Lidia [stars of the past]

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El horizonte es oído
por tu mente en decadencia,
cortaste tantas flores que no eran tuyas
robaste almas de humo y recuerdos efímeros.

Entierras palabras muertas;
ellas habían caído desde un décimo piso
pretendiendo ser aves tardías,
pero nunca se rompieron.

Y los violines suenan como sinfonías a la muerte,
las risas son llantos
en los claros de luna.
Disfrutas el dolor de no ser nadie
contemplando a la vida expectante
cuando todos esperamos saber,
queremos saber pero no morir.
Mientras tanto nuestros nombres cuelgan de futuros sin vida,
rostros hechos de tiempo
mas no expresiones.

Las lágrimas roían
esculturas dignas de juventud
y poemas insensatos.
Nada más quieres dejarte llevar por las cenizas
para renacer como un ave fénix
que ve a los colores arder en sus mejores matices.

El mundo se destiñe ante tus ojos,
te proteges en jaulas y agonía.
Crees ser la nada,
no ves que eres un caos
no encuentras cómo dejar de huir de la luz del sol.

Estamos condenados a presenciar belleza desvanecida
a pesar de eso,
la ligereza de espíritus obsesionados con la libertad sigue allí,
continuamos esperando asombrados el final.

No puedes hablar de estrellas
si fueron las que robaron la curiosidad por lo desconocido
entonces los meses
comenzaron a detenerse
en invierno llenos de dolencias.

Ya nadie presta atención a las mentiras de las sombras si cada día rostros desconocidos se vuelven un poco más inmóviles, cansados, carentes de gracia.
¿Qué importan las calles de oro? Las constelaciones ya no son el camino a un hogar vacío.

Broken PeopleWhere stories live. Discover now