XVIII

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Se encontraban de nuevo frente a aquella misteriosa puerta color negro.

Dinah las miró antes de insertar la llave y girar la perilla, la puerta hizo un rechinido molesto al abrirse.

Todo estaba oscuro, por suerte a lado se hallaba el interruptor de luz.

-¿Qué es todo esto?- Preguntó confundida la morena mientras observaba todo el lugar.

-Creo saber que es...- Murmuró la alta, tomó un portarretratos y lo miró detenidamente.

-¿Estás bien?- Se acercó con lentitud a su amiga, tenía una vaga idea del significado de los objetos que habían en aquel cuarto.

-Sí...- Articuló mecánicamente, dejó la fotografía de su familia en su lugar y siguió observando a detalle los demás objetos.

Levantó una libreta algo desgastada y cubierta de polvo, la abrió comenzando a leer algunos fragmentos que contenía dicho cuaderno.

De repente, soltó la libreta y llevó las manos a su cabeza apretándola con fuerza.

Un grito ensordecedor salió desde su garganta alarmando a ambas.

Los recuerdos llegaban a su mente como flashes aturdiéndola y provocándole un intenso dolor.

Ally corrió hacia ella para impedir que cayera, sin embargo, la polinesia ya se encontraba en el suelo con lágrimas escurriendo por sus mejillas y los brazos con pequeñas gotas de sangre, producto de los arañazos que la misma rubia se propiciaba.

Intentó detener las manos de la otra para que no siguiera haciéndose daño, a pesar de que le costó trabajo logró inmovilizar sus extremidades, no obstante, la alta continuaba derramando dolorosas gotas saladas.

La morena estaba en shock, jamás había presenciado una escena que se le pareciera, esto era demasiado fuerte para ella.

La pequeña rubia abrazó con fuerza a su amiga mientras le susurraba palabras dulces con la intención de calmarla.

Pasados algunos minutos, Dinah se quedó dormida y Normani apenas estaba saliendo de su estupor.

-Ayúdame a llevarla a su habitación.- Pidió mientras hacía el esfuerzo por levantar en brazos a la alta.

La morena reaccionó y se aproximó a la otra para ayudarla.

Ambas llevaron a Dinah a su alcoba y la recostaron en la cama para que descansara.

-¿Qué fue lo que sucedió?- Preguntó confundida.

-Tuvo un ataque.- Contestó simple, Normani la miró. -Ella solía tenerlos cuando la conocí... asistió a terapia y éstos eventualmente fueron desapareciendo...-Continuó. -Sin embargo hoy... no estoy segura de lo que pasó, supongo que estar en aquel cuarto la alteró de sobremanera... creí que se había desecho de todas esas cosas, jamás imaginé que terminó guardándolas bajo llave.- Musitó pensativa.

-¿Qué eran todos esos objetos?- Quiso saber.

-Cada uno trae consigo sucesos que ella se empeñó en desechar de su vida y ya no recordarlos más.- Habló con pesar. -Todo lo de danza que poseía se encuentra ahí, nunca me dijo por qué abandonó su gusto por el baile; lo que estaba leyendo antes de que tuviera el ataque seguramente era su diario, un día vagamente me comentó de él. Respecto a la fotografía de su familia... ella se quedó completamente sola, sus padres se divorciaron y tomaron caminos diferentes, Dinah comenzó a vivir sola, sus padres formaron una nueva familia, ya no se preocupaban tanto por ella, la fueron haciendo a un lado poco a poco, hasta que al final, se olvidaron de ella como si de cualquier cosa se tratara.- Aspiró un poco de aire y abanicó sus manos cerca de sus ojos para evitar derramar alguna gota salada.

Le dolía recordar lo malo que vivió su amiga antes de conocerla.

-¿Cómo la conociste realmente?- Interrogó. -Aquel día, en el lago, logré percibir un aire de melancolía en tu voz, aunque pensé que se trataba de mi imaginación.- Mencionó perspicaz.

-Lo que dije ese día... en parte era cierto, la encontré recostada a la orilla del lago, desde la distancia se veía tranquila, aunque al acercarme pude percatarme de la horrible realidad...- Se quedó callada unos segundos intentando disipar el nudo que tenía en la garganta. -Ella estaba inconsciente, su cuerpo totalmente golpeado, con heridas abiertas y rastros de sangre, esos signos me dieron una idea de lo que le había pasado... aquel día personas inhumanas atentaron contra su vida, la golpearon brutalmente y no quiero pensar en lo que habría pasado si no la hubiera encontrado... ella estaba muy grave cuando la llevé al hospital, el doctor no me daba muchas esperanzas y yo estaba destrozada... tal vez te preguntarás por qué me afectó tanto lo que le pasó a Dinah... puede ser que en ella vi reflejada a mi hermana menor...- Admitió. -Puede que Dios me puso en su camino para que de alguna manera intentara enmendar mi error...-Soltó las lágrimas que tanto se empeñó en retener. -Yo dejé que mi hermana se muriera, no hice nada para evitarlo... ella andaba en malos pasos, se drogaba y había ocasiones en las que no llegaba a dormir, intenté hablar con ella, pero no me hacía caso... un día tuvo una sobredosis y murió... pude haberla salvado, pero la dejé sola... fue mi culpa...- Habló destrozada.

Normani la abrazó y la pequeña rubia se derrumbó, eran demasiadas emociones para un solo día.

-No fue tu culpa Ally, eres una maravillosa persona, a veces las cosas simplemente pasan y nosotros no podemos hacer nada al respecto por más que lo deseemos...- Comentó afectada.

Coming back to youWhere stories live. Discover now