Capitulo 20

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Martina: José Miguel eres tú?

José Miguel: Martina? Hace años no te veía.

José Miguel abrazó a quien parecía ser una vieja conocida, los niños sólo observaban.

José Miguel: pero que haces aquí?

Martina: pues estaba en la capital pero decidí trasladarme a un lugar más pequeño, sabes que siempre me ha gustado el campo, pero y tú? La última vez que te vi estabas en la comunidad de misioneros ibas para...

José Miguel: Puebla, si, pues las cosas cambiaron.

Martina: eso veo, ya hasta tienes hijos, pero que pasó? Tú eras el misionero más destacado.

José Miguel: tuve que dejar el seminario, a lo mejor luego te lo platico.

Martina: y vives aquí definitivamente?

José Miguel: si! Desde hace 7 años.

Martina: entonces dejaste el seminario poco tiempo después de que te vi la última vez.

José Miguel: así es.

Cecilia Benita: papi, vamos a la hacienda, tengo mucha hambre.

José Federico: Yo también.

Cecilia B: además tú y mi mami prometieron llevarnos a montar después de comer y hacer la tarea.

José Miguel: es verdad, Martina, que gusto verte.

José Miguel se retiró de la mano de sus pequeños mientras Martina los observaba algo desconcertada.

Martina: No puede ser que se haya casado con otra, lo que daría porque esta vez me hiciera caso.

Al llegar a la hacienda José Miguel se cruzó con juan su capataz y hombre confianza que salía del despacho.

José Miguel: todo bien Juan?

Juan: pues, no sé si bien, pero los fertilizantes que llegaron están echados a perder y la siembra es en dos días, la señora Villalba está llamando a pedir otros.

José Miguel: voy a ver, gracias Juan.

Juan: con su permiso patrón, voy por mi chuy, se fue a ayudar a Iluminada al Gallinero hace rato.

José Miguel: pásale Juan.

Valentina estaba al teléfono...

Valentina: 5 días? La siembra debe estar lista en dos a lo mucho, y por su ineptitud podemos perderla; así que daré por terminado mi contrato con ustedes por incumplimiento, no me importa pagar una infracción, contrataré a alguien más profesional, buenas tardes.

Valentina colgó algo exaltada.

José Miguel: Me dijo Juan lo del fertilizante.

Valentina: si! Me preocupa, si no tenemos todo, en dos días perderemos la siguiente cosecha.

José Miguel: Lo sé, pero no te agobies, podremos contratar a alguien de Pachuca, no todo está perdido.

Valentina: si! Después de la comida iré, me acompañas?

José Miguel: claro, pero...

Valentina: que pasa?

José Miguel: hoy prometimos llevar a los niños a montar.

Valentina: es cierto! Con esto se me había olvidado, y si vamos a Pachuca con ellos? los llevamos a tomar un Helado, y después vemos.

José Miguel: si es buena idea, ya sabes lo que les gusta salir a la calle.

Valentina: si, entonces vamos a comer, voy por mi tía, tu mamá y don Ernesto.

José Miguel: y yo por los pequeños, voy a revisar si tienen tarea también.

Cuando Valentina se disponía a salir del despacho...

José Miguel: espera.

Valentina: que pasa?

José Miguel: no nos hemos saludado.

José Miguel dio un gran abrazo y beso apasionado a su esposa al que ella ni tiempo tuvo para reaccionar.

Alonso estaba ya en el aeropuerto dispuesto a regresar una vez más a la hacienda, en varias ocasiones su hijo Santiago había ido de visita pero sólo, pues desde que Valentina Y José Miguel se casaron Alonso no había querido volver a pisar ese lugar.

Durante su vuelo observaba una foto que él tenía con Valentina de cuando eran novios; Si! Después de 7 años, no había dejado de amarla, a pesar de tener novias que sólo duraban un par de meses, ninguna le hacía sentir lo que aún Valentina le despertaba.

Alonso: No sabes cuánto te amo, y las ganas que tengo de volver a sentir tus labios.

Después de Comer Valentina y José Miguel se fueron a Pachuca con sus niños, quienes estaban muy activos.

José Miguel: Bonita voy por un helado quieres que te traía algo?

Valentina: sólo una botella de agua.

José Miguel: bien, ya regresamos.

Valentina se quedó resolviendo el problema del fertilizante, temía que las cosas salieran mal así que aunque no le gustaba terminó por pagar el doble para que todo fuera más rápido, algo que la exaspero un poco, pues le molestaba que la gente se quisiera pasar de lista con ella.

Cuando estaba recibiendo su recibo y se dio la vuelta para salir chocó con alguien, lo que provocó que su bolsa cayera al suelo con sus tarjetas y cheques.

Valentina: oiga, fíjese por dónde camina, por personas distraídas como usted es que suceden los accidentes!

Pues no la vi, y además sólo fue una caída.

Valentina: pues tenga más cuidado, acaso no piensa que pudo tirar a una persona con alguna discapacidad?

Ya bájele, deje de ser tan complicada, además usted esta muy bien.

El vendedor estaba aterrado, aunque habían pasado años recordaba claramente la fama que Valentina había tenido de un carácter fuerte.

El vendedor se acercó para disculparse pero Valentina salió furiosa.

Esa persona, era Martina, una mujer que no se quedaba callada y se enfrentaba a quien fuera.

Vendedor: No sé quién seas pero te acabas de echar de enemiga a la mismísima dueña.

SOY TU DUEÑA 2Where stories live. Discover now