capitulo 20

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    Camila estuvo varios días recuperando y perdiendo la conciencia, sufriendo pesadillas y horribles visiones en las que perdía a Lauren, esta caía herida o se hallaba en serios problemas. Camila estaba aterrorizada. Cuando los antibióticos comenzaron a hacer efecto y ella empezó a mejorar, todas estas destructivas visiones se fueron desvaneciendo. Durante el día permanecía descansando tranquilamente, concentrando sus recuerdos en su hermosa amada, en sus últimos momentos juntas y rogando que estuviera a salvo. Durante las primeras noches, no la dejaron ni un momento sola; Elaine se quedó con ella, cuidándola hasta que comenzó a mejorar.

    Por fin, Camila se despertó un día sintiéndose mejor y pidió a Elaine que la ayudara a ir a las duchas comunes. Tenía que mantener el brazo bien pegado al cuerpo para evitar dañarse el hombro, pero por fin iba a poder lavarse. El esfuerzo le resultó agotador y tuvo que pedir ayuda para regresar a su cuarto, así como para ponerse la ropa limpia que le había traído Rebel. Por fin pudieron también lavarle el pelo, aunque estirándoselo a veces en ángulos un tanto extraños para mojar lo menos posible los puntos de la herida. Volvió a acostarse para descansar un rato mientras esperaba a Rebel, que solía visitarla a diario. Esta vez, esperaba que la pusiera al día sobre Lauren. Se concentró en el sosegado murmullo de la rueda de oraciones, ubicada justo a la entrada de su cuarto y que giraba sin parar, lo que calmaba sus miedos. Comenzó a imaginarse que los rezos y cánticos llegaban directamente hasta Lauren y acabó durmiéndose. Un ligero golpe en la puerta la despertó. Abrió los ojos y vio a Elaine sonriendo y sujetando una bandeja con té y madalenas.

He pensado que tal vez estuvieras hambrienta, después de tu excursión hasta la ducha._ Camila le devolvió la sonrisa.

—¡Siempre tan atenta! Nunca te podré agradecer lo suficiente todos tus cuidados.

—Ya tienes mejor aspecto. Come algo antes de la visita de Rebel._ Elaine depositó la bandeja en la mesita y ayudó a Camila a salir de la cama y a sentarse en una de las sillas.

   Compartieron el té en silencio. Incluso en su prolongado estado de semiinconsciencia, Camila se había percatado de que los habitantes del monasterio apenas hablaban, en especial durante el día. Cuando le preguntó al respecto a una de sus cuidadoras, esta le explicó que ponían en práctica lo que llamaban «diálogos esenciales» y añadió que, aunque algunos habían elegido el silencio como parte de su vida en el monasterio, la mayoría apenas hablaban porque tenían muchos quehaceres y, simplemente, preferían concentrarse en ellos. Camila pensó que este era uno de los detalles que convertían al monasterio en un lugar lleno de paz, muy reparador. A ella le gustaba, pues le permitía concentrarse en Lauren.

Me ha gustado mucho conocer ayer a Mike, Elaine. Es uno de los hombres más dulces que he conocido. Hacéis muy buena pareja._ Elaine resplandeció ante la mención de su marido.

Gracias, yo también lo creo. Y me gustaría conocer algún día a tu Lauren._ Camila la miró con cierta sorpresa.

Mmm, bueno... ¿cuánto he llegado a contar en mis delirios febriles?_ La sonrisa de Elaine se amplió aún más y respondió, divertida:

No te preocupes, cariño, no has llegado a entrar en detalles. Pero has contado lo suficiente para saber que Lauren es una mujer hermosa, que la quieres con todo tu corazón y que ella te corresponde. También has contado que se halla en un gran peligro, así que todos estamos rezando para que regrese a tus brazos sana y salva. Por eso te digo que me gustaría conocerla._ Camila se apoyó en el respaldo de la silla, emocionada por las palabras de Elaine, y murmuró:

Me encantará presentarte a Lauren... pronto.

    Cambiando de tema, Elaine propuso a Camila un pequeño paseo por los terrenos del monasterio, tras la visita de Rebel, para empezar a hacer un poco de ejercicio. Rebel llegó al poco de marcharse Elaine, examinó los cortes y raspaduras y se aseguró de que los puntos estuvieran bien tras el lavado de pelo. Pero Camila se dio cuenta de que, mientras se atareaba en todo esto, evitaba mirarla a los ojos, así que, finalmente, tomó una de sus manos, cuando estaba recolocando una venda, obligando así a Rebel a prestarle atención.

Operación furor de tormenta (Camren) Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora