5. Noche de diversión

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Por alguna razón su corazón no encontraba la calma luego de leer aquel mensaje. Al principio creyó que iba a hablarle sobre la devolución del dinero, pero al leer una parte del texto a través de la barra de notificaciones no pudo evitar perder el control de los latidos de su corazón. ¿Acaso había leído bien? ¿por qué de repente se comportaba de esa forma? No entendía el propósito de su aparición, lo que sí sabía era que no podía darse la esperanza de reconstruir lo que algún día tuvieron en una amistad; simplemente no podía, aun así, tampoco podía dejar de sentirse preocupada al pensar la razón de su llamado inoportuno.

Una hora después se llenó de valentía, tomó el celular y abrió el mensaje: "Sé que dije que debíamos cortar la comunicación entre nosotros, pero justo ahora no encuentro la calma y solo puedo imaginarnos en el apartamento, abrazados". ¿Cómo debía interpretar sus palabras? ¿qué quería lograr con el mensaje?

Suspiró tratando de enviar la calma a su sistema nervioso, tomando una decisión: no respondería. No podía simplemente enviar un mensaje y pretender obtener una respuesta cuando todo había terminado, cuando sus palabras duras se repetían en su mente y, aunque no lo culpaba del todo, no podía solo convertirse en su amiga cuando la herida aún no sanaba.

—¿Está todo bien, Piper? — elevó el rostro al escuchar la voz de Morgan. Estaba tan ocupada organizando sus pensamientos y sentimientos que no la escuchó llegar.

—Sí, solo estoy pensando qué ponerme.

—¿Tienes planeado salir? — preguntó ella mientras le servía un poco de jugo.

—Sí, he quedado con un chico que conocí.

—Oh, bueno, espero que te diviertas mucho. No olvides compartirnos tu ubicación, ya sabes, por seguridad. — asintió con una sonrisa. En cuestión de segundos Morgan abandonó la cocina no sin antes dejarle justo en frente un pedazo de torta de naranja que no dudó en degustar en silencio.

Su celular volvió a vibrar y con ello su ritmo cardiaco aumentó.

"Sé que soy egoísta y entiendo que no quieres responder, pero te necesito, Piper".

¿Por qué?

¿Por qué sentía tanta preocupación como para querer responderle?

—¿Piper? — se giró al escuchar la voz de Nicholas. — ¿quieres jugar Super Mario Bros o lo que desees conmigo?

Tenía una razón para escapar. Distraer su mente hasta eliminar aquellos pensamientos que giraban en torno a él era lo que necesitaba, así que, con una sonrisa y tomando otro pedazo de la torta, siguió a su hermano quién se mostró agradecido por hacer de su tiempo de juego más competitivo.

Tres horas después de diferentes discusiones y ganar tres apuestas contra su hermano mayor, decidió que ya era momento de cambiarse para su encuentro con el chico cuyo nombre aún no recordaba.

—Véncelo por mí, ¿quieres? — le pidió a su hermano quién chocó los cinco asintiendo seguro de sí mismo. Nicholas escogió el auto de carreras con el que su hermana le había ganado y comenzó la competencia entre hermanos. Incluso desde su habitación Piper podía escuchar los gritos de ambos: ¡eh, tramposo! ¡voy a ganar! ¡no hagas eso, es trampa! ¡quítate del camino! Entre muchas otras de las cuales no podía evitar reírse.

La noche de diversión se aproximaba y solo faltaban los últimos retoques de maquillaje: aplicó un poco de labial color melocotón que le regaló su hermano, un poco se rímel y el perfumen que Morgan le obsequió como bienvenida después de tantos meses sin verse. Una vez lista, sonrió satisfecha a la imagen de sí misma.

|Deseos a la luna| BORRADORWhere stories live. Discover now