DIECISÉIS

304 49 71
                                    

Del otro ángulo.

*************************

A veces desearía que todos los recuerdos que obtuve a lo largo de estos últimos años desaparecieran así de fácil como los humos de una locomotora o las nubes después de un largo aguacero. No puedo creer que aún estoy vivo sabiendo que mi alma se fue ese mismo día en donde, bueno, quizá ese día sin duda pasó a ser un recuerdo con el que tendré que lidiar el resto de mi existencia. Duele, demasiado como para ser real. Las cosas ya están hechas y no podemos cambiar absolutamente nada, lo único que nos queda es conformarnos con lo que nos tocó de resultado, sin embargo esas marcas del pasado jamás se irán y tarde o temprano volverán a abrirse para convertirse en una cruel tortura del que no se puede escapar.

Al principio lo único que quería era una simple amistad contigo, lo sé, algo simple pero al fin y al cabo estamos hablando de mi. Las intenciones no sobrepasaban ese límite, no después de darme cuenta de lo increíble que eras y que tus palabras surgían efecto en una persona que desistió a sus esperanzas de ser feliz. Extrañamente sentí una calidez en el pecho que hace mucho no había sentido, no lo comprendía y tu sola presencia hacia que ese acogedor sentimiento apareciese de repente, así de golpe como un cubetazo de agua helada.

No estaba en mis planes, pero aún así acabé enamorándome de ti.

Quería más de ti.

Pero es una lástima, jamás pudimos llegar a tan lejos y es más, ni siquiera supimos lo que uno pensaba del otro de forma directa.

Fuimos tan idiotas, te odio por eso ¡No! Yo me odio más por haber sido tan ingenuo todo este tiempo. ¿Cómo no me di cuenta de algo tan evidente? ¡Tu ni siquiera sabías disimular o ocultar tus emociones! A estado frente a mis narices y aún así nada.

Jay eres un idiota.

No por tu carácter expresivo sino por el simple hecho de que hiciste de mi un hombre más sensible.

Y eso ocurrió un viernes por las tarde, recuerdo perfectamente ese día, hasta las imágenes se presentan nítidas por mi mente que me recorre una profunda nostalgia.

...

— Me alegra que este aquí, agradezco también su preocupación ¡Es un gusto que este aquí! — Expresó tu madre ese día cuando me vio aparecer por los largos pasillos de aquel pulcro hospital con un olor inconfundible.

Ella sonreía amablemente mientras acomodaba sus gastados lentes, su cabello ligeramente recogido en un moño la hacían lucir aún más de edad, se aferraba bastante a ese abrigo de lana que traía puesto en ese momento, era tan sencilla la mujer pero jamás faltaba en ella esa simpática sonrisa que la caracterizaba.

— No debe agradecerme, es mi amigo después de todo... — Debía admitir lo mucho que me costaba decir esa frase, decir que es mi amigo ignorando que lo que siento por el es más que una simple amistad.

— No puedo creer que ya haya pasado un año completo... —-Suspiró la mujer mientras se acomodaba en su asiento y extendía una mano hacia el otro lado, invitándome a sentarme al lado suyo. Y lo hice —... Se que ya lo dije, pero agradezco de todo corazón el que estés aquí. Nadie se había preocupado tanto por mi Jay hasta que tu apareciste. Eres una buena persona ¿Cómo es que pasaste por mucho?

En ese momento se me vino la pregunta del como tu madre sabía de mi, pero supuse que fuiste tu quien se lo contó y también supe después que le pedias algún consejo para ayudarme.

— Pero sabes... — Continuó hablando antes de que yo pudiese decirle algo al respecto —... En las dificultades está la felicidad. No podemos pedir mucho sabiendo que este mundo no es una fábrica de deseos. Es decir, aveces nos quejamos demasiado pero no sabemos apreciar lo que se nos está dando para que podamos decir que este día valió la pena. Tal vez deberías ver las cosas de un mejor ángulo, los artistas hacen eso ¿No?

Castillo de Nubes |Bruises| (Ninjago) [Finalizado]Where stories live. Discover now