29.- Al trueno, siempre lo acompaña el relámpago

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Dean se durmió muy tarde y despertó llorando angustiado. Al abrir los ojos, se dio cuenta que ya era de día, gruesas lágrimas continuaban brotando de sus ojos. Miró el reloj en su mesa de noche, eran las ocho de la mañana. Se revolvió inquieto en la cama, un par de minutos, para luego ponerse de pie decidido. No podía seguir esperando, no sabía muy bien lo que debía hacer, pero de una cosa estaba seguro, la había cagado por lo que debía partir pidiendo perdón.

Se duchó y se vistió con la mente divagando, sus pensamientos le pertenecían al hombre que estaba durmiendo en la habitación contigua. ¿Cómo podía haber sido tan ridículo? "Maldita inseguridad" se dijo a sí mismo. Él confiaba en Castiel, no tenía motivos para no hacerlo. Sabía que las cosas que habían vivido eran nuevas para ambos, pero por sobre todo, sentía en el fondo de su pecho, en lo más profundo de su ser, que él y Cas tenían que estar juntos, de otra manera no podía explicar cómo era posible que Cas fuese el único hombre que, en toda su existencia, le llamó la atención. Sabía que para Cas era igual, un sentimiento palpitante de urgencia y necesidad, imposible de controlar.

Un jadeo escapó de su boca al darse cuenta que quizá lo había arruinado todo, llevó una mano a su frente y respiró fuerte para calmarse; cuando por fin lo logró salió de su habitación. Dio cuatro golpes en la puerta de la habitación de invitados, al no obtener respuesta entró pidiendo permiso. Castiel estaba en la ducha, Dean podía escuchar el agua correr. Se sentó en la orilla de la cama, aferrándose con fuerza a las sábanas para no correr a meterse en la ducha con Cas.

ooo

Cas salió de la ducha sintiéndose un poco mejor de su jaqueca, las pesadillas habían inundado sus sueños toda la noche, por lo que despertó con una resaca horrible que lo botó de la cama apenas abrió los ojos. Una toalla blanca en sus caderas, otra sobre su cabeza con la cual frotaba su cabello con los ojos cerrados; cuando bajó las manos y abrió los ojos, se encontró a Dean sentado en la cama; observándolo como solo él sabía hacer, como si fuese lo más valioso en el universo, lo que hizo que se pusiera nervioso por lo que actuó como mejor sabía, escondió aquellos sentimientos.

- ¡Hola Dean!- Dijo Castiel cruzándose de brazos. Él no sería quien iniciara esta conversación. No podía creer que Dean le hubiera montado una escena de celos, después de todo lo que habían vivido; había viajado a América solo por estar con él, por lo que sentía. ¿Qué acaso eso no era suficiente evidencia para Dean? Quizá fuese cierto que el otro tipo le había coqueteado, eso él no lo sabía, ni le interesaba. Dean debía darse cuenta que podía confiar en él, que jamás pasaría por su mente el traicionarlo. La naturaleza de su relación era atípica, desde sus inicios. Castiel sabía que quería estar con Dean, nadie más le generaba todas esas sensaciones y sentimientos que jamás había experimentado.

Dean lo miró hacia arriba, tímidamente; mordiendo su labio inferior.

- Cas... Yo... - Dean estaba muy nervioso, le sudaban las manos. Se puso de pie para poder ver a Cas a los ojos, pero sin atreverse aún a acercarse - ¡Lo siento!- Dijo bajando la mirada hacia sus manos - Fui un estúpido.. yo...no pude controlar mis celos- Miró a Cas - No sabes lo terrible que fue observar como ese maldito prácticamente se te lanzaba a los brazos, la forma en que te miraba, como si fueras algo comestible. - Dean exhaló con frustración -. No supe cómo actuar, no supe controlarme... no sabes cuánto lo siento. - Dean se atrevió a levantar nuevamente la vista; los ojos de Castiel se habían suavizado, la expresión que en un inicio era de total indiferencia se había tornado por una de preocupación.

- En ningún momento tuve un trato incorrecto o fuera de lugar con TU amigo Dean; yo solo fui cortés - Cas comenzó a hablar mientras se vestía, intentando hacerlo rápido -. Yo no podría... no puedo... Mirar a nadie más de esa manera.. - Castiel se sentó en la cama, dándole la espalda a Dean -. ¿Sabes? Pensé que dadas las características de nuestra relación, la forma en que todo ha sucedido, no tendrías dudas acerca de nosotros- Cas calló un minuto -. Quizá me equivoqué-

A través de las nubesWo Geschichten leben. Entdecke jetzt