9. Auto de escape

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—¿Qué? ¿por qué tienen esas caras? — cuestionó su padre cruzado de brazos, entendiendo a la perfección que algo tramaban. Su hermano procedió a explicarle la razón por la cual salir y pasar la tarde juntos era una idea esplendida, entonces su padre murmuró: — ¿Ir a Venice Beach? ¿pasar la tarde juntos? — ambos asintieron en silencio. Sabía que su padre no creería que estarían juntos todo el tiempo, pero al menos debían intentarlo — ¿Y cómo piensan irse? ¿caminando?

—En realidad, queríamos... — trató de explicarle, pero su padre habló.

—A decir verdad, no está tan lejos — reflexionó él interrumpiéndolos, con una sonrisa asintió dándoles el visto bueno antes de girarse sobre sus talones para marcharse — Está bien, diviértanse.

Piper le dirigió aquella mirada de reproche a su hermano, articuló un "te lo dije" instándole con sus expresiones que le rogara a su padre por el auto, porque definitivamente era su turno. Tenía que hacerlo luego de cubrirlo tantas veces.

Su hermano suspiró. Seguido de ello dejó caer sus rodillas al piso negando con la cabeza, como si de una humillación se tratara. Piper no pudo evitar sonreír llevando su mano derecha a su boca para amortiguar la risilla que se le escapó.

—Cariño, mira a nuestro hijo — mencionó Morgan entre risas sin poder creer lo que su hijo estaba haciendo. Fue inevitable no soltar una carcajada cuando este frotó sus manos sin dejar de mirar a su padre. 

Nicholas ingresó a la habitación con una sonrisa, por supuesto que no podía perderse del espectáculo.

—Esto merece una foto — tomó su celular dispuesta a hacerlo, pero su mirada amenazante la advirtió que se arrepentiría.

—Ni se te ocurra, Piper.

—Buena suerte, cielo — le deseó Morgan mientras se alejaba hacia la cocina — Oh, cariño, recuerda que está castigado, no se lo hagas tan fácil.

—¡No estás ayudando, mamá! — le recriminó.

Por su parte, tomó asiento en el sofá mientras su hermano debatía entre suplicar o darse por vencido. Allí, en el piso y con las rodillas casi ardiendo, Aiden tomó aire una vez más sin dejar de regalarle una pequeña sonrisa a su padre quién también le sonrió.

—Con uno solo no va a funcionar — indicó su padre tomando asiento.

De inmediato, Aiden se giró y con un movimiento le cabeza le indicó que se levantara de su cómodo puesto para apoyarlo en la tarea de convencerlo.

—Oh, no. No lo haré, te toca, ¿lo recuerdas?

—Dos un minuto — advirtió su padre.

—No me quedaré sin dignidad en vano, párate de una jodida vez. — escuchó la risa de su hermano menor.

No le quedó de otra que levantarse y arrodillarse.

—Papá, por favor — pidió con una mirada azucarada.

—¿Eso es lo mejor que tienes? — peleó su hermano a su lado.

—Cállate, al menos me veo linda haciendo puchero. Además, ¿acaso has dicho tú alguna palabra para convencerlo? — le reclamó recibiendo una irritante mirada de su parte.

—Tienen un minuto.

—Esto es muy divertido — mencionó su hermano menor sin dejar de reír. Por alguna razón estaba segura de que Nicholas los estaba grabando para guardarse uno que otro as bajo la manga.

—No va a funcionar, no se llevarán el auto — su padre terminó por sonreír. Agachándose a la altura de sus hijos pellizco sus mejillas antes de murmurar — Y batir las pestañas no te dará puntos extras, hija.

|Deseos a la luna| BORRADORWhere stories live. Discover now