SIETE

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El otoño esta a la mitad de su periodo las hojas cada vez se alejan más de sus arboles y bailan al compás del viento, guiadas por la corriente, algunas están en el aire otras acaban siendo aplastadas en el suelo sin la oportunidad de ser libres. No todas llegan a volar.

Se que siempre Colé suele pensar y pensar en lo vacío que se a vuelto cada día que iba pasando, semanas incontables, meses eternos y años repetitivos en donde él lo único que quería era salir de ese circulo, sin embargo no importa cuantas vueltas dé volverá al mismo lugar de donde comenzó. Los colores en primavera y la luz resplandeciente del verano no se comparan al color monótono que veía a diario. Esta sensación llegó a afectar en su trabajo, no importaba cuantas horas se quedase despierto tratando de buscar una siguiente idea para un proyecto próximo, simplemente no podía encontrar nada que le agradase. Durante ese tiempo no supo más que hacer, na sabia que medios usar para conseguir una pizca de aquella inspiración que le hacia falta. Pero no obtuvo nada.

Llegó un momento en donde su mente quedó completamente despejada tornándose de color blanco donde todo se esfumó como si fuese humo. Esto era tan frustrante que hasta la cabeza le comenzaba a doler de tanto pensar. Dejo de ir a la cafetería los últimos días se sentía inútil y gastado por los años donde dedicó gran parte de su vida en algo que amaba. No es que se llegó a arrepentir de algo, sin embargo de pronto ser un artista ya no le hacia tan especial, aquel don que poseía creía no saber apreciarlo si siempre retrocedía en vez de avanzar.

Creyó que su vida volvió a ser la de antes, sin sentido, días tan grises y opacos. Se podía sentir el olor a soledad en aquel departamento, esos lienzos vacíos le daban tristeza por no ser capaz de llenarlos con total imaginación y libertad.

Se sentía extraño.

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La temperatura desciende de manera acentuada durante la época del otoño, quizá el frío no sea el mejor aliado pero en esta estación París muestra su mejor resplandor dando un buen panorama hacia los parisinos y extranjeros. Si tan solo cierto azabache viera lo hermoso que hay en su alrededor.

La cafetería recibe a sus primeros clientes, todos los trabajadores muestran esa misma actitud que hace que las personas se sientan acogidas, sin embargo cierto joven de cabello castaño no se encontraba entusiasmado. Había pasado varios días desde la ultima vez que lo vio, su ausencia brillaba mientras su presencia llegó a ser opacada. No sabia como ubicarlo, extrañamente la necesidad de hablar con él apareció tan repentina, luego recordó que ni sabia cual era su número de teléfono o celular.

Esperaba encontrarse con el amigo de aquel artista, de ese modo preguntaría acerca de su paradero pero tampoco apareció durante esos días a lo mejor estarán ocupados con diferentes ocupaciones después de todo Colé era un artista que necesitaba apoyo emocional y hasta donde sabe la única persona con la que cuenta siempre es con Kai.

El pequeño sonido de la campana se escucho a lo lejos llamándole la atención, tenia apoyado el rostro con la palma de su mano lo único que hizo fue dirigir su mirada hacia la puerta sin moverse de su asiento frente a la caja registradora, si el azabache no estaba él no quería seguir sirviendo más café.

— ¡Buenos días! — una voz energética saludó a los empleados.

— ¡Buen día! — a Jay le pareció gracioso que todos los demás saludaron al unísono.

En fracción de segundos aquel joven de ojos azules apoyó ambas manos sobre el mostrador un poco exaltado y se levantó después de reconocer al dueño de esa voz. Quizá no era lo que buscaba pero de todos modos ayudaría en algo. Cierto hombre de cabello castaño dirigió distraídamente la mirada hacia su dirección y no pudo evitar formar una sonrisa.

Castillo de Nubes |Bruises| (Ninjago) [Finalizado]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum