‡ 7 ‡

41 4 2
                                    

El deseo de tenerlo entre sus brazos era cada vez más fuerte. Él se había vuelto adicto a sus labios. Quería tenerlo, necesitaba tenerlo, aún cuando eso fuera faltarle a su ética y moral.
Él era como droga, te volvías adicto a ella pero poco a poco te iría destruyendo hasta que no queda nada de ti.
Él sabía muy bien que terminaría mal con aquel chico de rostro angelical, lo sabía muy bien, sabía que sus demonios terminarían arrastrándolo a la locura y que ahí ya no  habría escapatoria.
Ambos estaban a punto de crear una unión que los llevaría al final del abismo, donde caerían ante el otro y se volverían vulnerables. Solo  fue una mentira para que no se alejaran y permanecieran juntos. Una mentira que termino siendo verdad y se transformó en un hermoso y enfermo amor.



Todo lo que ocurría lo estaba torturando. Ya no sabía que pensar, no sabía a quién creerle, no sabía qué hacer, al parecer ya no sabía exactamente qué hacer.
Todo se puso de cabeza cuando lo conoció, si nunca hubiera sido transferido nunca hubiese conocido a Park Jimin, nunca hubiese sentido lo que ahora siente, nunca se hubiese sentido confundido, simplemente su vida hubiese sido más sencilla y tranquila.

Y no estaría ahora en esta situación.

Con un Jimin debajo de él y el doctor Kim detrás de la puerta gritando que lo dejaran pasar.

Pero todo tiene un por qué y esto no es la excepción.

Después de estar discutiendo entre los tres, Kim decidió dejarlo y el iría a atender sus cosas, no debían sospechar nada.
Yoongi se quedó en silencio meditando sobre toda la situación que le había contado.

— Doctor quiero que a partir de ahora nos haga caso a mí y a Tae, no solo es por mí, sino porque hay más pacientes que están aquí y no se lo merecen. No todos estamos locos aquí — Hablo Jimin con una firmeza que estremeció a Yoongi.

—Jimin quisiera creerte pero estoy muy confundido, la verdad es que me asombras, tienes varias caras, la verdad no  sé si me estás diciendo la verdad o solo finges para que te crea — Respondió retrancándose en la pared.

— Quizá tenga razón, tengo varias caras,  a pesar de haber ingresado bien al ser tratado como un loco te vuelves uno, no digo que este desquiciado pero tengo varias personalidades, son escudos, no puedo ser tan desprevenido en un mundo como este — Se explicó.

—Dime entonces con cuál Jimin estoy hablando, no eres el tierno niño de siempre — Ordeno.

—¿Enserio quiere saber? Yo soy muchas cosas y nada a la vez, puedo ser tierno  si usted quiere — Hizo un puchero — Pero también me puedo convertir en alguien que lo hará disfrutar mucho — Sugirió avanzado hasta él.

—Jimin esto  no está bien, ya te lo dije, es contra mi ética — Contestó sobando el tronco de su nariz.

Jimin bufo y se sentó en el suelo, comenzó a tararear canciones y después una idea paso por su cabeza.

—D- Doctor no p-puedo respirar – Dijo apretando su pecho — Necesito aire.

Yoongi rápidamente reacciono y se acero al menor hasta ponerse delante de él, puso su brazo el su espalda y el otro levanto el mentón del rubio.

— Haber Jimin tranquilo ¿recuerdas las respiraciones?  Hazlas, uno, dos — Comenzó el médico.

El menor comenzó a carcajearse y Yoongi no podía estar más confundido, Jimin aprovecho ese descuido del mayor y lo tumbo debajo de su cuerpo, se acercó peligrosamente a su rostro y paso su lengua por los labios de este, Yoongi se tensó y el menor sonrió.
Dejo un rastro de saliva desde su mandíbula hasta su cuello, donde comenzó a besar húmedamente.
No debía dejarse llevar por el tacto del menor, sabía que estaba mal, que estaba jodidamente mal pero aun que su cabeza le estuviera pidiendo a gritos que se detuviera simplemente dejo de hacerle caso.

‡ ʆuɳɑtic Aรyʆuɱ ‡  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora