Capitulo 86

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José Miguel: la voluntad de Dios fue llevarse su alma.

Valentina: era una buena persona, quiero despedirme.

José Miguel: disculpe, podría ella entrar unos minutos?

Enfermera: está bien, pero procure no tardar, en un rato vendrán por el cuerpo, necesito que alguno venga conmigo para arreglar lo del acta de defunción.

José Miguel: iré yo.

Valentina entró a la habitación, sus ojos estaban inundados de lágrimas, allí estaba, su tía Isabel sentada frente al cuerpo sin vida de Don Ernesto.

Valentina se acercó, puso sus manos sobre los hombros de su tía.

Isabel: se ha ido hija, se ha ido para siempre, ahora si estoy completamente sola.

Valentina la abrazó.

Valentina: no tía! Me tienes a mí, a tus nietos, no estás sola.

Isabel: porque Dios se lleva a los que más quiero? Por qué?

Valentina: eso mismo me pregunto, pero te repito, aquí estoy contigo, Don Ernesto ya está descansando.

Isabel: lo quería tanto.

Valentina: yo también, fue como un padre para mi todos estos años, siempre me apoyó en todas mis decisiones por descabelladas que parecieran.

Isabel: fue un gran hombre.

Valentina: y así vamos a recordarlo.

Isabel: perdóname por echar a perder tus vacaciones.

Valentina: por nada del mundo iba a dejarte sola en estos momentos.

Isabel: desde la mañana lo vi muy mal, si hubiera llamado al médico de inmediato a lo mejor.

Valentina: fue un infarto fulminante nadie sabía cuándo podía pasar, era inevitable.

Valentina se acercó al cuerpo y por su mente pasaron recuerdos desde que lo había conocido siendo apenas una niña, Don Ernesto había estado los días más importantes de su vida, se había convertido en un abuelo para sus pequeños traviesos, lo quería como un padre, le dolía perderlo, pero no podía bajar la guardia, su tía necesitaba de su cariño para sobrevellevar este doloroso momento.

José Miguel entró a la habitación y sintió un gran dolor al ver a Valentina y a su tía llorando.

José Miguel: lo siento mucho Isabel.

La abrazó y le entregó un pañuelo para secar sus lágrimas.

José Miguel: necesitan que firme el acta para poder sacar su cuerpo del hospital y entregarlo a la funeraria.

Valentina: hay que llamar a la funeraria.

José Miguel: ya lo hice, en un rato vendrán por él.

Isabel: entonces iré a firmar.

Valentina: yo voy contigo.

Las dos se retiraron de la habitación.

José Miguel: Señor! Recíbelo en tu reino, fue un gran hombre, dale resignación a Isabel, a Valentina.

José Miguel se persinó y salió camino a la cafetería.

Valentina e Isabel se encargaban de los trámites en el hospital para poder llevarse el cuerpo mientras José Miguel se encontró con su madre y sus hijos.

Leonor: estos pequeños llegaron muy hambrientos, hijo que pasa?, acaso...

José Miguel: si mamá, desgraciadamente los médicos no pudieron salvarlo.

SOY TU DUEÑA 2Where stories live. Discover now