capitulo 12

1.3K 92 4
                                    

Camila y Lauren se movían en círculo, balanceándose y agazapándose, buscando la manera de derribar a la otra. El área que habían despejado aún tenía restos de escarcha, la hierba que pisaban estaba marrón y la tierra, casi helada. A Camila no le gustaba que juguetearan con ella como si fuera un ratón entre las zarpas de un gato. Se cargó de paciencia, buscando una línea de ataque. Lauren había abortado con gran facilidad todos sus intentos de llevarla al suelo; varias veces incluso había mordido el polvo, aunque Lauren había amortiguado sus caídas, casi posándola en el suelo. Lauren estaba instruyéndola, diciéndole cómo moverse para protegerse, a qué prestar atención y cómo defenderse. Camila ya había roto a sudar; se acababa de quitar la chaqueta y ya solo llevaba unas ligeras mallas y una camiseta sin mangas. Pero Lauren aún no sudaba ni gota.

Loup estaba tendido en un lado, siguiendo con la mirada la acción, o la falta de la misma. Al cabo de tres cuartos de hora, ya habían logrado reunir a un pequeño público a su alrededor. Camila, cada vez más irritada, se sentía definitivamente como un pelele. Cada vez que embestía, acababa rebozándose en barro.

Camila, piensa lo que haces. Se supone que estás defendiéndote, intentando eludir un ataque, no atacando. Debes sentir cada parte de tu cuerpo. Recuerda lo que te he enseñado. Podría dejarme derribar, para que te sintieras un poco mejor, pero... ¿haría eso por ti un agresor?

Lauren era despiadada. Desde que habían salido afuera, parecía tensa y presionaba a Camila para que aprendiera a marchas forzadas. Lo que había comenzado como una propuesta casi lúdica, de aprender nuevas habilidades, se estaba convirtiendo en algo peligrosamente serio. Camila se preguntaba si la presencia de público tendría algo que ver; aunque Lauren nunca se había comportado de manera exhibicionista.

Otra dura caída.

Se sacudió y volvió a ponerse de pie. «Vale. Calma... respira... asiéntate y busca un punto de ataque.» Volvieron a dar vueltas y, de repente, Lauren se lanzó hacia ella. Camila agarró su mano tendida, tiró de ella siguiendo su ímpetu y, cuando ya tenía a Lauren encima, la llevó al suelo con un giro, acompañando un poco con una mano su caída para amortiguarla. Los mirones rompieron en aplausos hacia Camila, que se había ganado la simpatía por la más débil. En todo caso, sentaba bien ganar, aunque fuera muy de vez en cuando... y durara tan solo unos segundos; lo que tardó Lauren en ponerse de nuevo de pie y en enviarla a rodar por los suelos.

—¡Mierda!_ Se quedó tendida y jadeando, hasta que Loup se acercó pausadamente hasta donde estaba y le dio unos suaves toques con el hocico, tras lo cual le mordisqueó un brazo, de forma cariñosa y compasiva.

Vale, bien. Es suficiente por hoy. Vamos a lavarnos un poco._ Lauren se dirigió hacia la cabaña, dejando atrás a Camila, que aún estaba recuperándose.

El público se dispersó con rapidez, aunque, antes de irse, algunas espectadoras lanzaron varias miradas en su dirección, algunas de claro flirteo. Loup, por su lado, estaba bañándola a lametazos, intentando reconfortarla. Camila le rascó las orejas, diciendo:

Gracias, monada. Eres el mejor._ Y miró a Sally, que estaba sonriéndoles.

Os quiere mucho a las dos._ Sally lo llamó a su lado. Camila se echó de nuevo hacia atrás, para acabar de recuperar el aliento.

Es un animal verdaderamente soberbio. ¿Cómo diste con él?_ Necesitaba hablar de algo que la distrajera un poco de la rabia que sentía en esos momento hacia Lauren y su ambiguo comportamiento.

Fue algo extraño. Lo encontramos vagando por una carretera cerca de Mendocino, cuando no era más que un cachorro. Debió de recibir algún golpe de un coche, o algo así, y parecía llevar cierto tiempo perdido. Nos detuvimos y, en cuanto abrí la puerta del coche, se acercó cojeando y se metió dentro. Está con nosotras desde entonces; se ha convertido en el verdadero amo del lugar._  Camila se puso de pie y recogió su sudadera y su chaqueta. Se despidió de Sally y de Loup con un gesto de la mano y se dirigió hacia la cabaña, gruñendo:

Operación furor de tormenta (Camren) Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora