48. Verdaderos Sentimientos

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(Horas después)

No he podido aguantarme las dudas y a pesar del silencio de Bruno, he ido a la farmacia a comprar una prueba de embarazo. Necesito saber que es lo que me espera, si mis planes de vida se verán afectados por un bebé o no... sé perfectamente que a él no le ha agradado en absoluto mi reacción, pero no entiendo como pretende que reaccionara, esto no estaba en nuestros planes, mucho menos ahora que tenía una oferta laboral como la que me hizo Gabriel.

Camino justo por enfrente del sofá donde esta sentado él y me detengo antes de entrar a la habitación —me hare la prueba de embarazo para salir de dudas— explico y él tan solo me mira desde allí.

—Esta bien, me dejas saber el resultado y que harás— responde fríamente y tan solo asiento para después entrar a la habitación y luego al baño privado de esta.

A cada instante que pasa, más miedo siento de estar embarazada. Cierro la puerta detrás de mí, saco la prueba de la bolsa y sigue al pie de la letra las instrucciones que esta indica. Dejo la prueba sobre la encimera del lavamanos y apoyo mis manos en el borde de esta mientras que espero el resultado y me miro al espejo intentando entender lo que me ocurre por dentro.

«¿De verdad tengo tanto miedo a ser madre por como va a cambiar mi vida?» me pregunto por dentro e intento entender lo que me sucede por dentro.

—No te mientas Roció... no es por el trabajo, mucho menos por el hecho de que tu vida va a cambiar...— le digo a mi reflejo —No es por eso... es por Sebas... era él con quien tenías planes de tener un bebé... de casarte... de todo... con esto lo estás dejando completamente atrás... te da pánico hacerlo, admítelo— me reclamo entre lagrimas —tienes miedo de olvidarlo completamente— me repito y con mis lagrimas aún empañando mi visión, bajo mi cabeza para mirar la prueba de embarazo y darme cuenta que en ella hay dos rayitas —perdóname mi amor... rompí todas las promesas que te hice— murmuro rompiendo en llanto.

Me reconozco en medio de este caos emocional, es el mismo que me da cada vez que algo me aterra, pero esta vez se entremezcla con la culpa dejando mi cuerpo temblando al punto de que debo sentarme en el suelo abrazando mis piernas. No me había puesto así desde el día que falleció Sebas y tengo claro de que esto no es bueno para el bebé, pero no lo puedo evitar... necesito vivir este nuevo duelo.

[...]

No sé exactamente cuanto tiempo llevo así cuando de repente la puerta del baño se abre y allí esta Bruno parado bajo el marco de la puerta mirándome seriamente —¿es positivo? — pregunta y asiento mientras voy secando mis lagrimas —¿y tan mala es la noticia de que vamos a ser padres? No lo entiendo Rocío... pareciera que nada de lo que hago por ti es suficiente... te propuse que nos casáramos y me rechazaste... entendí tus motivos, te seguí a Nueva York deje todo por ti y ahora que estás embarazada de mi también reaccionas de esta manera. Me haces entender que es la peor noticia que has recibido en tu vida, no lo entiendo... ¿para que estas conmigo si no tenemos planes a futuro? ¿solo para pasarlo bien en la cama? Si es así, yo no quiero seguir con todo esto. Simplemente ten al bebé, me lo das y tu sigues con tu trabajo y tu vida que parece ser mucho más importante que todo— me reclama y se da la media vuelta con la intención de irse, pero de inmediato me pongo de piel y lo sujeto del brazo.

—Espera... no te vayas— le pido en un acto de desesperación.

—¿Qué es lo que quieres Rocío? ¿Acaso no ves que estoy harto de todo esto? Mierda... es que es un hijo... ¿no nos hemos amado lo suficiente como para que esto ocurriera? O sea... entiendo, quizás llega en el momento menos esperado o inconveniente para ti, pero no pienso dejar que el día de mañana le eches la culpa de todo a él o ella, ¿entiendes? — continua y sus palabras son muy fuertes.

—Escúchame... no es eso— insisto.

—¿Y que es entonces? — me pregunta firme.

—Con esto lo estoy dejando completamente atrás... tengo miedo de olvidarlo completamente, le había prometido no enamorarme y lo hice... soñaba con tener hijos con él y ahora lo tendré contigo... siento culpa... yo estoy rehaciendo mi vida, estoy siendo feliz y él... — intento decir, pero de repente Bruno me abraza tan fuerte contra su pecho, que no me deja seguir hablando.

—Shhh mi amor... tranquila... no lo estas olvidando, jamás lo harás y es más, yo no quiero que lo hagas. Él fue... es... alguien muy importante para ti, pero no por eso puedes poner tu vida en pausa, ¿sí? — me dice sujetándome con tanta fuerza que me hace sentir que junta los pedazos rotos de mí, esos que volvieron a desprenderse al saber que tendremos un hijo. 

Mi Vecino, El Mujeriego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora