capitulo 5

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Envuelta en los brazos de Camila, agitándose levemente, Lauren apretó su cara contra ella, saboreando su piel.

—¡Mmm!, suave y saladita. ¿Has estado haciendo gimnasia, últimamente? —Su voz sonó ronca, recién surgida del sueño. Camila se estrechó contra ella.

Se podría decir algo así. ¿Qué hora es?_ Lauren intentó enfocar la vista en el reloj.

Solo las nueve y media. Aún es pronto. Jugueteemos un poco..._ Camila abrió los ojos y sonrió.

—¡Tonta de mí!, yo que pensaba que eso es lo que habíamos estado haciendo toda la noche. Pero es un nuevo día y aún tienes recovecos y ranuras que no he explorado del todo. Como esta... por ejemplo._ Lauren gimió de placer. Tras un profundo beso, hundió su cara entre los pechos de Camila, que lanzó un suspiro.

Solo espero que Normani y Dinah se lo hayan pasado la mitad de bien que nosotras anoche._ Lauren sacó la cabeza lo suficiente para murmurar:

Se lo podemos preguntar, cuando vengan a desayunar._ Uno, dos y... ambas se levantaron y se miraron.

—¡El desayuno!_ Y se pusieron simultáneamente a repasar la habitación.

—¡Oh-Dios-mío! ¡La casa está hecha un desastre! ¡Nos tenemos que duchar y yo tengo que cocinar algo!

—¡Y se supone que Normani va a llevarse la Ducati! —Exclamó Lauren—. ¡Y está hasta arriba de mierda!

Salieron de la cama como exhalaciones, en una especie de simulacro de incendio. En media hora, la casa ya estaba más presentable, Camila se estaba duchando y Lauren se hallaba fuera, limpiando la moto.

Mientras la restregaba bien con un cepillo, llamó a Ally para saber si había alguna novedad sobre Zayn; no se explayó demasiado, fue concisa y directa a lo que le interesaba. Cuando terminó de lavar la moto, Camila ya estaba atareada en la cocina y ella se metió a darse una ducha exprés. Entonces apareció la vieja furgoneta de Dinah en la carretera, por suerte, con quince minutos de retraso. Ambas estaban cortando y troceando comida en la cocina, mientras aún recuperaban el pulso cardiaco. La puerta del garaje estaba abierta, por lo que Normani pudo meter la furgoneta. La moto estaba afuera, donde Lauren la había dejado secándose al sol.

Descendieron de la furgoneta y Dinah se acercó a admirar la moto, tomando la mano de Normani, que se acercó a abrazarla. Desde su privilegiado mirador de la ventana de la cocina, Camila sonrió a Lauren.

Mira, parece que todo ha ido perfecto. Vayamos a recibir a nuestras primeras invitadas._ Camila dio un leve codazo a Lauren.

Me gusta cómo suena, ¿no?: «nuestras primeras invitadas». Vamos, cielo._ Lauren se detuvo solo un segundo para paladear unas palabras tan deliciosas.

 Sus abrazos de bienvenida resultaron un tanto torpes y Lauren se dio cuenta de que, a plena luz del día, la falta de conocimiento mutuo se hacía más llamativa. Se quedaron las cuatro alrededor de la moto; Camila y Dinah lanzaban exclamaciones admirativas y, como parecía que Camila no acababa de arrancarse a charlar, Lauren decidió tomar la iniciativa e ir directa al grano, dirigiéndose a Normani:

Bueno, bueno, así que ¿al final te quedas unos días o coges la moto y te vas ya?_ Notó una mirada de Camila y esperó no haber resultado demasiado brusca. ¡Todo esto de socializarse no era tan sencillo, la verdad! Normani pareció estudiar la cuestión, mientras un leve rubor afloraba en sus mejillas.

Bueno, esto... creo que voy a ver si me puedo quedar unos días. Aunque no he tenido tiempo de instalarme en ningún sitio, porque esta mañana hemos arrancado un poquito tarde... Ya lo haré después, tras el desayuno. Le he prometido también a Dinah una vuelta en la moto, ¿no es así, Dinah?_ Esta lanzó una brillante sonrisa.

Operación furor de tormenta (Camren) Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora