17. Una Nueva Etapa

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Sentada en el sofá donde acabamos de pasar un momento único lo observo abrocharse su cinturón y me sonríe. —ahora eres mi novia. — dice con un tono de orgullo que me hace sentir en las nubes.

—Y tu mi novio. — Replico mirándolo fijamente y luego bajo mi mirada por todo su perfecto trabajado cuerpo.

«Es tan guapo...»

Se inclina, coloca cada una de sus manos sobre el respaldar del sofá a cada lado de mi —preciosa, debo irme a entregar una maqueta, pero, cuando regrese me gustaría muchísimo invitarte a cenar fuera y comenzar esto de manera correcta, ¿quieres? — propone y sonrió en medio de suspiros.

—Claro que si... y no lo tomes a mal, pero ¿entregar una maqueta un domingo? — pregunto confundida.

Él lleva una de sus manos frente a mi rostro y con su dedo índice recorre la longitud de mi nariz haciéndome reír —debo explicarte unas cosas que han sucedido en este tiempo, pero en la cena te cuento, ¿sí? —

—De acuerdo... me pondré guapa para ti. — comento y acerca sus labios a los míos.

—Si te pones más guapa de lo que eres me dará un ataque al corazón. — bromea.

—Exagerado. — rebato entre risas, pero sus labios callan los míos con un beso que me dejan con ganas de más.

—Te amo. — dice firme.

—Yo a ti, te veo más tarde. — vuelvo a repetir y nos despedimos.

Lo veo atravesar mi puerta y apenas cierra la puerta me dejo caer de espalda en el sofá y rio como una loca. «Es tan guapo... tan fuerte... y ahora me doy cuenta que es hasta tierno...» Pienso entre suspiros y cierro mis ojos para volver a sentir la manera que sus dedos me han acariciado.

—Lo siento mucho Sebas. — digo a la nada —me enamore...— añado y me giro para quedar boca abajo en el sofá y pensar en Bruno.

[...]

(Horas más tarde)

Vestido corto color rojo de seda pegado al cuerpo y un escote bastante pronunciado haciendo juego con mis zapatos de tacón, esas son las prendas escogidas para esta noche. Me miro en el espejo una última vez y sonrió al verme tan arreglada para él, es increíble que hayamos terminado en esto... Son las ocho de la noche puntual cuando escucho el ruido del timbre, camino hacia la puerta con entusiasmo y al abrir la puerta me encuentro al guapísimo hombre de cabello negro que hace juego con sus ojos mirándome de pies a cabeza. Hago lo mismo y aprecio la manera que ese pantalón negro se ajusta a su cintura, mucho más disfruto de cómo esa camisa clásica color blanca se ajusta a su torso y que lleve los primeros dos botones desabrochados dejando ver ese universo que es su cuerpo, es toda una aventura para mis sentidos... Observo sus brazos las mangas remangadas dejan ver las venas de sus brazos haciéndome suspirar «¿es normal que sea tan guapo?» Me pregunto a mí misma.

—Ufff... es que te ves...— comenta y toma mi mano para hacer que dé una vuelta para mirarme. —te ves demasiado hermosa mi amor. — me dice sonriente y me encanta como suenan las palabras "mi amor" en su boca y con su acento español que suena tan sexy...

—Tú también te ves muy bien...— comento y aprovechando la igualdad de estatura que me ofrecen mis altos tacones, llevo mis brazos por encima de sus hombros. —me encanta como se te ve esta camisa y mucho más esos dos primeros botones abiertos. — le comento llevando mi mirada por su cuerpo.

—Preciosa, intento ser romántico... pero, si me seduces así no lo lograre. — explica entre risas —¿Por qué mejor no vamos a cenar y luego cuando regresamos comentamos lo mucho que nos gustamos? — propone haciéndome reír.

—Es un trato justo. — respondo sonriente y entrelazo mi mano con la suya para así salir del piso y cerrar la puerta detrás de mí.

—Hace mucho que no hacía algo así. — comenta mientras subimos al elevador.

—Algo así ¿a qué te refieres? — pregunto confundida y él enreda sus brazos en mi pegando su cuerpo al mío dentro del elevador.

—Una cita romántica... Vestirme así para alguien...— se explica y solo puedo sonreírle.

—Que sepas que me gusta mucho esta faceta tuya. — confieso y me abrazo a él.

—Y a mí me gusta lo cariñosa que eres. — añade y nos vemos obligados a separarnos cuando el elevador llega al primer piso y abre sus puertas.

—Esto no es nada... puedo ser mucho más cariñosa. — comento haciéndome la interesante cuando ya salimos del edificio y vamos llegando a su auto.

De repente, él abre la puerta del pasajero y saca un enorme ramo de rosas rojas de allí —Yo también. — dice entregándome las rosas y esto sí que no me lo esperaba...

—Esto es muy hermoso. — admito emocionada ya que el ultimo ramo de rosas que recibí fue de él... de Sebas...

—Quiero que sepas que de verdad te amo Roció, yo no soy el hombre más romántico del mundo, pero quiero serlo contigo. Deseo que lo nuestro sea especial...— me dice acariciando mi rostro con sus fuertes, pero delicadas manos.

—Yo también quiero que sea especial... te amo...— susurro y me pierdo en el sabor de su boca antes de partir rumbo a nuestra cena romántica.

Mi Vecino, El Mujeriego [TERMINADA]Where stories live. Discover now