10.- Contigo, lo quiero todo

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El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error.
Pablo Neruda

Dean no tenía idea de la forma que todo cambiaría al aceptar este viaje, su vida había dado un giro de 180 grados. Muchas veces se había imaginado en compañía de alguna chica, que le hiciera sentir valorado, respetado y, por qué no, querido; a su vez había sentido la necesidad de entregarse por completo y hacer feliz a otro por el solo hecho de verle sonreír. Había habido bastantes mujeres en su vida, reconocía que había habido momentos mágicos y bellos, como por ejemplo su vida junto a Lisa; pero jamás se había sentido de la forma en que lo hacía en este preciso momento de su vida. Además de todo esto, estaba el hecho de que sus sentimientos y sensaciones, ya no estaban destinados a una mujer, y ese era un paso que no pensó dar. Si alguien le hubiese comentado que encontraría felicidad en los brazos de otro hombre, se habría reído a carcajadas, e incluso se habría intimidado. En cambio, acá estaba, yaciendo en la cama, entre los brazos de Cas; esos brazos fuertes y masculinos que tantas sensaciones le provocaban. ¿Cómo era eso siquiera posible? Él nunca había considerado desear a alguien de su mismo sexo, y no era por ningún motivo discriminatorio, sino que simplemente, nunca había estado esta idea ni en su cabeza, ni en su cuerpo, ni en su corazón.

Se removió en la cama, girándose para así poder mirar de frente a Cas, quien lucía encantador en sus mañanas, con ese cabello negro alborotado

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Se removió en la cama, girándose para así poder mirar de frente a Cas, quien lucía encantador en sus mañanas, con ese cabello negro alborotado. Este a su vez le dedico una sonrisa torcida, y sin abrir los ojos lo beso suavemente en los labios.

- ¿Cómo has dormido? Dijo Cas abriendo al fin los ojos, dulces pozos de un azul infinito en los que Dean no hacía más que perderse y sentirse extasiado.

- Habría dormido mucho mejor, si tu pierna no hubiese aplastado la mía gran parte de la noche- Dijo Dean con alegría en la voz, y ojos sonrientes.

Cas apoyo su cabeza sobre su mano izquierda, observándolo- ¿Ahora me dirás que no te encanta?- Cas rio de su propia pregunta.

- mmm...vamos a considerarlo un momento, sentirte cerca, tu pecho presionando mi espalda, tu brazo rodeándome, y tu pierna descansando sobre la mía, posesivamente...mmm...- Dean se rasco la barbilla fingiendo un gesto pensativo- Le diré señor Novak, sentirlo así de cerca hace que quiera saltar sobre usted en cualquier momento de la noche, y eso es, en definitiva, lo que no me deja dormir.

- Esa voz tan ronca Dean, hace que me pasen cosas de solo escucharte. Créeme, también he sentido deseos de saltarte encima a mitad de la noche; solo me detiene tu rostro calmo lleno de paz mientras duermes.

- ¿Me has estado observando dormir, Cas? ¿Eso es un poco aterrador, no crees?- Dean simulo un escalofríos.

- Verte dormir es un verdadero espectáculo, y sí, me declaro culpable de acoso nocturno- Dijo Cas cruzándose de brazos, con una expresión de niño en el rostro.

- Cas... debo confesar...qué...mmm... a veces también me he quedado observándote mientras duermes, dijo Dean con una mirada traviesa

Cas abrió los ojos y la boca, simulando impresión

A través de las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora