«Prólogo»

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En pedazos


Huir siempre fue la respuesta a todo.

Esconderse fue la solución a los primeros problemas.

Mentir diciendo que todo marchaba bien fueron las palabras que se obligó a pronunciar cuando estaba perdiendo la cordura, y admitir que necesitaba ayuda fue el segundo miedo más grande a enfrentar.

La realidad era que, a pesar de aceptarlo, aún seguía ahí, de pie sin atreverse a dar el segundo paso.

Podría haber perseguido a cada uno de sus miedos hasta enfrentarlos, pero decidió apartarse cuando el peso de su recuerdo y todo el asfixiante mundo de los problemas comenzaban a derribar la fina capa de optimismo que aún conservaba hasta aquel día.

Un corazón roto, fracasos universitarios, una pesadilla que parece jamás querer abandonarla y el recuerdo de su más grande estrella extinguiéndose...

¿Es bueno huir de los problemas?

La respuesta es un rotundo NO. 

Si no enfrentas aquello que no te deja marchar en la dirección que deseas, en algún momento terminarás en el suelo... o tomando la dirección equivocada. Todo se vendrá abajo, sentirás que no tienes control sobre tus pensamientos, perderás contra tus miedos, te dominarán las emociones y aquello que creíste insignificante se convertirá en una gran batalla.

Cuando abandonó la casa que en algún momento fue su lugar seguro, lo supo con certeza: me estoy desmoronando y no estoy haciendo nada para evitarlo.

Pero luego descubrió:

Un problema no puede dominar tu vida, y si comienzas a perder, debes dominar el problema.

Las pesadillas son solo eso: pesadillas. Saben arrastrarte hasta cambiar la historia, pero tú tienes el último párrafo de tu historia.

No existe una vida sin alegras, sin frustraciones y sin dolor.

Las sonrisas debes mantenerlas, las frustraciones soltaras y aceptar que el dolor no es más que un medio de liberación.


Y al final de la tormenta descubrirás que sanar es un enorme reto, que las personas indicadas existen, que los planes cambiantes son sustos satisfactorios y que un corazón inundado por la presencia de otro puede sanar...

Huir no es la respuesta a nada, pero esta vez fue su respuesta a todo.

Conocer su sonrisa en medio de una oleada de problemas, un fracasado escape y un deseo, fue parte de la solución.

Porque, al final del día, encontrarse a sí misma fue su principal misión y cuando su mirada bajo la luz de la luna le prometió que no se iría, supo que parte de su deseo se encontraba en él. 






🌕🌕🌕

¡Bienvenido bello lector! 
No soy profesional así que pueden que encuentres algunos errores de los cuales me encargaré al finalizar esta historia.  

Espero les guste muchísimo. 


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