Castillo de Nubes |Bruises| (Ninjago) [Finalizado]

DIEZ

El hombre feliz es más raro que un cuervo blanco.

Juvenal

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— ¿Cómo terminé aquí? — se dijo a si mismo por más de dos veces mientras veía a sus amigos quienes estaban al frente de él junto con una sonrisa cada que este hacia esa expresión incrédula en su rostro.

Aunque claramente la pregunta adecuada seria; ¿Cómo es que lo convencieron? Al menos esperó a que se lo dijeran de un modo más amable pero nada de eso ocurrió aquel día cuando se hallaba en ese espacio donde suele pintar, por alguna razón se sentía alguien distinto, como si algo lo hubiese levantado los ánimos para coger la brocha y empezar a deslizar sobre el lienzo, claro, debió ser aquella brisa de inspiración. Además, escuchar algo de música siempre hacia que se relajase.

El mes de enero era uno de los meses más fríos para la población parisina, donde los suelos se cubren de blanco por la suave y fría nieve, donde la fina brisa del invierno estremece y eriza la piel expuesta, donde el cielo es abandonado por las nubes quienes suelen desvanecerse la mayoría del tiempo. Las cafeterías son buscadas por las personas con tal de encontrar calor a través de una caliente y reconfortante bebida junto con un típico postre que esta en la carta. Otros prefieren salir al aire libre a pasear por las expansivas calles de cualquier distrito, distrayéndose con cada cosa que encuentra en el camino, y por supuesto, nada de eso importaría si no existe compañía.

Allí sentado en esa silla, Colé se encontraba frente a aquel lienzo llenando cada espacio en blanco con una variedad de combinaciones que había en su tablero gracias a la permanente humedad del óleo, a decir verdad, la técnica que más le gustaba y la que más empleaba era precisamente la pintura al óleo que consistía en una mezcla de pigmentos junto con aglutinante a base de aceite, normalmente de origen vegetal. Algunas veces se animaba en hacer algún retrato, ya sea de un lugar que le pareció interesante y siempre lograba destacar esa idea principal del por qué escogió ese lugar y a que quería llegar con esto. Además, y aunque él no lo sepa, algunas personas lograban entenderlo, era por eso que lo seguían y estaban de acuerdo con su pensar, sin embargo Colé aun no daba ese paso para lograr comprenderlo.

No sabia como o el por qué, pero al realizar su tarea la imagen de Jay asaltó completamente su mente hasta confundirlo. Había pasado ya un tiempo desde que aquel joven apareció de la nada, su encuentro no fue del todo agradable al comienzo aunque siempre se preguntaba la razón por la que este se encontraba triste ese día, no se atrevió a tocarle el tema y él parece haberlo olvidado, en algún momento lo haría pero hasta entonces no quería parecer un entrometido o incomodarlo por redactar mal su pregunta. 

Estuvo a punto de olvidarse de lo estupendo que se sentía al pintar una y otra vez, involuntariamente sus labios formaban una sonrisa al recordar buenos momento ya vividos, aquella época donde las cosas iban bien hasta que la mente le jugaba una mala pasada y todas esas imágenes se tornaban borrosas hasta desaparecer por completo, las imágenes recobran, sin embargo, no eran las mismas que las anteriores; la muerte de su madre, el abandono de su padre y hermanos, caer en el pozo sin fondo de la adicción por el tabaco (que por cierto, nadie lo sabe) donde la soledad lo abraza día tras día, un cúmulo de emociones recargadas de negatividad lo asaltaban, soltando el pincel su vista se perdía en la nada como si al frente de él estuviese el pasado mostrándole cada recuerdo que no lo dejaría tranquilo. Ya no podía percibir los colores, ahora todo se tornaba gris.

El timbre comienza a sonar, pero se mantuvo distraído por quien sabe cuanto hasta que reaccionó una vez que ese sonido se hacia cada vez más insistente, agitó ligeramente su cabeza tratando que todo se desvanezca de inmediato. De algún modo debía controlar esos recuerdos, hacer que nunca más aparezcan y ocupen su campo visual por qué cada imagen se refleja ante él.