Hemofobia. «y.m»

d i e s i o c h o , m i n

  —Buenos días, señor Park.

Cerro sus ojos, y estiro sus brazos hacia arriba soltando un pequeño bostezo, se acerco a mi abrazando mi espalda desde atrás.

—¿Qué cocinas que huele tan bien? — Lo escuche murmurar mientras daba suaves besos en mi nuca.

—Un intento de panqueques. — Ambos esbozamos una sonrisa.

Despues de varios panqueques quemados, logre cocinar un desayuno para mi novio, la palabra era tan lindo cuando se trataba de el.
Situe los platos en la mesa no sin antes añadir crema batida a los panqueques, me acomode a su lado en aquel limitado comedor y sonreí al escuchar su angelical risa.

—¿En verdad le dibujaste una carita feliz a mi desayuno?

—Hey, trato de hacerte un desayuno feliz.

Seguido de aquello, nos dispusimos a comer, lo miraba de vez en cuando y una inevitable sonrisa salía de mis labios, quien diría que la decisión de dejar todo y venir a Busan seria la mejr decisión de mi vida. Habia terminado por encontrar de una manera inusual un chico el cual podía decir que amaba, comprendi que el amor es cuando ambos se ayudan y apoyan.

—A alistarse que tendremos una cita.

—Oh ¿hablas en serio? — un brillo se denoto en sus negros ojos. —Bien, ire a ducharme. —Deposito un tierno beso en mis labios y salió corriendo.

Posteriormente, ambos estábamos listos, debía admitir algo, no tenia ni una idea de lo que haríamos. De pronto, una idea surgió.

Tomamos el autobús hacia donde seria nuestra primera parada.

. . .

—Jimin, tengo sueño.

—Eres tan amargado, vamos solo una pregunta mas.

—Algo que hacias de pequeño y lo dejaste.

Hubo un silencio, parecía que no quería contestar como si algo le incomodara de aquella pregunta. Estaba a punto de replicar que no contestara pero sus palabras me interrumpieron.