8. Día de los abrazos

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Antes de que su mente retrocediera el tiempo y se encontrara a sí misma deseando cambiar la realidad que se alzaba frente a sus ojos, creyó que sería un buen día. Incluso cuando el brillo del cielo se reflejó en su mirada azul recibiéndola con una sonrisa, se animó a creer que, sin importar que comenzó el día con el pie izquierdo, terminaría el día acompañada de su sonrisa... y fue así, pero no de la forma en la que se había imaginado.

Al verlo sonriente frente a sí no pudo evitar regresarle su gesto dulce. Lucía increíblemente atractivo y tan preparado para correr asegurándole que al final del recorrido suplicaría por ayuda, y por desgracia ya no podía dar marcha atrás.

—¿Estás segura de que podrás? — cuestionó su hermano. Oh, por supuesto que no estaba segura, correr no era lo suyo, era un fracaso cuando se trataba de hacer ejercicio, pero no iba a acobardarse, no cuando había perdido una apuesta y el simple hecho de retirarse generaría una perdida enorme para su dignidad — Creo importante recordarte que no te llevaré en mi espalda, lo sabes, ¿no?

Sonrió en dirección a Matthew.

—No te preocupes, Matthew lo hará por mí, ¿no es así? — el orgulloso ganador sonrió antes de soltar una pequeña carcajada.

—Ni muerto, tenemos un trato, nombre de chico, ¿no lo recuerdas? — Piper suspiró peinando su cabello.

—Lo harás — casi le ordenó.

—¿Estás dando por hecho que perderás?

—No, pero... — al verlo menea su cabeza en negación suspiró.

—Solo acepta que perderás y cumple con tu palabra. — le dijo con una sonrisa.

—Jamás.

—Bien, entonces comencemos.

—Guau, hay mucha tensión entre ustedes... — su hermano agitó las manos entre ambos — Esto será interesante, ¿qué le debes si pierdes? — se giró su hermano para observarla.

—Ese es el problema, no lo sé — se quejó peinando su cabello — ¿No crees que esto es injusto? ¡escogiste algo en lo que sabías que saldrías victorioso! — le recriminó a Matthew quién sonrió mostrando sus dientes.

—Piper, perdiste al "piedra, papel o tijera", no puedes quejarte, esa era la regla. — se burló una vez más — Andando, ya sé que quiero para mi segunda noche de diversión.

Por supuesto que no pudo seguirles el ritmo a ambos. Sus piernas flaquearon en cuestión de minutos, la respiración comenzó a faltarle y sentía que su corazón estaba a punto de hacer un hueco en su pecho para huir.

Se detuvo jadeante.

Bien, tenía que aceptarlo, le debía otra noche divertida.

Al notar que Piper no corría a su lado se detuvo esperando que ella llegara demostrando cuan arrepentida estaba de haber aceptado la apuesta que evidentemente perdería.

Sonrió encantado.

Oh, ahora tendría otra excusa más para poder verla.

—¿Puedes seguir, Piper? — se agachó a su altura — ¿o necesitas que te cargue y de por terminada la apuesta?

Piper suspiró elevando el rostro para encontrarse con su mirada.

—¿Qué es lo que quieres?

Matthew sonrió una vez más.

—Oh, estoy ansioso, realmente ansioso.

—¿Todo bien, hermanita? — se burló su hermano — ¿acaso acabas de perder?

|Deseos a la luna| BORRADORWhere stories live. Discover now