capitulo 19

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    Lauren y Allyson aterrizaron en una base militar cercana a Karachi, la capital oficiosa de Pakistán y su corazón comercial. Se iban a quedar ahí hasta justo un poco antes del amanecer, cuando se había acordado que tuviera lugar el intercambio. Ni los terroristas se arriesgaban a andar por las calles de esta ciudad por la noche, pues las diversas bandas de delincuentes podían asaltarlos. Los pandilleros, que crecían en un entorno absolutamente desesperado, no entendían de lealtades ni de otros códigos y llevaban a cabo una guerra propia. Aunque, en cierto modo, hubiera sido preferible que Marina hubiese caído en manos de estas bandas, pues, por lo menos, estas podían comprarse. Sus secuestradores, en cambio, obedecían órdenes de fuera y estaban dispuestos a dar la vida para cumplirlas, pues de ello dependía la supervivencia y el honor de sus propias familias.

    Lauren y Allyson fueron conducidas a un pequeño edificio de la base que albergaba a los oficiales militares y de inteligencia; Lauren conocía a muchos de ellos, a pesar de lo cual estos mantuvieron un comportamiento cuidadosamente reservado, propio de la gravedad de la situación. Les mostraron una lúgubre habitación, provista de dos catres, una pila, un retrete y un espejo de pared. Allyson se fue a solucionar algunos trámites, dejando allí a Lauren, que necesitaba unos momentos de privacidad y concentración. Al cabo de un cuarto de hora, Allyson regresó y se dejó caer con todo su peso sobre uno de los catres; Lauren estaba tendida en el otro, boca arriba y con un brazo cruzado cubriéndole la cara.

Vale. La Operación Furor de Tormenta se inicia al amanecer. Partimos dentro de tres horas, con una escolta armada, para llevar a cabo el intercambio. Siempre cabe la posibilidad de que se dejen llevar por la codicia y pretendan hacerse con ambas; por supuesto, nosotros también pretendemos liberaros a las dos._ Lauren apenas le estaba prestando atención.

—¿Hay alguna novedad?

—No. Normani me ha dicho que están investigando en el monasterio, pero de momento, nada más._ Lauren permaneció callada durante algunos minutos; el aire de la habitación estaba cargado de efluvios de tabaco y sudor.

Está viva; sé que está viva, puedo sentirlo. Tienes que encontrarla, Ally, y decirle cuánto la quiero. Quiero que me lo prometas.

—Se lo dirás tú misma, en cuanto regreses.

Prométemelo.

—Te lo prometo. Y también te prometo a ti que regresarás._ Lauren sonrió levemente, mientras mantenía el brazo sobre la cara para protegerse los ojos de la cruda luz de la bombilla que colgaba del techo.

Vale, solo quería comprobar que todo está claro; pero ya sabes: primero hay que rescatar a Marina y luego a mí._ Allyson lanzó un suspiro y apagó la luz, tras lo cual se dejó caer en el catre; su aterrizaje levantó una fina capa de polvo que hizo que Lauren tosiera. Se quedaron así tendidas durante un rato.

—¿Ally?

—¿Mmm?

—Ya sé que nunca he sido... bueno, como una amiga ni nada parecido. Pero ahora quiero que sepas... que aprecio todo lo que estás haciendo._ La voz de Lauren se quebró en la última palabra y se quedó callada, incapaz de continuar.

No hay problema. Intenta dormir un poquito, Lauren.

—Gracias.
 

***
 

—¡No!

     Camila se convulsionó en la cama, como dando un traspié, y se alzó de golpe, cubierta de sudor y lanzando una mirada salvaje a su alrededor. No sabía dónde se hallaba. Estaba oscuro y la tenían cautiva; debía huir de ahí. Notó un dolor abrasador atravesándole la pierna; se la agarró y gritó. De repente, alguien pronunció su nombre y unas manos intentaron tranquilizarla con suavidad. Ella se debatió con la intención de escapar, pero la persona la retenía, llamándola por su nombre e intentando calmarla. Se sentía demasiado débil para seguir luchando mucho más; con la respiración entrecortada, le dijo a la persona que necesitaba ayuda.

Operación furor de tormenta (Camren) Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora