capitulo 3

2.4K 114 3
                                    

Durante su trayecto hasta Mendocino, Camila disfrutó de la fresca brisa y de la compañía. Se había levantado el típico relente marino vespertino y se tuvieron que poner las chaquetas mientras se dirigían a una tienda de ropa de cama. Lauren le había dicho a Camila que tenía que hablar con Dinah, una amiga que trabajaba allí, sin explicarle nada más. Aunque esto había despertado cierta suspicacia en Camila, la verdad es que se estaba divirtiendo y, según andaban hacia la tienda, se pusieron a juguetear entre risas. Lauren le presentó a Dinah, una simpática jovencita, y ambas se quedaron charlando largo y extendido mientras Camila curioseaba entre las telas de la tienda. Conquistada de inmediato por el cálido y entusiasta carácter de Dinah, Camila estaba contenta de conocer a una amiga de Lauren, si bien no podía evitar preguntarse si habían estado liadas alguna vez. Camila sintió mariposas en el estómago cuando, de repente, Lauren interrumpió su conversación, mientras inspeccionaba con una grave mirada toda la tienda, para decir:

Dinah, tengo que pedirte un favor.

—¡Claro!, ¿de qué se trata? —respondió Dinah sin titubeos, mirando tranquila a Lauren con sus ojos color cafés.

Si alguien pregunta por nosotras, ¿te importaría no dar ninguna información? Te lo agradeceríamos mucho. Y cuando nos volvamos a ver, nos cuentas si alguien va por ahí preguntando por nosotras y quién. Vamos a andar por la zona durante unos cuantos días.

No hay problema. En este pueblo somos todos como una piña y te consideramos ya casi como una lugareña, así que voy a hacer correr la voz de máxima discreción y de no dar ninguna información sobre vosotras._ Pero justo antes de irse, Lauren se giró de repente para decirle:

Mira, de hecho tenemos planeado ir al Sirens después de la cena. Si hubiera cualquier novedad, o si simplemente te apetece tomarte una copa con nosotras, nos vemos ahí._ Dinah sonrió.

Gracias, lo más seguro es que acepte la invitación._ Se despidieron con un gesto de la mano. Mientras la pareja paseaba por una acera de tarima, Camila dijo:

Me encanta tanta confianza por parte de Dinah, pero... ¿y si fuéramos un par de delincuentes en busca y captura?

—¿No recuerdas que te conté que este pueblo es la capital de la marihuana del norte de California?_ Una lucecita se encendió en la cabeza de Camila.

—¡Ah, es verdad! Vale, ya lo pillo. Aunque Dinah se llevaría un buen susto si supiera que eres una federal. Porque lo eres, ¿no es así?

En cierto modo. —Lauren no dejaba de escrutar los alrededores, mientras caminaba y hablaba—. En cualquier caso, sabe que no soy de narcóticos. Si lo fuera, hace tiempo ya que le hubiera cerrado el chiringuito a mucha gente por aquí._ Ralentizaron el paso, girándose cada una hacia la otra. Hasta ese momento Camila había ignorado el frío, pero ahora este le atravesaba la ropa a cuchilladas; sintió un escalofrío y se subió la cremallera de la chaqueta. Lauren pasó su brazo por el de Camila y retomaron su andar calle arriba.—¡Venga!, creo que necesitamos un café con leche para entrar en calor, acompañado de unas buenas cookies para aguantar hasta la cena. ¿No te parece?

—¡Ya lo creo! —respondió Camila, cada vez más admirada por el talento de Lauren para desviar la atención de los temas peliagudos.
 
Se pidieron sus cafés con galletas y salieron para tomárselos en la calle; se sentaron en un banco con vistas al mar, una al lado de la otra, apoyándose contra una desgastada construcción de madera.

Eh..., ¿Camila?_ El tono dubitativo de Lauren despertó la atención de Camila.

—¿Sí?

Operación furor de tormenta (Camren) Adaptación Where stories live. Discover now