2. Segundas oportunidades

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Hablemos de las segundas oportunidades: el deseo de intentarlo una vez más con el fin de conseguir algún resultado. Normalmente hablamos de un resultado positivo, algo que permita continuar con aquello que buscas salvar con tanto esfuerzo. En esa posición, justo con ese optimismo, hambrientos por alcanzar la meta, descubrimos dos cosas: las segundas oportunidades podrían catalogarse como decisiones estúpidas o acertadas, ¿cómo las defines tú?

El intentar salvar algo que ya consideraba perdido era una idea tonta, ¿no? Para dar segundas oportunidades debía considerar el panorama, las posibles situaciones que pudiesen presentarse, pero al mismo tiempo, también era importante concentrarse en el presente y preguntarse: ¿de verdad es necesario intentarlo?

Parpadeó escuchando la nota de voz una y otra vez.

"¿Matthew? Debo hablar contigo, es importante y no podemos dejarlo pasar. Por favor, llámeme lo más pronto posible".

 Por el tono dulce que utilizó para pronunciar su nombre supo que debían hablar sobre algo serio, de hecho, tenía una idea de lo que pudiese ser: terminar la relación.

—¿Saldrás nuevamente? — saltó en su sitio al escuchar la voz de su madre. — Perdón por asustarte, no era mi intención.

—Sí, saldré a trotar.

—¿Trotar? — cuestionó sorprendida.

—Como todas las mañanas — añadió Matthew con naturalidad — ¿acaso no lo notabas?

—Yo pensé que ibas a visitar a tu padre. — guardó el celular negando con un movimiento de cabeza — ¿te demorarás?

— Una hora o eso creo, ¿necesitas algo? — se acercó a ella para tomar el lazo que tenía en su muñeca y con cuidado recogió su cabello recibiendo una sonrisa de su parte — ¿entonces? — cuestionó al no obtener respuesta de su parte.

Su mirada cansada se encontró con la suya antes de negar.

—No, yo solo...

—Deberías descansar — sugirió girando su cuerpo, empujándola fuera de la habitación hasta llegar a la puerta que decía: "no pasar, mamá está descansando". —Duerme tranquila, te veo en una hora — besó su frente a modo de despedida.

—Los gemelos despertaran muy pronto, debería hacerles el desayuno.

—No, ellos despertarán alrededor de las nueve. Son las siete de la mañana, aún es temprano, así que ve a dormir, yo regresaré en una hora y le prepararé el desayuno a los gemelos — indicó alejándose — ¡Y no está a discusión!


Comenzó con una caminata lenta para calentar. Acompañado de la brisa mañanera, tan deliciosa y refrescante, seleccionó las canciones que escucharía en su recorrido mientras decidía, por primera vez luego de casi tres meses, volver a encontrarse con su padre. Luego inició la misma rutina, todos los días salía a trotar para disfrutar del sol de la mañana y escuchaba las diferentes listas de canciones que tenía, pero esta vez fue diferente. Por primera vez en varios días decidió dejar los auriculares a un lado para concentrarse en el sonido de las olas, las risas de los niños que se encontraban por allí, en admirar el paisaje frente a sus ojos.

Se detuvo cuando descubrió la tranquilidad del cielo.

Entonces decidió acercarse a la orilla de la playa, despedirse de sus zapatos y dejarse caer en la arena para recibir el sol de la mañana.

Justo allí, analizando la calidez del cielo, recordó su mensaje y las antiguas llamadas en donde ambos se negaban a tocar el tema. En cada llamada sonreía al saber que estaba bien, hablaban de las cosas nuevas, de los problemas, se escuchaban en uno al otro con la intención de ayudarse. Al terminar la llamada, ella susurraba: me gustaría que estuvieses aquí; en algunas ocasiones también lo deseaba.

|Deseos a la luna| BORRADORWhere stories live. Discover now