v e i n t e, n a r r a d o r.

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—Fue bueno que volvieras.

Yoongi asintió por las palabras de su amigo mientras daba un sorbo a la taza de café americano.

—Debía darme un respiro.

—¿Un respiro de casi dos años?— Taehyung lo miro incrédulo. —Exageraste un poco, ¿no crees? Vamos Yoongi, cortaste comunicación con todos.

Yoongi se limito a ver la ciudad desde el vidrio que le permitía ver los autos pasar.

—Él... Yoongi, ¿por que lo hiciste? Te fuiste asi sin mas, sin avisar, sin despedirte si quiera de mi. Ni siquiera de Jimin. —Se detuvo en seco cuando Min lo miro, sus ojos ahora eran cristalizados y de un leve tono rojo.

—No solo el la paso mal, Tae. No solo el me extraño, no solo tuvo insomnio, no solo el trato de olvidar.— Al terminar la oración su vista era totalmente borrosa por el agua salda que inundaba sus ojos.

Taehyung tomo su mano y le brindo una cálida sonrisa. —Te extrañe.

—Yo a ti, no tuve con nadie quien jugar mario kart ni hacer pijamadas. —Sonrio, había sido duro no ver su rostro ni su enorme sonrisa cuadrada por casi dos años, aunque con el no habían cortado comunicación por completo.—¿Sigues con Jeon?

—Luego del incidente con la policia, nos separamos, pero algo me regreso a el, el destino quizá.

Aquella mañana de invierno de convirtió en tarde hasta que el atardecer cayo en la ciudad de Busan. Tenían tanto de que hablar, volvieron al tiempo en el que ambos teñían trece años y podían hablar todo el día de cualquier estupidez. Era bueno volver.

Al pagar la cuenta salieron del café, el cielo se había tornado de un color rojizo y naranja.

—No le digas que estoy aqui.

—Si el destino lo quiere, se encontraran quieras o no.

Abrazo a Taehyung, habían quedado de verse dentro de dos días. Espero a que el Taxi de su mejor amigo lo llevara a casa, este seguía insistiendo que lo acompañara pero Min desistió.

Coloco sus audífonos en su oídos, sonaba talking to the moon de bruno mars, por un momento se cuestiono la melancolía de la canción pero a final decidió dejarla.

Caminaba vagamente, luego de caminar un buen rato se hospedaría en un hotel, pero antes decidió recorrer las hermosas y oscuras calles de Busan. Subió la capucha de su sudadera negra a su cabeza, la temperatura comenzaba a bajar.

Hacia dos años que no estaba aqui, que se fue a Daegu.

⌫⌫⌫⌫

—¿Entonces vas a tirar cinco meses de noviazgo a la basura?

—Yoongi, seamos realistas. Se que nos queremos pero dime ¿cuando pensamos que esto iba a funcionar?

— El amor te hace ciego.

—Necesito alguien que me cuide, no alguien que yo tenga que cuidar.

Yoongi no hablo. Se sintió exactamente igual a cuando discutía con sus padres, haciéndolo sentir tan imbécil.

—Ojala lo encuentres. — Yoongi salio de la casa, ni siquiera se molesto en abrir el armario y llevarse sus cosas, no las necesitaba.

Tomo un Taxi afuera de su casa, se dirigió al aeropuerto, todo iba en serio mientras que Jimin adentrado en su furia ni siquiera había pensando en sus palabras. Mientras para Jimin era una simple discusión, para Yoongi había sido algo muy serio.

Al caer la noche, Jimin mordía sus uñas, sus palabras resonaban una y otra vez en su cabeza haciendo que se sintiera como un monstruo. No era la primera vez que tenían una discusión sobre el mismo tema pero esta vez Jimin había cruzado el limite, o eso sintió cuando eran las tres cincuenta y tres de la mañana y Min parecía no volver.

"Hola, soy Yoongi y si estas escuchando esto, estoy demasiado ocupado jugando videojuegos, ¡Te llamo cuando gane fifa!" Seguido, el estúpido tono de buzón.

Miles de llamadas escuchando su alegre voz, hasta que en una de aquellas desesperadas llamadas ya no sonó su voz. "El numero al que intentas llamar se encuentra apagado o fuera de servicio"

Mientras Min, sentado en su asiento de avión a punto de despegar, quito la tarjeta SIM de su teléfono y lo rompió por la mitad, esto iba en serio.

¿Cuando ambos pensaron que esto iba a funcionar? Estaban equivocados.

⌫⌫⌫⌫

No había dejado de caminar, sus piernas se comenzaban a entumecer por el frío. Subió a un puente para cruzar la calle, aunque ya solo quedaran pocos automóviles por las calles tuvo un instinto de subir a aquel puente el cual estaba enrejado. Quito uno de sus audífonos y se detuvo a mitad del punte a admirar aquella bella ciudad.

Saco su teléfono el cual maraca las once cuarenta y tres. Comenzó affection de cigarrates after sex. Lo guardo nuevamente remplazándolo por una cajetilla de cigarros y un encendedor color negro.

Coloco el cigarrillo entre sus labios y encendió el cigarrillo, recargo su frente en las rejas del puente, su mente divagaba con la tranquila melodía de la canción. Al termino, comenzó can't help falling in love, tan melancólica como él en esos momentos.

—¿Puedes prestarme tu encendedor?

Una voz interrumpió su dolor en el pecho al igual que las lágrimas. Temía que aquel extraño viera lo vulnerable que se sentía asi que simplemente tomo el encendedor y se lo ofreció.

—Gracias.—Contesto una voz joven, que a penas pudo distinguir gracias a la musica que salia del auricular izquierdo.

—La noche se siente triste ¿o solo soy yo?—Cuestiono el extraño mientras el humo salia de su boca.

—Lo es, triste y fría. — Su voz se escuchó ronca.

Min espero una respuesta pero solo pudo sentir la mirada del extraño, la cual le incomodo un poco pero decidió ignorarla.

—¿Yoongi? — Pregunto el extraño casi sin aliento, apagando el cigarrillo.

"El destino los juntara si asi lo quiere, lo desees o no"

Yoongi quito el audífono de su oído, su corazón se acelero que casi aseguraba que latía a mas de cien por minuto. Luego de una pelea interna decidió mirarlo, imitando su acción y tirando el cigarro.

- Jimin.

Se ahogo las enormes ganas de abrazarlo, quito el gorro de la sudadera y dejo su rostro al descubierto, el cual se ilumino por una luz tenue de color blanco, el alumbrado.

Jimin parecía no tener palabras, estaba casi boquiabierto, su rostro estaba tan pálido como si acabara de presenciar a un fantasma, sus ojos se humedecieron y las lágrimas rodearon sus mejillas.

—Lo siento.—Salio de los labios de Jimin luego de varios minutos silenciosos basados en mirarse fijamente.

—Nos aventuramos a un amor que no funcionaria, totalmente contrario que no nos hacia bien a ninguno de los dos.

—Me ayudaste a superar algo que pensé que no haría. Nunca encontré a alguien, Yoongi. A diario me preguntaba como estabas, necesitaba cuidarte, cuidarnos mutuamente.

Ninguno de los dos hablo, no se necesitaban palabras, Min se aventuro a hablar.

—¿Eres real? —Lamió sus labios aun sin mucho aliento, Jimin seguía incrédulo de tener a Yoongi luego de dos años.

—Averigualo.

Esperaba un abrazo, pero fue directamente a besarle, a fundirse en un beso luego de dos largos años intentando olvidarse el uno al otro. El beso fue suave, lleno de dolor y amor a la vez.

—No te vayas, quedate conmigo- Pidió el pelinegro abrazando con fuerza a Yoongi, no podía parar de llorar. El mayor correspondió el abrazo.

—No lo haré.

Hemofobia. «y.m»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora