Capitulo 9

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Se escuchó un silencio muy largo, todos se veían los unos a los otros sin saber que decir.

Felipe: Creo que mejor nos vamos.

Sandra: voy por Matías.

Horacio: mi amor, no digas esas cosas, como no me vas a dejar que duerma contigo?

Gabriela: después de todo lo que escuché comprendí que sigues enamorado de Ivana y seguramente has pensado en ella todo este tiempo, la prueba está en lo que pasó anoche.

Horacio: tenemos que discutirlo en casa, vamos.

Gabriela: No! Isabella y yo nos quedaremos esta noche en la hacienda, porque en lo que a mi concierne no quiero dormir bajo el mismo techo que tu!! Valentina, podríamos?

Valentina: sabes que siempre cuentas con nosotros, por supuesto que puedes quedarte, me acompañas al Gallinero por los niños?

Sandra, Felipe y su hijo se fueron.

José Miguel: Horacio, ya déjalo así, Gabriela está muy molesta contigo y no es para menos, mejor vete y déjala tranquila, ella y tu hija estarán bien.

Horacio: es que se me cae la cara de la vergüenza jamás me había hablado así.

José Miguel: precisamente porque está molesta debes dejar que se calme y si para hacerlo debe estar lejos de ti, entonces no te interpongas.

Horacio: tienes razón, entonces mejor me voy.

Valentina y Gabriela regresaron del granero con los niños.

Gabriela: Valentina me permites hacer la cena?

Valentina: pero para eso está la cocinera de la hacienda.

Gabriela: Lo sé pero eso me ayudaría ocupar mi cabeza en otras cosas.

Valentina: está bien, voy a ver a los niños.

Mientras Gabriela hacia la cena, José Miguel y Valentina jugaban con los 3 niños.

José Miguel: Gané.

José F: No se vale, ganaste porque eres el más grande.

Valentina: Que les parece si continúan ustedes 3, mientras su papá y yo charlamos?

Jose Miguel: sé que te preocupa la situación de Horacio y Gabi pero es mejor que la solucionen por si solos.

Valentina: lo sé, pero mira a su hija, está triste y callada aunque es pequeña percibe que las cosas no andan bien con sus papás.

José Miguel: bueno podemos levantarle un poco el ánimo.

José Miguel: Niños que les parece si después de cenar vemos una película?

Cecilia B: si, que padre idea.

José f: pero que no sea de princesas porque aburren.

Valentina: qué tal si nuestra invitada elije?

Isabella: Bueno.

Gabriela: ya está la cena, todos a la mesa.

Todos corrieron a la mesa y cenaron en paz, Isabella seguía muy callada.

Después de cenar los niños se pusieron sus pijamas y subieron al cuarto de juegos donde había una enorme televisión.

José Miguel puso una película con la ayuda de la pequeña Isabella.

Valentina: Trata de disimular ante tu hija, ella te ve triste y se entristece también.

Gabriela: es tan difícil aparentar que no pasa nada.

Valentina: entiendo pero has un esfuerzo por ella, no puedes seguir enojada con su papá toda la vida.

Gabriela: me dan ganas de matarlo, tú escuchaste como se expresaba de Ivana.

Valentina: si, pero ten en cuenta que eso pasó antes de que ustedes se conocieran, no te dejes amargar por esos comentarios machistas, tu eres una mujer alegre y así debes seguir.

Gabriela: eso si, pero que harías tu si José Miguel menciona a tu prima mientras te hace el amor?

Valentina: indudablemente me molestaría mucho y a lo mejor lo sacaría de nuestra habitación.

Gabriela: ves? No es tan sencillo, no sé qué hacer.

Valentina: deja las cosas así, pero te puedo dar un consejo?

Gabriela: dime.

Valentina: no permitas que el pasado perturbe su matrimonio, ustedes se aman, lucha por ese amor, y si no quieres que esa situación se repita entonces dale pelea a ese recuerdo.

Gabriela: cómo puedo pelear con el recuerdo de tu prima?

Valentina: demuéstrale que tú puedes ser mejor.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Gabriela, no había pensado en esa posibilidad.

Gabriela: claro, no sé cómo me dejé acobardar, por ahora lo dejaré sufrir un poco y después va a conocer que puedo ser mejor en la cama.

Valentina: esa es la actitud!!

Un par de horas después en la habitación de Valentina y José Miguel.

Valentina: te pasa algo? Estas muy callado.

José Miguel: Bonita, escuchaste toda mi conversación con Horacio y Felipe?

Valentina: más o menos, porque? Hay algo que no querías que escuchara?

José Miguel: No es eso, es que lo que dijo Horacio estuvo un poco fuera de lugar.

Valentina: pobre Gabi, con esos comentarios se molestó más, y Horacio no se da cuenta lo mucho que la lastimó.

José Miguel: siempre ha sido un loco, pero es buena persona y cuando conoció a tu prima se calentó un poco, él ama a Gabi pero se deja llevar por su imprudencia.

Valentina: si, debería controlar un poco su boca, dime una cosa, lo que dijiste es cierto? Jamás la viste con otros ojos?

José Miguel: No, no era mi tipo de mujer, admito que cuando creí que tenía vocación para ser misionero nunca pensé en el matrimonio como opción, la única verdad era que quería huir de mi madre y cuando ella consiguió que me expulsaran del seminario no pensé que mi vida podía cambiar hasta que te conocí y me enamoré de ti, y aunque eras altanera conmigo yo soñaba contigo todas las noches.

Valentina: ahh si? y que soñabas?

José Miguel: soñaba que te besaba, te acariciaba, soñaba que eras la mujer tan dulce y tierna.

Valentina: Eso nunca me lo habías dicho, te confieso que también soñaba con tus besos y tus caricias, a pesar de despreciarte tanto, quería sentirte, pero no aceptaba que me había enamorado de ti.

José Miguel: yo lo supe desde el primer día y por eso quería estar cerca de ti a pesar de tus insultos y desplantes.

Valentina: Lo sé mi cielo, y lo siento mucho, me porte muy mal contigo, pero tenía miedo de volver a sufrir.

Se escucharon truenos, parecía que iba caer una fuerte tormenta.

José Miguel: muy mal, por eso debería darte un castigo.

Valentina: me vas a castigar después de tanto tiempo?

José Miguel: pues claro.

Valentina: y como le vas a hacer?

José Miguel acarició el rostro de Valentina, beso su frente, sus mejillas y luego su boca.

Valentina: este es mi castigo?

José Miguel: Esta noche no vas a dormir...

Entre besos y caricias las manos de José Miguel se fueron deslizando entre las piernas de Valentina cuando...

SOY TU DUEÑA 2Où les histoires vivent. Découvrez maintenant