DOCE

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Eran las seis de la mañana con treinta minutos, una nueva semana había comenzado con la radiación de aquel gran e inalcanzable sol. Poco a poco iban apareciendo algunos empleados de la popular cafetería aún no recibía la visita de sus habituales clientes. De aquí para allá colocando las servilletas en sus respectivas mesas, las dos únicas chicas que estaban presentes se encargaban de adornarlas con frágiles y bonitos floreros de porcelana. Los demás, que no pasaban de tres personas, se mantenían ocupados en la cocina preparando los postres que saldrían en la carta y entre ellos estaba cierto castaño quien tenía una mirada bastante afligida.

Sus compañeros al no pasar por alto aquello preguntaron si las cosas marchaban bien en su entorno y este al ver la preocupación que causaba en los demás respondió lo simple; todo está bien. Justamente hace algunos días había ido a la clínica donde usualmente se atiende, y siendo honesto consigo mismo las ganas de asistir eran nulas. Sin embargo era su madre quien le había insistido en ir y despejarse de las posibles conclusiones que por si solo ya había hecho a comienzos de otoño cuando recibió la pesada noticia de su condición física. Era tan difícil procesar aquel suceso que posiblemente termine marcando su vida de manera eterna, claro, si es que llega a la mitad de la frase siquiera.

No, él no podía pensar de ese modo y quizá su madre tenga razón después de todo. Existen innumerables errores médicos y el suyo puede ser uno de ellos, tan sencillo sonaba pero para eso debía confirmarlo haciéndose nuevamente los exámenes. Al principio de este problema, Jay no mostraba interés en ir a una clínica y pedir un chequeo general. Estaba cansado del aire contaminado de un sinfín de medicinas costosas, se sentía asqueado. Enfermeras de aquí para allá trayendo los instrumentos de cirugía a toda prisa y con una alteración en el rostro. Familiares recibiendo malas noticias por parte del neutral médico, quien parecía más bien un robot que un ser humano. Bien dicen que para esta profesión necesitas reprimir tus emociones y sentimientos, debes ser un témpano de hielo imposible de derretir ante una sola y ardiente lágrima de dolor.

Las imágenes pasadas fueron apareciendo por sus ojos azules aleatoriamente, mostrándole cada uno de sus recuerdos de cuando a penas era un niño e iba diariamente a realizarse las quimioterapias, pues en ese entonces descubrió que la leucemia era cuestión hereditaria. Y fue tan duro salir de ese estado que ahora era tan difícil tener que ir a una clínica por lo mismo después de haber pasado ya bastantes años. Recordó también la advertencia de aquel doctor quien le dijo que la enfermedad no se iría así de fácil y que posiblemente vuelva, era cuestión de tiempo y no pensó que ese día llegaría tan pronto, justo cuando ya había establecido sus metas.

Sabía que el cáncer lo había heredado de su padre y fue esa la causa de su fallecimiento, pero aún así ¿Quién era él para culparlo? Nada, el destino es inevitable y eso era lo más frustrante. Y después de varios días esperando los resultados, sucedió lo que ya veía por venir.

Los exámenes dieron con el mismo resultado; tenía leucemia y estaba a un solo paso de ingresar a la segunda etapa.

Esas lágrimas de impotencia que caían de los ojos de su progenitora le hacían apretar el corazón de tristeza y una infinita culpa por causarle preocupaciones. Pero no quería verse débil ante ella, él quería que su madre viera que aún con los problemas sobre sus hombros el podría seguir caminando aún si tenga que soportar esa carga tan pesada por el resto de su existencia. Mostrarle una sonrisa por cada día que iba pasando solo para que ella este más tranquila sería su propósito de aquí en adelante.

— ¡Buenos días Jay!

El mencionado dejó la bandeja con las galletas recién salidas del horno sobre la barra que había en la cocina quitándose después los guantes para voltear y encontrarse a Skylor quien traía consigo las libretas que se le daban a los clientes.

Castillo de Nubes |Bruises| (Ninjago) [Finalizado]Where stories live. Discover now