46. Bienvenida

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Mis labios y los suyos provocan una fiesta para nuestros sentidos que me enciende de los pies a la cabeza y hace que lleve mis manos hacia el centro de su trabajada espalda y acariciarlo de la manera más sensual que existe. En cambio, sus manos van bajando los tirantes de mi camisón y los desliza por mis brazos hasta hacer que la tarea de quitármelo sea mucho más sencilla ya que él lo va levantando y yo aparto mis manos de su espalda para poder ayudarlo.

Bruno se separa de mis labios para viajar por mi cuello sin prisa —Eres la mujer más bella del mundo. — Dice cuando sus labios ya están en mis hombros, y amo cuando se pone asi de romántico.

Disfruto de cada beso que va dejando en mi cuerpo y al parecer, esto le resulta una imagen divina, ya que me mira con devoción. Mi respiración esta agitada y cuando baja a mis pechos y se transforman en gemidos que lo que lleva a ir un poco más allá y morder suavemente cada uno de ellos —Mmmmm...— Digo entre dientes, y por alguna razón siento que están más sensibles que nunca, pero decido no quejarme y disfrutar mientras que va un poco más allá, y baja una de sus manos hacia mi intimidad para comenzar a tocarme por encima de la tela de mi ropa interior provocando que eche mi cabeza hacia atrás —Uffff...— Murmuro y mi excitación parece excitarlo aún más.

Su juego no cesa su boca continua en mis pechos y sus manos en mi intimidad, y como si esto no fuera suficiente, aumenta la intensidad de cada roce has que consigue con el objetivo de hacer que llegue a un primer orgasmo solo con tocarme. Mis manos se aferran a sus hombros intentando componerme de lo que mi cuerpo acaba de experimentar, pero él no me da tiempo a mucho cuando me sujeta de la parte alta de mis piernas y me levanta en el aire como si no pesara nada para llevarme al borde de la cama y hacer que me siente allí

Él se arrodilla en el suelo entre mis piernas y me miro mientras que toma la tela de mi diminuta braga y comienza a bajarla con un poco de ayuda de mi parte levantando un poco mis caderas —Esto sobra...— Me dice bajo mi atenta mirada y lanza mi ropa interior al aire haciendo que caiga por algún lado de la habitación y le sonrió. Mi novio me mira con alevosía mientras aparta un poco más mis piernas y sin dejar de mírame, lleva mi boca a mi intimidad para enloquecerme a su manera favorita.

—¡Joder! — Exclamo cuando su lengua toca el rincón más sensible de mi cuerpo y me retuerce de placer, y en medio de esta locura veo la manera que su pantalón de pijama le estorba.

Su juego no se detiene, él continua explorando cada punto de mi tal y como si quisiera aprenderse donde siento más placer y donde no, es tal su manera de explorarme, que termina probando el sabor de mi cuerpo con su boca y verlo disfrutar de esto, me pone a mil.

—Me toca a mí. — Digo de una manera que nunca y me pone de pie. En estos momentos tengo prisa por desnudarlo y básicamente le arranco el pantalón de pijama y bóxer a la vez.

Lo hago girar para que quede de espaldas a la cama y una vez que lo consigo, le doy un leve empujón que lo hace sentar en el mismo sitio que estaba yo y me arrodilla frente a él. Me sonrió y me acomodo entre sus piernas sin dejar de mirarlo a los ojos y llevo mi mano a su erección. Aparto mi mirada de sus ojos y la llevo a su hombría para así jugar con él haciéndolo delirar, subo, bajo y solo cuando quiero, lo lleva a mi boca volviéndolo loco.

—¡Joder! — Exclama cuando mi boca hace magia en él y lo lleva a sitios tan placenteros que nunca imagino. —Detente. — Me pide suplicante y lo hago mientras lo mira. —Ven. — Me pide y me sujeto de los brazos para que me levante del suelo y me siente sobre él —Me encantas. — Me dice y luego me besa apasionadamente sintiendo como mi intimidad roza con su hombría y en medio de nuestro beso, él lleva su erección hacia mi entrada haciendo que me levante un poco para luego así hundirme en él.

—¡Carajo! — Digo excitada y me toca los pechos mientras comienzo a subir y bajar de mí.

Todo él es sensualidad y sexualidad pura, me mata estar así con él y para empeorar todo, ataca mis pechos a besos mientras me mueve y luego va a mi boca repitiendo esta acción una y muchas otras veces. Cada movimiento de mío sobre él me lleva un poco más lejos y es así como comprendo que quiero pasar el resto de mi vida así con él —Me corro...— Anuncia mientras que mi cuerpo advierte el excitante caos que esta por ocurrir.

Le doy un beso de esos que son de pura excitación y juego con su lengua haciendo que sienta como estoy y entre gemidos, besos y caricias prohibidas, nos dejamos llevar llegando juntos al placer absoluto, uno que nos deja sin aliento y fuerzas.

—Es bueno estar en casa— Le digo sonriente mientras nos acomodamos abrazados en el medio de la cama.

Él me besa tiernamente y sonríe sobre mis labios —Bienvenida amor mío— Sentencia y sonreímos a la vez. 

Mi Vecino, El Mujeriego [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora