Sigmund [talking to yourself]

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El mundo es un misterio desapareciendo detrás de las mentiras,
las emociones flotan en la nada tratando de comprenderse,
todos piensan que están mal y no encuentran la respuesta.

Rostros impertérritos,
palabras llevando almas inocentes hacia la profundidad de un abismo sin final,
sueños convertidos en vida
sin saber hacia dónde ir,
con un incesante dolor
al comprender que no pertenecen a las estrellas
centelleantes en un cielo creado por deseos y pintado por acuarelas.

La singularidad indistinguible de las palabras viéndose afectada
por confusión,
los momentos se vuelven tan incoherentes
como pensamientos felices de una luna hecha de plata
y melancolía.

El mañana; un monstruo que nunca dejará de rondar
en algún cuerpo digno de una mente
a la que le es posible llenar de color
los pétalos marchitos
o presenciar la eternidad.

No todos los puentes presentan trágicas caídas,
la esperanza no necesita un final ahogarse en un atardecer y
nunca más volver a aparecer.

El débil tic tac de un reloj fortalece
el miedo,
deteniendo la respiración 
con un sordo palpitar.

Ruido blanco torturando hasta el más ínfimo rastro
de luz que persiste,
los cambios vagan en sus propias tierras
y tratas de no dormir así no volverás a olvidar tu nombre.

La desmesurada belleza del destino
no es más que un ideal tan remoto,
ambiguo como el pasado mismo.

Broken PeopleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora