de animar a la morena.

-Gracias Ally, de verdad muchas gracias.- La abrazó fuertemente, siendo incapaz de seguir reteniendo las dolorosas lágrimas en sus ojos.

La rubia esperó a que Normani se calmara un poco.

-No tienes nada que agradecer, lo hago con mucho gusto, así que vamos.

Ambas se dirigieron a la casa de Allyson, la cual no quedaba muy lejos de ahí.

Coming back to youWhere stories live. Discover now