Catching Feelings {AU Larry Stylinson} |Terminada| (Editando)

Capítulo treinta y cuatro

Los días luego de la víspera de navidad pasaron como si la vida fuese un tren bala y teniendo a Harry montado en aquella máquina veloz sin poder detener el tiempo ni una sola pequeña milésima de segundo. Cuando no estaba con Louis, se recostaba en su cama contando cada vez que las manecillas del reloj tocaban su tic tac, rogándoles que se detuvieran.  Como veía que las mentadas agujas no le hacían caso, se limitaba a maldecirlas.

Este día no era el caso. O debería decir, ésta noche. El ojiverde había apagado las luces con el afán de ayudarse a sí mismo a conciliar el sueño, pero tanto silencio había terminado por abrumarlo. No había nada que lo hiciera evadir sus pensamientos ni que lo obligara a enfocar su atención en otra cosa que no fuera su fastidiosa mente.

Los días luego del cumpleaños de Louis habían avanzado más rápido de lo que él hubiera deseado. Incluso el festejo de año nuevo que, aunque había durado hasta altas horas de la madrugada, se había terminado en un abrir y cerrar de ojos. Y lo único que pudo hacer el joven Styles fue observar el paso de los días desvanecerse entre el día y la noche, porque era imposible apresar el tiempo. Él no podía hacer nada. Era justo  como lo que te sucede cuando estás en la playa y quieres sostener un gran puño de arena entre tus manos… ésta, de poco en poco desaparece entre las aberturas que forman tus dedos.  De la misma forma en la que la arena corre de tus manos, el tiempo se iba destrozando a Harry de poco en poco.

Y no se dio cuenta hasta que estaba a pocas horas de despedirse de Louis. Con el pecho oprimiéndose opulentamente contra su corazón las veces en las que respiraba, decidió ignorar el número del día que marcaba el calendario creyendo que así sería más fácil la despedida. Cada vez que se cruzaban por su mente los días exactos del ‘hasta pronto’, se limitaba a suspirar y a concentrarse en el presente para alejar aquel sentimiento de desesperanza.

Tal vez si no hubiera hecho aquello, hubiera estado más consciente de lo que sucedería en el futuro y podría aceptar los hechos sin que doliera tanto. Sin embargo, ¿qué iba a saber él? En aquél entonces, ignorar que su novio se iría le parecía la mejor opción.

-          ¿Harry?- Louis volteó a verlo con el seño fruncido. Sus hermosos ojos azules demostraban que estaba preocupado. Tenía cierta exaltación en el rostro pero Harry estaba seguro de que el mayor sabía qué le ocurría.

No supo determinar el momento exacto en el que comenzó a llorar. Ni si quiera recordaba sentir sus ojos humedecerse o tener la visión borrosa. A estas alturas, tampoco podía saber si las lágrimas fluían por su rostro de una manera homogénea o si había una pausa entre cada una.

Al momento en el que Louis rozó la base de sus ojos con su pulgar, Harry se dio cuenta que Louis tampoco estaba durmiendo. Y también comprendió que estaba llorando. Que estaba mordiéndose la parte interna de los labios para no gemir, para no volverse loco y gritarle a Louis que no se fuera. Instantáneamente sintió los labios de Louis posarse suavemente sobre los suyos, el fuerte agarre que ejercían sus dientes sobre su labio se deshizo. Entonces pudo saber qué tantas ganas tenía de que Louis se quedara. El sabor metálico de la sangre provocada por aquella mordida invadió los paladares de Harry recordándole que no debería hablar sobre destruir los sueños de Louis. No, el debería irse.

-          Creí que dormías- Harry observó los ojos de Louis sobre los suyos. El mayor se encontraba encima de él sin estar recargado sobre su cuerpo. A los lados de la cabeza del menor, se encontraban los brazos de Louis sosteniendo su anatomía y sobre el rostro frío y húmedo de Harry, revoloteaba el cabello de Louis columpiándose a causa de la respiración tan agitada que daba Harry.

-          Yo sabía que tú no dormías

El susurro tan deteriorado que dio Louis oprimió internamente el corazón de Harry. Más de lo que lo hacían sus furtivas respiraciones. - ¿Por qué no me despertaste?